29 dic 2011

CELAC: dos proyectos en pugna


Sin duda que la creación de la CELAC ha sido uno de los principales acontecimientos que tuvieron lugar en el plano regional en muchos años. La sola idea de una organización que reúna a los países latinoamericanos y caribeños sin la asfixiante presencia de Estados Unidos y Canadá es una muy buena noticia y permite abrigar esperanzas de que la tradicional prepotencia con que la Casa Blanca manejaba los asuntos del área tropezará de ahora en más con crecientes obstáculos.

Claro que la “presunción hegemónica” del imperio no se desvanecerá por la creación de esta organización, pero sus mandatos ya no tendrán el automático asentimiento del pasado cuando un úkase de Washington produjo en 1962 el destierro de Cuba del sistema interamericano.

De todos modos, convendría dejar de lado excesivos entusiasmos porque poner en marcha efectivamente la CELAC, es decir, convertirla en la protagonista que se haga merecedora de las grandes esperanzas en ella depositadas, no será tarea sencilla. Su creación es un logro importantísimo, pero por ahora es apenas un proyecto que, para ser eficaz, deberá ser capaz de convertirse en una organización; es decir, en un sujeto dotado de suficientes capacidades de intervención en el ámbito de Nuestra América. Pero, como veremos más adelante, no es ese el proyecto que proponen los gobiernos de la derecha latinoamericana con la bendición de la Casa Blanca.

La inusitada gravedad de la crisis capitalista en curso hizo que hasta los gobiernos más derechistas de la región consintieran en unirse a la CELAC. Es un gesto importantísimo y sería tan errado minimizar su trascendencia y el mal trago que esto significó para Washington como exagerar el impacto inmediato que habrá de tener la CELAC. No es un misterio para nadie que la extrema heterogeneidad sociopolítica del continente (desde la Revolución Cubana hasta el régimen títere de Porfirio Lobo en Honduras -instalado por la Casa Blanca al derrocar a Mel Zelaya- pasando por Santos, Calderón, Martinelli, Chinchilla, Cristina, Dilma, el “Pepe” Mujica, Humala hasta llegar a Chávez, Evo y Correa) habrá de constituirse en un muy serio obstáculo a la hora de pasar del inconsecuente plano de los discursos a las acciones concretas en candentes asuntos regionales. Pongamos un par de ejemplos: uno, es bien sabido que Washington dispone de grandes partidas presupuestarias así como “asesores” y otros recursos para “ayudar” a actores locales que en diversos países hostigan o procuran desestabilizar (cuando no derrocar) a gobiernos que no son de su agrado. Bolivia, Ecuador y Venezuela, además de Cuba, son blancos favoritos de estas políticas. Si en muchos casos esta ingerencia imperial se procesa a través de organizaciones de pantalla, en otros el involucramiento en la política de los países latinoamericanos se realiza de forma abierta, directa e inmediata por las agencias u organismos federales como la DEA, la CIA y la USAID, entre los más importantes. ¿Será posible que la CELAC condene esas prácticas intervencionistas del imperio y tome las decisiones requeridas para neutralizarlas, habida cuenta de su carácter violatorio de la legalidad internacional y su naturaleza profundamente antidemocrática? Parece muy poco probable, si bien bajo algunas circunstancias extremas podría tal vez haber excepciones. ¿Habrá unanimidad en respaldar una política de ese tipo o a otra -y este es el segundo y más crucial ejemplo- que exigiera poner fin al status colonial de Puerto Rico? No parece; tal vez haya sido por eso que varios gobiernos -entre ellos Chile, Colombia y México- insistieron en que todas las decisiones de la CELAC debían adoptarse por unanimidad, temerosos de que los gobiernos más radicales de la región pudieran llegar a constituir una circunstancial mayoría que disguste a los ocupantes de la Casa Blanca y entorpezca las “amigables relaciones” que varios países latinoamericanos y caribeños mantienen con Washington. Por algo los gobiernos que quieren que la CELAC sea un organismo efectivo y no un periódico torneo de discursos están viendo la forma de instituir una normativa que exija una mayoría calificada (en qué proporción es algo que todavía no ha sido decidido) para adoptar las decisiones de la institución.

En relación a este tema el Canciller chileno Alfredo Moreno expresó con absoluta claridad la postura del imperialismo cuando dijo que “la CELAC será un foro y no una organización, que no tendrá sede, secretariado, burocracia ni nada de eso”. Para Moreno, representativo de la derecha latinoamericana, de lo que se trata es de esterilizar un proyecto, de castrarlo a poco de nacer, para reducirlo a una intrascendente sucesión de “cumbres presidenciales” (2012 en Chile, 2013 en Cuba, 2014 probablemente en Costa Rica). Por eso quien finalmente presidirá la CELAC durante este próximo año no será otro que Sebastián Piñera. No hace falta aguzar demasiado la vista para percibir que un proyecto de este tipo, “descafeínado”, es el que respaldará la derecha latinoamericana, cuya carta de identidad es el servilismo y la genuflexión antes los dictados del imperio. Pero hay otro proyecto para la CELAC: en línea con el programa bolivariano del Congreso Anfictiónico de 1826 y con los anhelos de Artigas, San Martín, Sucre, Martí, Morazán, Sandino y tantos otros patriotas latinoamericanos y caribeños. Un proyecto que hace medio siglo fue brillantemente sintetizado en la Segunda Declaración de La Habana, impulsada por Fidel, Raúl y el Che. En fin: la disputa entre los dos proyectos será inevitable, y las circunstancias históricas (profundización de la crisis general del capitalismo, intervencionismo norteamericano en la región, maduración de la conciencia política de nuestros pueblos, etcétera) irán moviendo el fiel de la balanza, ojalá en que un sentido positivo. Hay que recordar que los baluartes de la influencia norteamericana en la región: Piñera, Santos y Calderón, se encuentran sentados sobre un polvorín que puede estallar en cualquier momento.

La actitud de Washington hasta ahora ha sido la de esperar a que se desenvuelvan los acontecimientos. El lanzamiento de la CELAC ha sido una muy mala noticia para el imperio, pero sabe que todavía cuenta con varias cartas en sus manos. Sabe, por ejemplo, que tiene varios “Caballos de Troya” dentro de la incipiente organización y que en cuanto lo considere oportuno se pondrán dócilmente a su servicio para implementar las órdenes emanadas desde la Casa Blanca. Sabe también que su incansable labor de desestabilización de los gobiernos más radicales puede debilitarlos, creándoles dificultades que afecten su protagonismo en el marco de la CELAC. Sabe, por último, que sus cantos de sirena hacia los gobiernos de la así llamada “centroizquierda” (Argentina, Brasil, Uruguay, ¿Perú?) puede tentar a algún gobernante a desertar del proyecto emancipador que se encuentra en las raíces históricas de la CELAC y que fueran actualizadas por Fidel, Raúl, Chávez, Evo y Correa, para no nombrar sino las principales figuras. Los gestos reconciliatorios de Obama con el gobierno de Cristina Fernández y la permanente labor de seducción que la Casa Blanca ejerce sobre Brasilia se encuadran inequívocamente como piezas de esta estrategia. Separar a la Argentina y el Brasil del proyecto radical de la CELAC, aislar a Chávez, Evo y Correa y, de paso, ajustar más el torniquete del bloqueo contra la Revolución Cubana. El imperio no dejará nada librado al azar. El premio es muy grande: 20 millones de kilómetros cuadrados, un mercado de 600 millones de habitantes, siete de los diez principales productores de minerales estratégicos del mundo, la mitad del agua dulce y de la biodiversidad del planeta tierra, además de petróleo, gas, energéticos de todo tipo y alimentos como para saciar el hambre de más de mil millones de personas. Y, como lo recordaba el Che, “América Latina es la retaguardia estratégica de Estados Unidos”, y bajo las actuales condiciones de crisis económica internacional y acelerada descomposición del precario “orden mundial” creado por Washington desde la posguerra esa retaguardia adquiere un valor supremo. Por eso debemos librar la batalla por la CELAC, para que el proyecto emancipador que le dio nacimiento sea quien finalmente prevalezca y abra aquellas grandes alamedas de las que hablara Salvador Allende en su último discurso, y por las cuales transitarían nuestros pueblos en su larga marcha hacia la justicia, la libertad, la autodeterminación nacional y la democracia.

Atilio Borón

Tomado: CubaDebate.cu

Artículos relacionados:
Jose Steinsleger: Se acabaron los iberoamericanismos y panamericanismos “made in USA”
La Celac y la desmesura del sueño bolivariano

27 dic 2011

20 años de la dimisión de Gorbachov, el primer y último presidente de la URSS



Mijail Gorbachov
Hace 20 años dimitió el primer y el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, poniendo fin a 70 años de época soviética. El anuncio oficial llegó 17 días después de que en una residencia gubernamental enclavada en los bosques vírgenes de Bielorrusia los líderes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania —Boris Yeltsin, Stanislav Shushkévich y Leonid Kravchuk, respectivamente— firmaran un documento que estipuló que la Unión Soviética, potencia que abarcaba la sexta parte de la superficie habitable del planeta, dejaba "de existir como un sujeto de Derecho Internacional y realidad geopolítica".

El poder máximo en la República Soviética Federativa Socialista de Rusia, que recibió el nombre de Federación de Rusia, se concentró en las manos de Borís Yeltsin. Los líderes de las ex repúblicas soviéticas expresaron su gratitud a Gorbachov por "su contribución positiva" y le informaron de que el cargo de presidente de la URSS dejó de existir. Yeltsin recomendó a Gorbachov que abandonara su residencia presidencial en el Kremlin, ya que iba a instalar allí su propia administración. En la historia del país empezó una nueva era.

Unas horas antes de abandonar el Kremlin para siempre, Gorbachov hizo algunas llamadas, una de ellas al entonces presidente de EE. UU., George H. W. Bush. "Usted puede celebrar la Navidad tranquilamente y dormir bien esta noche", le aseguró a Bush tras comentarle que había entregado 'la valija nuclear' de Rusia, dispositivo que almacena los códigos para activar el arsenal nuclear, a Yeltsin. "En cuanto a mí, no voy a esconderme en una taiga. Me quedo en la política y en la vida social", acentuó el todavía presidente de la URSS.

Otra llamada fue al ministro de Relaciones Exteriores de Alemania en aquel momento, Hans-Dietrich Genscher. "Las corazones y la gratitud de los alemanes siempre estarán con usted", dijo Genscher y volvió a darle las gracias por la caída del Muro de Berlín.

En su declaración oficial para la nación, que se transmitió en directo la tarde del 25 de diciembre a todas las ex repúblicas de la URSS y a otros 153 países del mundo, dijo: "Yo siempre estuve a favor de la soberanía de las repúblicas y su independencia, pero, al mismo tiempo, a favor de conservar la integridad de la unión. Prevaleció la línea de la descomposición del Estado. No puedo estar de acuerdo con esto. Dejo mi actividad como presidente de la URSS y lo hago preocupado".

Gorbachov recibió una pensión mensual vitalicia y un seguro médico especial, tanto para él como para los miembros de su familia. A su disposición tuvo también 20 personas que debían garantizarle seguridad personal.

En enero de 1992, en su primer mes fuera de la política suprema del país, Mijaíl Gorbachov puso en marcha la Fundación Gorbachov, que se dedicó a realizar estudios económicos y políticos, y al análisis de los problemas actuales de la historia mundial. En 1993 fundó la Cruz Verde Internacional, una organización ecológica con oficinas representativas en más de 20 países del mundo.

En 1996 presentó su candidatura para las elecciones presidenciales de la Federación Rusa. Recibió tan solo el 0,51% de los sufragios (386.069 votos). Borís Yeltsin ganó los comicios con el 53,82% de los votos y empezó su segundo mandato.

Hoy en día una gran parte de los rusos sigue echando la culpa de la descomposición de la URSS a Mijaíl Gorbachov y considera este hecho como un acontecimiento trágico en la historia del país (un 25% de la población, según los datos del Centro Panruso de Investigación de la Opinión Pública, VCIOM). En la mayoría de los países occidentales, el ex mandatario soviético sigue siendo una figura muy respetada. Sin embargo, en la Rusia de hoy casi la mitad de la población –un 47%– no está interesada en su figura. Solo un 10% señala que le respeta, y un 5% que siente simpatía por él. El mismo porcentaje de encuestados –un 5%– comenta que su figura les provoca repulsión y a un 20% les causa irritación.

Tomado: RT.com

Artículos relacionados:
Sobre el “comunismo” después de su muerte
“Marx fue un profeta sin armas”
20 años de la caída de URSS: dos décadas sin mundo bipolar

Cómo se echa de menos a Reed


John Reed
En los últimos años el debate "oficial" sobre el periodismo se limita a discutir sobre empresas periodísticas y artilugios. Para ellos el debate sobre el futuro del periodismo se confunde con el futuro de las empresas periodísticas y si se refieren a contar algo es a contar lectores y audiencias para presentar cifras sugerentes a las empresas de publicidad. Hubo un tiempo en que periodismo era explicar el mundo, es decir, viajar al lugar donde sucedían las cosas, desconfiar de las versiones oficiales del poder, introducirse en una sociedad, hablar con la gente y estudiar, estudiar mucho sobre el país, su historia, el conflicto que se estaba desarrollando o la temática sobre la que debías informar. Se trata de un periodismo que reivindican en diversos textos sobre la profesión periodistas de diverso perfil ideológico, pero que todos se caracterizaron por su indiscutible integridad y profesionalidad como Ryszard Kapuscinski, Tiziano Terzani o Indro Montanelli.

Para denunciar la actual perversión del periodismo es bueno confrontar aquel periodismo digno con la penosa situación actual: un panorama dominado por la búsqueda del beneficio empresarial que impide dedicar tiempo y esfuerzo a la investigación o el contraste de las noticias, connivencia con el poder político que supone ausencia de crítica al orden establecido, subordinación al mercado publicitario lo que conlleva el culto a la espectacularidad, simplificación y frivolidad para lograr la audiencia necesaria... Frente a todo esto sugiero releer a John Reed. Se podría decir que Reed fue el gran cronista de los hitos revolucionarios del siglo XX. Para ello Reed domina los mejores instrumentos -sencillez, belleza, emoción, profundidad- del periodismo revolucionario. Su primer libro resultado de sus crónicas fuera de Estados Unidos, México insurgente, posee un tono mucho más descriptivo de los ambientes que el mítico Diez días que estremecieron el mundo, el trabajo sobre la revolución rusa por el que es más conocido. Pero no debemos olvidar otras obras recopilatorias de diferentes reportajes y textos elaborados bien durante su presencia en la Primera Guerra Mundial o en los conflictos sociales y obreros de su Estados Unidos natal. Me refiero a La Guerra en Europa Oriental, Hija de la Revolución y Rojos y Rojas. Un ejemplo de su estilo es este inicio de su crónica de la huelga de trabajadores de la seda: Hay una guerra en Peterson, Nueva Jersey. Pero es un curioso tipo de guerra. Toda la violencia es obra de un bando: los dueños de las fábricas. Su servidumbre, la policía, golpea a los hombres y mujeres que no ofrecen resistencia y atropella a multitudes respetuosas de la ley. Sus mercenarios a sueldo, los detectives armados, tirotean y matan a personas inocentes.

Tengo la esperanza de que la tendencia a la deriva actual del periodismo varíe, los ciudadanos se están viendo desbordados por la masificación de datos, la superficialidad, el ritmo febril en la transmisión de informaciones. Como resultado: caos, desorientación, sensación -fundada- de estar enterrados en la paja y abrumados por el ruido. Mi impresión es que el ciudadano despertará de esa pesadilla y querrá que el periodista le interprete el mundo, como nos lo hizo el siglo pasado John Reed.


Pascual Serrano es periodista. Su último libro es "Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa" . Editorial Península. Barcelona

Pascual Serrano / Mundo Obrero

Tomado: PascualSerrano.net

26 dic 2011

Sobre islas y utopías


Es sabido desde Oscar Wilde que un mapa sin la isla de Utopía es un mapa que no merece la pena. Sin embargo, que Islandia haya pasado de niña bonita del capitalismo tardío a proyecto de democracia real, nos sugiere que un mapa sin Utopía no sólo es indigno de nuestra mirada, sino también un engaño debido a una cartografía defectuosa. El faro de Utopía, lo quieran los mercados o no, ha comenzado a emitir tenues señales de aviso al resto de Europa.

Islandia no es Utopía. Es conocido que no puede haber reinos de libertad en el imperio de la necesidad del capitalismo tardío. Pero sí es el reconocimiento de una ausencia dramática. Islandia es la prueba de que el capital no tiene toda la verdad sobre este mundo, aun cuando aspire a controlar todos los mapas que de él disponemos.

Con su decisión de frenar la rueda trágica de los mercados, Islandia ha sentado un precedente que puede amenazar con romper el espinazo del capitalismo tardío. Por ahora, esta pequeña isla, que está haciendo lo que decían que era imposible por irreal, no parece sumirse en el caos, aunque sí en el silencio informativo. ¿Cuánta información tenemos de Islandia y cuánta de los préstamos a Grecia? ¿Por qué Islandia está fuera de unos medios que deberían contarnos lo que sucede en el mundo?

Hasta ahora, ha sido patrimonio del poder definir lo que es real y lo que no, lo que puede pensarse y hacerse y lo que no. Los mapas cognitivos empleados para conocer nuestro mundo han tenido siempre espacios ocultos donde reside la barbarie que sustenta el dominio de las élites. A esos puntos ciegos del mundo les suele acompañar la eliminación de su opuesto, la isla de Utopía. Ya lo escribió Walter Benjamin: todo documento de cultura es a la vez un documento de barbarie.

Estas élites, ayudadas por teólogos y economistas, han venido definiendo lo que es real y lo que no. Lo que es realista, de acuerdo con esta definición de la realidad, y lo que no lo es y por tanto es una aberración del pensamiento que no cabe considerar. Es decir, lo que cabe hacer y pensar y lo que no. Pero lo han hecho de acuerdo con el fundamento del poder y su violencia: el temible concepto de la necesidad. Es necesario hacer sacrificios, dicen con el gesto transido. O el ajuste, o la catástrofe inimaginable. Y es que el capitalismo tardío ha expuesto su lógica de un modo perversamente hegeliano: todo lo real es necesariamente racional y viceversa.

En enero de 2009, el pueblo islandés se rebeló contra la arbitrariedad de esta lógica. Las manifestaciones pacíficas de la multitud provocaron la caída del gabinete conservador de Geir Haarde. El Gobierno recayó en una izquierda en minoría parlamentaria que convocó elecciones para abril de 2009. La Alianza Socialdemócrata de la primera ministra, Jóhanna Sigurðardóttir, y el Movimiento Izquierda-Verde renovaron su coalición gubernamental con mayoría absoluta. En otoño de 2009 se inició por iniciativa popular la redacción de una Constitución mediante un proceso de asambleas ciudadanas. En 2010, el Gobierno propuso la creación de un consejo nacional constituyente cuyos miembros habrían de ser elegidos al azar. Dos referéndums (el segundo en abril de 2011) negaron a los bancos el rescate y el pago de su deuda externa. Y en septiembre de 2011 el antiguo primer ministro, Geeir Haarde, fue enjuiciado por su responsabilidad ante la crisis.

Caricatura: Manuel F.
Olvidar que el mundo no es una tragedia griega en la que la rueda del destino o del capital gira sin atender a razones humanas es negar la realidad. Es obviar que esa rueda es movida por seres humanos. Todo aquello que podamos imaginar como posible es tan real como lo que los mercados nos dicen que es la realidad. La posibilidad y la imaginación, recuperadas en Islandia, nos enseñan que ellas son tan ciertas como la necesidad pantagruélica del capitalismo. Sólo tenemos que atender a esa llamada para descubrir la trampa que se pretende hacernos creer. No hay otra alternativa, claman. ¿Acaso alguno de los que nos anuncian sacrificios se ha molestado en revisar su mapa del mundo?
Islandia ha demostrado que nuestra cartografía tiene más cosas de las que nos dicen. Que es posible dominar, y ahí reside el principio de la libertad, la necesidad. Islandia, sin embargo, no es un modelo. Es una de las posibilidades de lo diferente. El intento de la multitud islandesa de construir el futuro con sus decisiones y su imaginación nos muestra la realidad de una alternativa. Porque la posibilidad de la diferencia proclamada por la multitud es tan real como la necesidad de lo mismo exigida por el capital. En Islandia han decidido no dejar que el mañana lo dicte la rueda trágica de la necesidad. ¿Seguiremos los demás dejando que lo real quede definido por el capital? ¿Continuaremos entregando el futuro, la posibilidad y la imaginación a los bancos, las corporaciones y los gobiernos que dicen hacer todo lo que realmente se puede hacer?

Todo mapa de Europa debería tener a Islandia en su punto de fuga. Ese mapa debe construirse con la certeza de que lo posible está tan dentro de lo real como lo necesario. La necesidad es sólo una posibilidad más de lo real. Hay alternativa. Islandia nos lo ha recordado al proclamar que la imaginación es parte de la razón. Es la multitud la que definirá qué es lo real y lo realista usando la posibilidad de la diferencia. De este modo, no alentaremos consuelo de soñadores, sino que nos asentaremos en una parte de la realidad que el mapa del capital quiere borrar por completo. La existencia de Utopía depende de ello. Y con esta el concepto mismo de una vida digna de ser vivida.

Miguel Ángel Sanz Loroño / Doctorando e investigador de la Universidad de Zaragoza

Tomado: Blogs.publico.es

22 dic 2011

Discurso en Cambio de Mando de la FECh: “Chile Cambió en cada Esquina, en cada Calle"…


Es difícil hacer el balance del presente año de nuestra federación, el solo hecho de sentarse y evaluar, repasar los contenidos, lo hecho y lo olvidado, son ejercicios que requieren de tiempo y tranquilidad, dos elementos que hasta el momento no hemos tenido y que dificultan los análisis a la hora de repasar el año transcurrido.

A esto hay que sumarle la profundidad y alcance que tuvo el movimiento social por la educación, ya que, al contrario de lo que se ha querido presentar, no abarcó tan solo lo meramente estudiantil ni tampoco se contuvo en las paredes de nuestra universidad, por el contrario, detonamos un movimiento que sacudió al país, contagió al continente y puso los ojos del mundo sobre nosotros y nuestros resultados, por lo que hacer un balance de la FECh que tan solo abarque a la FECh no es sensato ni tampoco corresponde a la realidad de nuestra gestión.

De todas maneras, para partir quisiera agradecer a todas y todos quienes han sido parte fundamental en la construcción de este proceso. A los funcionarios de la FECh por su compromiso y trabajo intachable durante el año, por su paciencia y lealtad a la organización, a pesar de lo difícil que es trabajar con estudiantes todo el día, cuando aún ellos no entienden a cabalidad las condiciones del mundo laboral.

A ellos les debemos nuestro más sincero respeto y el compromiso por hacer de su trabajo un valor a cuidar y resguardar. Sin lugar a dudas, a mi familia y a Julio, que gracias a su incondicional apoyo, amor y entrega pude desempeñar gran parte de mi trabajo en la FECh, incluso en los momentos más difíciles.

A los funcionarios de la Casa Central que nos acompañaron en la toma y ayudaron a cuidar la Casa de Bello. A los académicos que se pusieron la camiseta y que desde oscuros laboratorios, bibliotecas y oficinas sacaron una voz que hace mucho tiempo no se hacía escuchar en nuestra universidad.

A los que se involucraron activamente y no sólo de palabra, a los que madrugaron por tener que preparar el trabajo del paro del día siguiente, a los se mojaron en las manifestaciones, a los que bailaron, actuaron y crearon por este movimiento.

A los secundarios por su capacidad de entrega y valentía, a los estudiantes de instituciones privadas que lograron renovar los aires de este movimiento, a los profesores por trabajar codo a codo con los estudiantes pese a los constantes ataques recibidos, a los pobladores que nos acompañaron en los cacerolazos, las barricadas y las asambleas territoriales, a los trabajadores de la educación y de otros ámbitos que hicieron tremendos esfuerzos por solidarizar y acompañarnos en las movilizaciones y muchas veces también en las discusiones.

En fin, a todas y todos quienes desde sus diferentes frentes de acción, aportaron pequeñas y grandes cosas a este movimiento.

Y no quisiera dejar de lado a los que no están presentes, para compartir este importantísimo proceso, pero que, sin lugar a dudas, han sido grandes referentes de la historia, sin los cuales no habríamos tenido capacidad política, teórica, moral e histórica de poder levantar y conducir este movimiento.

Hablo de Marx, de Lenin, de Recabarren, de Violeta, Víctor, Gladys, de Lucho Corvalán, de Gramsci, de Allende y tantos otros a los cuales les debemos esto y mucho más y que van siempre a nuestro lado en esta larga marcha.

En segundo lugar, quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones que nacen de la experiencia, de las vivencias básicas que este 2011 dejó estampadas en nosotros, hoy tenemos la más profunda convicción de que la fuerza erigida a partir del movimiento debe constituirse como una verdadera posibilidad de transformación social en Chile, debe significar un cambio en la vida de nuestro pueblo y debe constituirse en un ejemplo de lucha para todos los pueblos del mundo en su camino por conquistar más democracia, más justicia social y protección de nuestros derechos fundamentales frente a los embates y colonizaciones del mercado.

Tengo la más plena seguridad de que para todas y todos ustedes, este año ha significado uno de los más importantes procesos de maduración y desarrollo tanto personal como político. Este es un año en el que todos hemos aprendido, por lo tanto todos hemos ganado.

A algunos les tocó aprender cayendo duramente, a otros les tocó aprender que lo hecho en el pasado tiene valor en el presente y se configura como determinante para el futuro, a otros les tocó aprender que no se podía mantener por siempre al pueblo engañado y desmovilizado.

En definitiva, este es un año en que sin duda Chile ganó y eso es motivo de orgullo para los estudiantes de nuestra casa de estudios, hoy día podemos decir con más fuerza y autoridad que la Chile es de todos los chilenos, hoy podemos mirar sin vergüenza al país y decirle: esta es tu Universidad y desde ella luchamos por un Chile nuevo, desde ella luchamos porque en sus aulas vuelvan a caber los hijos de todo tu pueblo, hijos de buena familia no bastan para nuestros sueños.

Debemos decir también, que durante este proceso tuvimos aciertos y errores, alegrías, frustraciones, encuentros y desencuentros, incertidumbres y certezas, en definitiva, un sin fin de experiencias que, sin duda alguna, estarán siendo en estos momentos revisados en el fuero interno de cada uno, para constituirse posteriormente en el conjunto de elementos que servirán para la proyección de un mejor escenario político en los años venideros.

Y digo esto, porque entendiendo que cada cual de manera individual o colectiva habrá hecho o estará haciendo este análisis, proceso al cual me gustaría poder aportar algunos elementos.

A esto quiero comenzar señalando, que iniciamos este período con mucha claridad respecto al rol que debíamos jugar los estudiantes y la comunidad universitaria en general, en el proceso de transformación y democratización no solo de nuestra universidad, sino que también en el conjunto del modelo educacional, cuestión que señalábamos como un paso estratégico en la dirección de hacer avanzar nuestra sociedad hacia un modo de vida más justo, democrático y libertario.

Comprendíamos con claridad las razones del por qué en Chile se inició un proceso de desmantelamiento de la educación pública y a la vez entendíamos la importancia fundamental que tenía la configuración de ello con el resultado de la obra total del modelo neoliberal que otrora nos heredaran a sangre y fuego.

Asumimos que no teníamos razones para soportar y seguir soportando las condiciones impuestas de un modelo por el cual nadie nos había preguntado y es entonces que decidimos salir a la calle una vez más, pero ya nuestro despliegue, nuestro discurso y nuestro convencimiento se encontraban fuertemente armados, ya no era solo cosa de niños, ya no era cuestión de tiempo.

Entendimos que antes de hacer educación había que pensar la educación, que antes de hablar de calidad debíamos discutir en torno a ella y no aceptar un concepto impuesto y aprendimos sobre todo a no caer en el vicio de elaborar y demandar reformas que no tuviesen coherencia política con la sociedad a la cual aspirábamos vivir y legar a nuestro pueblo.

Cuando hablábamos de cambios estructurales al modelo, hablábamos de construir un sistema educacional que pudiese contribuir a superar la odiosa condición de inequidad, segregación, exclusión y marginalidad con que aún dominan a nuestro pueblo. Que permitiese por vía de la democratización del conocimiento, en cuanto a su acceso, su apropiación y su generación, desarrollar una plaza contra hegemónica a los principios y reproducciones materiales del modelo mercantilista, catalizador de las más profundas desigualdades e injusticias de nuestra sociedad.

Este año pudimos también experimentar muy felizmente, uno de los momentos de mayor debate y participación en nuestros espacios universitarios, fenómeno materializado en los distintos claustros triestamentales y en encuentros que no sólo lograron demostrar que tenemos un gran potencial para la construcción de comunidad universitaria, sino que demostraron también que esa construcción es posible, que podemos elaborar propuestas y dar una señal al país de que lo público se evidencia en estos esfuerzos incomprables por el dinero.

Ahora nuestro principal desafío será potenciarlos y hacer que lo que emane de esos espacios de integración pueda constituirse en patrimonio de la sociedad y en verdaderas herramientas de transformación para nuestro pueblo. Todo esto exige una mayor participación de toda la sociedad chilena en el cuidado y cumplimiento de sus fines.

Quiero también destacar, la necesidad que tenemos como país de avanzar hacia un cambio de paradigma en la forma de hacer universidad, la Chile ya no es la misma de antes, en cierta medida y de cierta forma, hemos cambiado de lenguaje y seremos todos nosotros, estudiantes, funcionarios, académicos y autoridades, los responsables de conducir a nuestra Universidad hacia una ruptura del statu quo y el orden actual existente.

Debemos hacerla avanzar hacia la construcción de nuevos espacios de encuentro, donde se puedan analizar y poner en cuestión las más diversas formas de vida y posturas político-ideológicas; donde la diversidad debe pasar de la teoría a la práctica cotidiana y se logre la interacción intelectual y humana que nos permitirá ir abordando la complejidad de las problemáticas actuales y futuras de nuestra sociedad.

La verdad es que Chile toma cada vez mayor conciencia de que necesitamos dar pasos decididos en la construcción de un sistema de educación que termine con el progresivo cercenamiento de la identidad y diversidad cultural presentes en nuestro país, que abandone la repetición de consignas, la ejecución de órdenes y la identificación de los estudiantes y académicos con la búsqueda del logro individual, la aceptación de las reglas del mercado, el conformismo y la desmemoria, para cambiarlos por un espíritu de unidad en la pluralidad, por una nueva disposición a educar al conjunto del pueblo, cuyo fin sea su emancipación moral, intelectual y material.

Para esto, nos ha resultado indispensable la toma de conciencia de que la educación debe ser entendida como un derecho universal y una inversión social y no como un bien de consumo como algunos nos han pretendido hacer creer.

Sin embargo, compañeras y compañeros, es importante tener claridad de que no podemos caer en el mismo error de los movimientos reformistas de nuestra historia.

Si bien entendemos la vigencia de las demandas contra la segmentación del conocimiento y las concepciones tecnocráticas y autoritarias de la enseñanza y reeditamos las propuestas a favor de la autonomía universitaria, el pluralismo, la libertad de cátedra, la participación de los estudiantes y trabajadores en la dirección de los establecimientos, no podemos creer que ésta sea la única vía para fundar una nueva sociedad.

La tradición liberal iluminista que nos hace creer que el conocimiento es o será LA principal riqueza de Chile y, que la reforma universitaria, o de la educación en general basta para lograr la emancipación de nuestro país a través de la cultura, es algo que aunque coherente y noble, carece de sustento material.

La revolución social no es antes que nada ni tan solo una reforma intelectual y moral, sino que por sobre todo, es una transformación radical en las relaciones de poder político y de acumulación económicas vigentes en nuestra sociedad.

Nadie podría negar que un pueblo culto es menos vulnerable a la dominación y al sometimiento, sin embargo, esa democratización y acceso a la cultura no se obtienen de manera gratuita por parte de los dominados, por el contrario, se arranca con convicción y energía de la mesa del festín de los poderosos.

Cómo lograr esas conquistas debe ser una de las principales interrogantes en estos momentos y una de las mayores tareas pendientes que deja este movimiento. No es menor que después de 7 meses de movilización, durante las cuales logramos legitimar nuestras demandas y representar a más de un 80% de la población, no hayamos logrado avances en términos de nuestras propuestas y nuestras reivindicaciones más sentidas.

No cabe duda que a estas alturas del año, cuando ya es compartido que el movimiento logra dar el salto cualitativo desde la demanda gremial-corporativa a una demanda estructural y de carácter político, las mayorías que salen a las calles ya no son sólo mayorías endeudadas, sino que son mayorías guiadas por la más profunda necesidad de contraponer a la avaricia y la soberbia del sistema, la dignidad de los seres humanos y la recuperación de sus derechos.

Efectivamente no es sólo una consigna decir que Chile cambió, en cada esquina y en cada calle vemos cómo Chile va perdiendo el miedo, cómo la gente vuelve a creer en la posibilidad de los cambios y en la acción colectiva como forma necesaria para alcanzarlos.

Atrás queda el pueblo callado y domesticado, acostumbrado al conformismo y al individualismo, incapaz de levantar la voz ante la injusticia y los abusos, por el contrario, la gente sale con alegría a las calles a recuperar la esperanza perdida, sale a decir con fuerza: ¡ya basta de desigualdad, basta de lucrar con nuestros derechos fundamentales y basta de esta pírrica democracia de los consensos!

Sin duda que este movimiento ha logrado evidenciar con mayor fuerza las falencias del sistema, lo cual ha significado un cambio cultural en nuestro país y, aunque embrionario aún, nos permite abrirnos a la posibilidad de avanzar hacia un estado mayor de concientización y de lucha social.

Este año, también ha quedado demostrado que con un gobierno de derecha los avances sociales a favor del pueblo son un imposible, el sistema político presidencialista logra que el ejecutivo tenga la sartén por el mango y puedan hacer y deshacer según como le venga en gana.

Por otra parte, las consecuencias del binominalismo se hacen sentir con fuerza en el parlamento, configurando mayorías opuestas a la ciudadanía y dejando un margen de acción muy estrecho para fuerzas sociales y políticas contrarias al dictamen de los poderosos.

Alterar este orden, también es una tarea pendiente de nuestro movimiento, ya que las consecuencias de ello se harán sentir con fuerza en proyectos de ley que ya están siendo tramitados en el parlamento, tales como el proyecto de desmunicipalización, Superintendencia, Ley de Universidades Estatales, Democratización, fin al Lucro, entre otros, los cuales de no mediar una acción política y social poderosa y eficaz por nuestra parte, serán arreglados al gusto de unos pocos y para el desmedro de millones, tal como se han venido haciendo las cosas en nuestro país a lo largo de estos últimos treinta años.

Y he aquí un punto de maduración importante que hemos adquirido con este movimiento: nuestro principal problema no es de recursos, es de democracia.

La reproducción del poder político sobre sí mismo con independencia de la inclusión y participación de las grandes mayorías ciudadanas ha hecho a nuestra democracia perder valor y a nuestros ciudadanos perder interés por ella. Lo que ayer fue un profundo anhelo de generaciones enteras que entregaron su vida por obtenerla, hoy es solo un mal recuerdo por el que no vale la pena ni siquiera interesarse.

La clase política contra la cual algunos creen luchar, no es más que el reflejo del ordenamiento del poder existente en nuestra sociedad, para nosotros no existe “la clase política”, existen las clases sociales, donde se inscriben dominados y dominadores, explotadores y explotados.

No podemos seguir aceptando el uso de un concepto vago y poco definido, que viene por sobre todo a atenuar y confundir el centro de las preocupaciones que como pueblo debemos tener para superar el actual esquema de dominación existente en nuestro país.

Es a esos sectores a los que hay que desplazar de la toma de decisiones, a quienes gozan de la acumulación de capital, sumado a la acumulación de poder político, comunicacional y cultural. A los que hoy toman decisiones por nosotros y no nos permiten participar directamente en la construcción de nuestro propio futuro. Ellos son la geometría del poder que se constituye como la gran mordaza a los avances del pueblo chileno en materia de derechos y reivindicaciones y es contra sus privilegios por lo que luchamos.

Por lo mismo, es que no entendemos como aceptable la renuncia a la disputa de espacios de representación dentro de la institucionalidad política, no podemos negarnos a subvertir la correlación de fuerzas al interior de esta espuria institucionalidad burguesa, muy por el contrario, ello debe constituirse en uno de los pasos fundamentales que este movimiento logre dar, no el único, pero sin lugar a dudas debemos trasladar la mayoría de las calles al interior del parlamento y el aparato del Estado, y que vuelvan a ser los trabajadores, pobladores y estudiantes quienes manejen las riendas de su propio futuro, participando, sin otros intermediarios, en la elaboración de las leyes y normas que nos devuelvan nuestros derechos.

Hoy, producto de la histórica movilización desencadenada en nuestro país, hemos logrado provocar fisuras y resquebrajar la construcción hegemónica neoliberal dominante, instalada hace ya más de treinta años por la dictadura.

Sin embargo, esta aún no está derrotada, tiene fisuras y está agotada, pero nada indica que no pueda recomponerse sobre sus propias fuerzas, como históricamente lo ha hecho y vuelvan por tanto, nuevamente las fuerzas neoliberales y reaccionarias a ganar poder para restablecer su hegemonía e incluso blindarla.

Existe una crisis de legitimidad del neoliberalismo, eso está claro, ahora de nosotros y de las fuerzas democráticas depende avanzar con convicción y fuerza para derrotar a la maquinaria vil que ya no se puede seguir sosteniendo.

La fuerza y presión democratizadora que están generando los actuales movimientos y organizaciones sociales ya no son sólo en demanda de reformas sectoriales al modelo, sino que por sobre todo, son para hacer avanzar al país hacia la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, ahí está el desafío estratégico de nuestro movimiento.

No quiero terminar, sin antes enunciar algunos de los desafíos que como país tenemos pendientes.

Chile debe avanzar hacia un modelo de sociedad que sustituya el principio de la competencia por el de la cooperación, que sustituya al individualismo por la solidaridad y la acción colectiva, a los bienes privados por los públicos, que permita la socialización de las fuerzas productivas y el reparto equitativo del trabajo común, el reconocimiento efectivo del derecho de cada persona a vivir plenamente su vida intelectual y moral.

Se requiere urgente renovar la vida pública para recomponer el tejido social, ensanchar los cimientos de la justicia, y construir una nueva geografía del poder, donde no se permitan más abusos ni explotaciones.

Las esperanzas del pueblo están en todos nosotros, y los estudiantes, los demócratas y la izquierda chilena no pueden desconocer el nuevo escenario en el cual estamos inmersos, menos todavía repetir viejas recetas que con la experiencia histórica ya se han visto fracasadas.

Debemos ser capaces de fijar un nuevo horizonte para nuestro desarrollo, un nuevo camino por el cual transite nuestro modelo de sociedad y nuestra democracia, necesitamos un nuevo marco en el cual todos por igual tengamos los mismos derechos y las mismas libertades.

Para finalizar, quiero decir que lo que viene es tanto o más importante que lo pasado, quizás el próximo año no haya movilizaciones tan masivas como las de este, pero ello no será excusa para que la lucha no se intensifique.

Quiero darle mis saludos a Gabriel, decirle que cuenta con todo mi apoyo en este año de gestión que le tocará vivir, que pese a los inventos mediáticos y diferencias de pasillo que pretenden instalarnos, ambos sabemos que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa y que puede esperar de nosotros, los comunistas, todo el apoyo y la lealtad en esta enorme lucha que juntos enfrentamos, que tal como hace cien años, seguiremos estando firmes junto a los trabajadores y el pueblo, articulando la lucha social en sus más diversas formas, para así proyectar una alternativa de democracia real para todos los chilenos.

La primavera promete nuevos frutos, dependerá de todos nosotros, cuán dulces puedan ser.

Camila Vallejo.

Tomado: Diarioreddigital.cl

Rusia, la insólita


El estrépito de las persistentes manifestaciones por el presunto y aun probable fraude de las elecciones legislativas que tuvieron lugar en Rusia el 4 de diciembre ha marginado a la casi desaparición a un hecho pasmoso: el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) prácticamente duplicó sus votos, pasando del 11,1 por ciento obtenido en el 2007 al 19,2, ganó bancas y se convirtió en la primera minoría de la Duma. Y no con ayuda oficial.

Guennady Zyuganov, candidato presidencial del PCFR para los comicios de marzo próximo, señaló que “este país nunca presenció elecciones tan sucias” y denunció que la policía sacó a golpes a varios fiscales de mesa de su partido que terminaron en un hospital. Se jactó del triunfo de una formación política que sigue agitando banderas rojas y preside sus reuniones con un busto de Lenin. Aunque esto no significa que estén volviendo los tiempos del gulag, la explicación de este fenómeno convoca preguntas varias.

Algunos analistas consideran que el PCFR sacó provecho del voto de castigo propinado al gobierno Putin. Tal vez haya otras razones. Un estudio que la Princeton Survey Resarch Associates International llevó a cabo durante marzo/abril en la poderosa Ucrania, la débil Lituania y Rusia misma indica que buena parte de la ciudadanía de esos países ex soviéticos ha perdido sus ilusiones en el sistema capitalista y pluripartidista imperante desde que el Protocolo de Alma Ata se convirtiera en el acta oficial de defunción de la URSS. Se firmó el 21 de diciembre de 1991 y dos décadas bastaron para que el pesimismo invadiera altas esperanzas.

Los datos del estudio, elaborado en el marco del Pew Research Center de Washington, se comparan con los de las encuestas que el Times Mirror Center realizó en los tres países en 1991, cuando mayorías compactas recibieron el cambio de régimen con optimismo manifiesto. Sólo un 35 por ciento de ucranianos y alrededor de la mitad de los rusos y lituanos están conformes hoy con el pluripartidismo: 20 años antes era aprobado por el 72 por ciento, el 61 y el 75, respectivamente (//pewcenter.org, 5-12-11). Es significativo que el mayor grado de desaprobación se registre entre las poblaciones rurales.

Una mayoría aplastante se muestra insatisfecha con el funcionamiento de la democracia en los tres países estudiados: el 81 por ciento en Ucrania (contra un 13 por ciento satisfecho), el 72 en Lituania (contra el 25) y el 63 en Rusia (contra el 27). Es una tendencia creciente aun comparada con datos del año 2009. Pocos creen que “casi todos los funcionarios elegidos toman en cuenta lo que piensa gente como yo” y menos que el Estado se ocupa de beneficiar al pueblo. Lo cual se percibe con claridad en las opiniones sobre las políticas económicas en práctica después de la implosión de la URSS.

“¿Quién se ha beneficiado con los cambios producidos desde 1991?” es una pregunta de la investigación que recibe contestaciones elocuentes. En Ucrania: el 95 por ciento opina que los políticos son los más favorecidos; el 76, los empresarios; sólo un 11, el ciudadano de a pie. Los respectivos porcentajes en Lituania: 91, 78 y 20. Y en Rusia: 82, 80, 26.

La visión generalizada es que la sustitución de un sistema por otro ha sido más negativa que positiva y se observa una mayor concentración de la riqueza: el 10 por ciento más pobre de la población de Rusia accede al 1,9 por ciento del PIB, el 10 por ciento más rico, al 30,4, según las últimas cifras disponibles, del año 2007 (www.indexmundi.com, 11-3-11). El visitante de Moscú puede encontrarse a las 6 de la tarde de una jornada laboral en una ciudad tan atiborrada de vehículos como México, o casi. Abundan los Bentley, Alfa Romeo, Ferrari, Porsche y otros coches de lujo, pero no muchos pueden comprarlos. El apoyo a la economía de mercado descendió del 76 al 45 por ciento en Lituania, del 52 al 34 en Ucrania y del 54 al 42 en Rusia.

El nivel de vida decayó un 82 por ciento y la aplicación de la ley, un 79, dicen los ucranianos; 61 y 61 los rusos y 56 y 55 los lituanos, respectivamente. Según los entrevistados, la relación entre los grupos étnicos, la moral pública, los valores familiares y espirituales, la solidaridad, así como el sentimiento de orgullo nacional, empeoraron. El descontento que se ha hecho público en las manifestaciones contra Putin está cargado de más exigencias que la sola limpieza electoral.

La situación alimenta rememoraciones autoritarias. En 1991, el 79 por ciento de los lituanos, el 57 de los ucranianos y el 51 de los rusos manifestaron que un gobierno democrático resolvería los problemas de su país mejor que “un hombre fuerte”. Esos porcentajes cayeron al 52 por ciento, 32 y 30, respectivamente. Hoy declaran que una economía próspera es más importante que un gobierno democrático. Por fin Rusia se está convirtiendo en un país verdaderamente capitalista.

Juan Gelman.

Tomado: Página 12.com.ar

Europa megarrescata a sus bancos


Campamento de indignados frente a la sede en
 Frankfurt, Alemania, del Banco Central Europeo,
 tras el rescate a los bancos.
Imagen: EFE
Mientras los gobiernos de la Eurozona someten a sus países a duros ajustes para alcanzar ambiciosas metas fiscales, los bancos recibieron una inyección fresca de dinero para afrontar sus vencimientos. La crisis continúa.

Los bancos de la Zona Euro se aprovisionaron generosamente en liquidez en el Banco Central Europeo (BCE), que les otorgó préstamos a tres años por casi 500.000 millones de euros ayer, pero la operación, según los economistas, no resuelve todo y desestabilizó los mercados. Para el BCE, que llevó a cabo por primera vez una operación de este tipo, fue un éxito. En total 523 bancos de la Zona Euro se precipitaron a su mostrador para obtener la suma histórica de 489.000 millones de euros en préstamos.

Aunque divididos, los economistas preveían una demanda entre 100 y 500.000 millones para esta operación en la que el BCE ponía sumas ilimitadas a disposición. Los bancos podían obtener cuanto dinero necesitasen con la condición de tener la contrapartida en garantías para el BCE. La inyección neta en el sistema bancario europeo luego de la operación es de menos de 200.000 millones de euros. El resto corresponde a préstamos a una semana, tres meses o un año, que los bancos no renovaron estos últimos días en vistas de esta operación especial.

Esta liquidez es bienvenida por los bancos de la Zona Euro, que tienen importantes necesidades de refinanciamiento para 2012 y mucha dificultad para encontrar los fondos en el mercado en donde los inversores no les tienen confianza. Más de 600.000 millones de deuda bancaria vencen en 2012, de los cuales 230.000 millones sólo en el primer trimestre, recordó el presidente del BCE, Mario Draghi. “Con una ayuda tan generosa, el espectro de bancarrotas de las instituciones financieras por problemas de liquidez debería alejarse y hacer desaparecer uno de los riesgos que podrían provocar un deterioro de la crisis de la deuda”, señaló Christian Schulz, del Banco Berenberg.

El BCE espera principalmente que los bancos utilicen este dinero para prestar a los hogares y empresas de la Zona Euro y evitar el derrumbe del crédito que sería devastador para la economía. Las Bolsas europeas y el euro saludaron este resultado, pero revirtieron luego la tendencia al estimar algunos analistas que la importancia de la operación era más bien de mal augurio para la solidez de los bancos.

“Los corredores intentan evaluar la significación de la importancia del préstamo acordado por el BCE para la salud del sector bancario de la región”, estimaban los analistas de Charles Schwab en Nueva York. Hacia las 17, Wall Street cedía en Nueva York. En París el CAC 40 cerró perdiendo 0,82 por ciento, Frankfurt perdió 0,95 por ciento, Madrid 0,90 por ciento y Londres 0,55 por ciento.

Parece poco probable que la inyección de liquidez sirva para aliviar a los Estados frágiles de la Zona Euro, como lo esperaban algunos en el Eurogrupo, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy. En el papel, la liquidez levantada por los bancos a bajo costo puede ser lucrativamente reinvertida en bonos de Estado, algunos ofrecen tasas muy interesantes.

Pero “dudamos de que el dinero sea utilizado principalmente en comprar deuda periférica”, estimó Martin van Vlie, de ING.

La mayoría de los grandes bancos tienen otras prioridades, como cubrir sus propios vencimientos, y no desean comprar activos de riesgo que podrían costarles una rebaja en su nota de calificación financiera, según Schulz.

Primer signo alentador. Sin embargo, España aprovechó el martes de la distensión en los mercados para colocar más bonos de lo previsto a tres y seis meses por 5640 millones de euros con una tasa que bajó fuertemente.

Las tasas a 10 años de España, que cayeron ayer por la mañana por debajo de 5 por ciento por primera vez desde octubre, se situaban a 5,097 (contra 5,030).

Al final de cuentas, la operación a tres años “no va a salvar la Zona Euro”, estimó Jonathan Loynes, de Capital Economics. “Las sumas en juego no se sustituyen a las compras más importantes, o a las garantías, que los mercados esperan del BCE”, agregó.

Desde hace meses la entidad de Frankfurt está bajo presión para que resuelva la crisis comprando masivamente títulos de deuda. Pero se rehúsa a hacerlo, ya que lo considera contraproductivo y evoca su independencia así como la prohibición del Tratado Europeo de financiar a los Estados.

Tomado: Página 12.com.ar

21 dic 2011

Camila Vallejo llama a movilizarse en las poblaciones, liceos y otros sectores sociales


Camila Vallejo
Durante el cambio de mando en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) realizado este lunes, la ex presidenta Camila Vallejo llamó a todos los sectores públicos a movilizarse para el próximo año.

Mientras que Gabriel Boric asumió como el nuevo presidente de la FECH, tildando al Gobierno como “intransigente” enfatizando en la unidad que existe dentro de la federación de estudiantes.

“El ánimo de todos es de unidad y trabajo en conjunto. Así será el próximo año con Camila y los demás integrantes de la mesa”,concluyó Boric.

En tanto, en el discurso de despedida, la ahora vice presidenta hizo un llamado a “continuar con las movilizaciones para el próximo año, no en sólo en las universidades sino también en las poblaciones, en los liceos y en otros sectores sociales”.
Con respecto de su designación como “Personaje del año” del diario británico The Guardian, la dirigenta comentó que “ojalá que el movimiento estudiantil chileno se tome como ejemplo para otras luchas en el mundo entero”.

Las organizaciones estudiantiles han insistido, durante el conflicto, en coordinar acciones con los rectores de los planteles de educación superior para plantear sus puntos de vista frente al Gobierno.

Agencias / LR

Tomado: La República.es
Artículo relacionado:
El reformismo del PC chileno derrotó a Camila

Presta BCE 489 mil mde a bancos, el más grande rescate de su historia


Durante tres años, las instituciones financieras podrán pedir créditos sin límites y con intereses muy bajos.

El Banco Central Europeo (BCE) puso este miércoles en marcha lo que la revista alemana Der Spiegel online describió como la “más grande acción de rescate de su historia”: durante tres años los bancos podrán pedir préstamos sin límites y con intereses muy bajos.

Los políticos europeos y el director del BCE, Mario Draghi, esperan que los institutos europeos usen este dinero para comprar deuda de los países del euro. Los críticos advirtieron, sin embargo, que podría ser un juego peligroso.

El consejo de Gobierno del BCE acordó en su reunión del 8 de diciembre pasado llevar a cabo dos subastas a tres años con adjudicación plena y a tipo fijo, que puede amortizarse al cabo de un año.

La de este miércoles es la primera de esas dos subastas, a las que se llama en el sector financiero como “barra libre de liquidez”.

La medida se considera como la muy esperada “bala de plata” contra la crisis de las deudas soberanas en Europa, que está afectando cada vez más a la banca. Con esas dos subastas, el BCE pretende que los bancos otorguen a su vez créditos baratos a empresas e individuos.

Los bancos tienen además la libertad de pagar antes las cantidades que toman prestadas del BCE. Los mercados estiman que la segunda subasta tendrá lugar en febrero.

Las tensiones en los mercados “han alcanzado dimensiones de una crisis sistemática como no se veía desde la quiebra de Lehman Brothers”, admitió el BCE en un estudio publicado el lunes pasado.

Paralelamente, frente al Parlamento Europeo, Draghi advirtió sobre los riesgos para los bancos europeos en particular en los primeros tres meses de 2012, ya que previó que tendrían dificultades a tener acceso a dinero fresco.

“La presión que experimentarán los mercados de bonos es muy, muy significativa, sin precedentes”, admitió el presidente del BCE.

Economistas partidarios de la iniciativa creen que tendrá una buena acogida entre las entidades europeas, con una demanda que como mínimo será de 200 mil millones de euros, pero que estiman que en los hechos ascenderá hasta los 400 mil millones de euros.

Los críticos advierten que la acción y la blanda política monetaria del banco emisor europeo podrían empujar la inflación.

Asimismo los expertos señalan que muchos bancos podrían decidir no aceptar la invitación del BCE, por miedo a que se pueda interpretar como una señal de debilidad en la crisis.

Antes de la crisis, el BCE prestaba dinero para un tiempo máximo de tres semanas con el fin de que los créditos fueran poco atractivos para los bancos.

Los Institutos que necesitaban dinero debían pedir préstamos de liquidez a competidores. Pero con la crisis de 2008 estos préstamos interbancarios empezaron a hacerse menos frecuentes.

Los bancos acreedores tienen miedo de que los bancos a los que otorgó créditos no vayan a pagar la deuda contraída.
El Banco Central Europeo (BCE) prestó hoy 489 mil millones de euros (639 mil millones de dólares) a los bancos de la eurozona a más de tres años, en lo que supone la mayor inyección de crédito del BCE en el sistema bancario en los 13 años de la historia del euro.
Un total de 523 bancos han presentado su solicitud para recibir fondos, según ha explicado el BCE en un comunicado. La decisión tiene el objetivo de inyectar liquidez en las instituciones bancarias.

Los bancos del área pueden recibir préstamos del BCE a una tasa de interés que será la media de la principal tasa de interés del BCE durante los próximos tres años. La tasa de referencia actual se encuentra en un mínimo histórico de un 1.0 por ciento.

Xinhua

Tomado: La Jornada.unam.mx

19 dic 2011

Hacer de la verdad nuestra resistencia


Caricatura. J.Kalvellido
Desde hace tiempo vengo reflexionando sobre el uso de los eufemismos, lo que me gusta llamar neolengua, en el trabajo ideológico para la presentación del poder a la población. Queda claro que este sistema que condena a la pobreza y a la violencia a la mayoría de la población mundial, solo puede mantenerse con la creación de una realidad inducida que maquille el horror.

Esta es la base fundamental, a la que habría que añadir la construcción simbólica cultural a través del entretenimiento de masas, donde se trabaja el inconsciente a base de emociones y se forjan las ideas primarias o los arquetipos de la heroicidad.

Es una fórmula simple pero perversa, que apela a la simpleza de las ideas fuerza y a la reducción de la realidad a un plano infantil. Una maquinaria perfeccionada año tras año a partir de la experiencia de dominación y la asunción del ahorro que supone esta guerra cultural y emocional preventiva, en los medios represivos clásicos.

Goebbels, ministro de propaganda nazi, fue un maestro en este arte del engaño persuasivo. Es cierto que formaba parte de una sociedad jerarquizada y militarizada, pero a la que se pudo llegar gracias a las fórmulas aplicadas por este genio del mal. Hoy, en medio de nuestras sociedades llamadas libres, se usan métodos parecidos, mejorados por la bien engrasada democracia mercantilista al estilo Hollywood.

En estos días nos hemos encontrado en medio de un bombardeo mediático propagandístico sobre una supuesta retirada de Irak. Y digo supuesta, porque aunque sea una reducción, no supone el total abandono de las tropas estadounidenses del país.

Caricatura: Latuff 2009
Según las informaciones oficiales, inoculadas por los grandes medios, 14000 estadounidenses adscritos a la embajada de EEUU en Bagdad permanecerán en el país. Aún dando por buena esa cifra, otras fuentes hablan de la permanencia de casi 50.000 soldados en bases diseminadas por el territorio iraquí, mantener esa cantidad de personal en un país, no es lo que yo entiendo por retirada.

A esos miles de efectivos habría que sumar la presencia de decenas de miles de mercenarios, llamados eufemísticamente contratistas, la mayoría de los cuales tienen vinculación directa o indirecta con las tropas que lideraron la invasión y posterior ocupación de Irak.

Los hechos nos demuestran que no es una retirada y sí un repliegue táctico propagandístico, enmarcado en la escenificación de la ficción que convierten en nuestra realidad. En un país en el que permanecen miles de efectivos de tropas foráneas, regulares o irregulares, no puede hablarse ni de retirada ni de soberanía.

Es interesante también poner atención en la dirección de la mirada que ha primado en esta campaña de propaganda. La centralidad del discurso se ha puesto sobre la salida de las tropas, difuminando la situación en la que queda Irak después de tantos años de presencia invasora. Es ahí donde queda claro lo que quieren ocultar y cómo tratan de ocultarlo.

El Pentágono y los grandes medios han tenido que asumir cien mil muertos iraquís para desenfocar la atención del horror que supone la verdadera realidad. Según los informes de sobremortalidad realizados en 2006 por la Universidad de Baltimore y actualizados por la organización inglesa ORB [1], más de un millón de personas han muerto como consecuencia directa de la invasión. En un país de veintisiete millones de habitantes estos informes científicos nos revelan que se ha exterminado al 2,5% de la población. Se pretende ocultar un genocidio.

No quieren que veamos los cuatro millones de refugiados internos, los dos millones de refugiados externos, la matanza sistemática de profesores y científicos, el desmantelamiento de la sanidad, la aparición de enfermedades erradicadas como el cólera, la segregación en la educación por género, la pérdida de derechos de las mujeres, la irrupción del sectarismo religioso, la inexistencia de reconstrucción, la falta de electricidad o agua potable normalizada, el desempleo masivo, etc... Nos esconden el infierno.

Para la historia, esa que escriben los vencedores, quedará la retirada. Y esa mentira convertida en realidad por la amplificación y la repetición, es la neblina que ven la mayoría de las personas de este mundo. La oscuridad que les impide ver la cara descarnada de los que dominan este mundo al servicio de la banca y las grandes corporaciones.

Nuestro deber es disipar la neblina. Dar luz a la oscuridad. Hacer de la verdad nuestra resistencia.

[1] 650.000 iraquíes muertos a consecuencia de la ocupación, el 2,5% de la población
Cifras de mortalidad en Iraq tras la invasión de 2003
Más de un millón de iraquíes han muerto desde el inicio de la ocupación

Artículo realizado por Javier Couso

Tomado: Hablandorepublica.blogspot.com

Artículos relacionados:
EEUU abandona Iraq pero deja miles de mercenarios desplegados
Estados Unidos contra el mundo

18 dic 2011

“Me gusta trabajar con gente que sabe más que yo”



“A mí me han ofrecido distintas
 secretarías de Cultura.
 Hubiera sido un deasastre.”
Imagen: Pablo Piovano
El conductor, que mudará La venganza será terrible de Radio Nacional a Del Plata, destaca que “el ciclo tiene una clientela propia”. Y dice que ahora el programa está “menos beligerante” que en los tiempos del neoliberalismo.
En el mundo mediático se suele confundir, más a menudo que lo tolerable, el status de “clásico” con el de longevo. Es decir: a muchas obras, programas e incluso artistas se los cataloga como clásicos por el solo hecho de mantenerse ininterrumpidamente en el tiempo. Como si el acumulado de años haciendo lo mismo bastase para adquirir esa categoría. Sin embargo, si se atienden las distintas acepciones que la Real Academia Española le da a la palabra, se comprende que encierra en su definición el paso del tiempo pero también la plenitud de aquello que perdura en el seno de una cultura. Desde esta perspectiva, nadie cuestionaría que La venganza será terrible, el ciclo radiofónico que Alejandro Dolina conduce desde 1992 en diferentes emisoras, y que desde entonces es el programa más escuchado de las medianoches, es un clásico de la cultura argentina con todas las letras. Dos décadas después de tomar su actual nombre, La venganza será terrible sigue deambulando por el dial: en 2012 el ciclo dejará de emitirse por Radio Nacional (AM 870) para aterrizar en Del Plata (AM 1030), desde donde comenzará una nueva temporada el 12 de enero (ver aparte).

Cualquier excusa siempre es válida para dialogar con Dolina, uno de los escasos exponentes que tienen el don de cruzar con armonía la cultura de la calle con la letrada. Tal vez por eso confluyan en él la reflexión y el humor. Dualidades que se disparan con naturalidad y sorpresa en su oratoria. En su exquisita expresividad oral, que suele poner al mismo nivel contenido y forma, aquello que dice y cómo lo dice, reside su indiscutible vigencia. Un estilo que comenzó a sumar oyentes hace más de un cuarto de siglo, cuando el 2 de abril de 1985 debutó en Radio El Mundo Demasiado tarde para lágrimas, el ciclo que hizo con Adolfo Castelo, y que se mantuvo al aire hasta 1991, año en que mutó al nombre de El ombligo del mundo. Aquel programa, que incluía relatos histórico-filosóficos, improvisaciones de humor y suerte de comedias musicales, fue el germen de La venganza será terrible, que en estos veinte años pasó por Continental, FM Tango, Del Plata, El Mundo, Rivadavia, Radio 10 y ahora regresa a la emisora en la que estuvo en 2001.

“La novedad es el cambio de emisora, más que el regreso a Del Plata, ya que nuestra permanencia anterior en esta radio fue tan efímera como curiosa”, relata Dolina, en la entrevista con Página/12. “En 2000 habíamos abandonado Radio Continental, el contrato se había cumplido, y quienes manejaban Continental por entonces habían decidido –enojados, tal vez– seguir pasando programas grabados de La venganza... De manera que durante esa temporada en Del Plata yo competía conmigo mismo. Y se daba el absurdo de que, a veces, ¡ganaba el programa grabado! Fue sólo una temporada, era otra gente, por lo que no lo siento como un regreso. Es como el hacha de Rivadavia, a la que primero le cambiaron el mango y después el filo. Pero me gusta la forma profesional con la que ahora está manejada la radio. Claudio Villarruel es un hombre en el que vale la pena confiar, por su sabiduría”, detalla, en relación con el hombre que, junto a Bernarda Llorente, se hizo cargo de la gerencia artística de Del Plata.

–¿A qué se refiere con eso de que Del Plata está manejada “profesionalmente”?

–A mí me gusta mucho trabajar con gente que sabe más que yo. Lo cual me resulta muy fácil, por otra parte, porque casi todo el mundo sabe más que yo. Hace poco hice con Juan Campanella El show de Alejandro Molina, una suerte de falso documental. Disfruté mucho haciéndolo y el resultado fue satisfactorio. Me di cuenta de que era bueno porque los tipos que se encargaban de la cinematografía sabían mucho más que yo: convertían las cosas mediocres que les llevaba en genialidades. No es extraño, lamentablemente, que a uno le ocurra lo contrario en el medio: que las cosas que uno humildemente hace sean degradadas porque la otra parte no tiene interés en ello. De manera que con Villarruel siento más o menos lo mismo que con Campanella: que es el sostén de alguien que tiene una gran experiencia en los medios y que acostumbra trabajar profesionalmente.

–Con su experiencia, ¿es más bien de dejarse llevar o, por estar acostumbrado a un trabajo más personal que le dio amplias satisfacciones, le cuesta delegar?

–Es raro que alguien trate de cambiar un estilo que está muy perfilado. Nadie pretendería que la juegue de periodista, porque sería un desastre. De todos modos, en lo que no depende de mi propia imaginación, yo dejo que el otro avance. Es así y debe ser así. Lo que sí puedo hacer es, vistos los resultados y no siendo estos demasiados buenos, dejar de trabajar con alguien. Cuando hago música, y yo compongo las melodías y otro hace los arreglos, confío en él. Después, el resultado puede no ser el esperado. Tengo mucha fe en la profesionalidad. El problema es cuando uno debe trabajar con gente que no sabe nada.

–¿Y le ha pasado seguido?

–No siempre uno encuentra un alto grado de profesionalismo en relación con los medios y con la cultura. La bohemia no basta para gestionar la cultura. En las gestiones públicas de cultura suele pasar, por ejemplo. A mí me han ofrecido distintas secretarías de Cultura. Hubiera sido un desastre. Hay tipos que siendo muy buenos escritores serían pésimos gestionando una secretaría cultural o un medio de comunicación. Se puede tener una interesante mirada artística y hasta una planificación cultural, pero no entender nada de política.

–¿Pero no cree que es preferible que quienes dirigen medios culturales tengan más fortaleza artística que política?

–Un cuadro demasiado político en una gestión cultural tiende a olvidarse de los libros. El profesor Jorge Bosch decía que en épocas pretéritas estábamos acostumbrados a ser dirigidos por viejitos muy conservadores que, sin embargo, se habían leído todos los libros. Y que luego éstos fueron reemplazados por personas muy progresistas, bienpensantes en el sentido político, defensores de causas nobles, pero que nunca habían leído un libro. Creo que ambos extremos son malos.

–La venganza... ha pasado por diferentes emisoras, sin poder anclar en ninguna de ellas. De alguna manera, es un programa itinerante que tiene vuelo propio.

–El ciclo tiene una clientela propia que hace que no sea tan importante en qué radio esté. Hay otros programas que suelen estar tan identificados con la emisoras que los transmiten, e incluso con su pensamiento político, que un cambio podría ser catastrófico. En el caso de La venganza..., por distintas razones, eso no sucede. En primer lugar, porque no se hace desde los estudios, sino desde un lugar alejado del edificio de la emisora. En segundo lugar, porque se emite en un horario que marca una distancia con las directivas de la radio, que generalmente se dan para el horario de oficina. He estado en radios donde he hablado con gerentes y directores una sola vez en el año. Además, éste es un programa aparentemente ficcional, que no está relacionado con el día a día, con la noticia, con la orientación política de la radio. Eso permite acomodarlo fácilmente en cualquier emisora.

–Pero en algunas radios estará más cómodo que en otras...

–Claro que en algunas estoy más cómodo que en otras. Ideológicamente yo estaba muy cómodo en Radio Nacional. Estaba muy contento de ser parte de la programación de una emisora con una orientación política que compartía. Además, yo escucho Nacional. Cuando trabajaba en Radio 10 escuchaba Nacional, que fue una radio que participó activamente en el trabajo político que hicieron algunos medios para quebrar cierto relato único que existía, y que comenzó a gestarse a partir de las dificultades de la 125. Hasta ese momento, las voces discordantes eran solitarias, tenían casi que pedir permiso para expresar ideas que ocasionaban reacciones en la calle. Con esa sensación de que éramos pocos escuchaba Nacional con fruición. Nacional fue un gran lugar de resistencia.

–¿Y por qué si estaba en un colectivo de trabajo ideológica y artísticamente cercano decidió pasar a Del Plata?

–Por razones que tienen que ver con las condiciones de trabajo. Las que me ofrece Del Plata son mejores que las de Nacional, que no tiene que ver con lo moral, sino con lo artístico.

–Se le nota cierta desilusión.

–Desde que arribé, las condiciones de Nacional no eran las pretendidas. Yo llegué a Nacional, y agradezco haberlo hecho, porque se terminó el contrato con la 10 y fue la única propuesta que tuve por entonces. La venganza... es un programa injustamente caro, en el sentido de que no es redituable. Lo que tiene es mucha audiencia, que le sirve a la radio para posicionarse en la medición general, pero no para que haga grandes negocios en ese horario. En Nacional, las condiciones económicas y de trabajo no eran las que históricamente había tenido. Y no mejoraron. No tuvieron ellos, y me parece que con razón, la posibilidad de brindármelas. Es una radio estatal que tiene problemas para justificar gastos altos y la logística que La venganza... requiere por tratarse de un ciclo que se emite fuera de la radio y con público.

–¿No tiene pruritos a la hora de trabajar para cuál y para quién? Utiliza las emisoras como difusores necesarios para hacer el programa.

–Desde luego que me gustan algunas radios más que otras. Y a veces uno no puede elegir.

–¿Alguien con su trayectoria, con un programa que es líder de la medianoche, no puede elegir?

–No. En el estado actual de la radio no puedo elegir. En otras épocas, sí podía. No hay tantas radios grandes que puedan absorber los costos de La venganza... No tengo pruritos en estar en las radios que garanticen la salida al aire del programa porque he tenido la suerte, por las razones que fueren, de que nadie me ha bajado alguna vez una línea sobre qué decir y qué no decir. Probablemente esa circunstancia no tenga que ver con mis virtudes sino, creo, con el desinterés que despierto en quienes me contratan. No le deben tener miedo a las tonterías que pueda llegar a decir.

–¿O a lo que puede llegar a decir usted si alguien le intenta bajar línea?

–No creo. El programa es ficcional, no es directo. Decimos algunas cosas, pero desde la ventana, no desde la calle. Podemos opinar pero después de varios días, sin la temperatura que suele tener la noticia del día... Damos opiniones generales sobre la vida en sociedad, pero que no necesariamente remiten a algún suceso de la jornada.

–¿Por qué nunca quiso politizar el ciclo?

–El programa está politizado, lo que no hacemos es analizar la coyuntura caliente. No me sale ni lo sé hacer. Por otra parte, lo están haciendo durante todo el día. ¿Qué sentido tiene que yo lo haga si no puedo aportar nada nuevo? Es preferible tomar distancia, que pueda dar una óptica un poco más graciosa o tranquilizadora, aportando pensamientos generales con ideas más complejas. Algo que se puede hacer una vez que ha desaparecido la pasión de lo inmediato. Es una decisión artística, que además reconoce mis limitaciones como cotidiano analista de la realidad.

–Y luego de un cuarto de siglo contenido en la misma estructura, ¿cuál es el estímulo para seguir haciendo La venganza...?

–Que no es el mismo programa. Los primeros programas que hacíamos con Castelo no tienen nada que ver con éste. Aquellos primeros envíos bastaban con exponer una metodología nueva. La mera exposición de esa metodología ya resultaba novedosa y no había necesidad de ponerle contenidos demasiados refinados. Era más de forma que de contenido. Jugábamos a los dados, confundíamos las lógicas, dábamos información que no entendíamos... Eran contenidos muy elementales. Luego, impuesto el código inicial, fue necesario ser un poco más astuto. El programa se fue complejizando, con sujetos inconstantes en los diálogos; empezaron a aparecer las charlas históricas iniciales, que me llevaron a investigar cosas de cierta extravagancia intelectual; apareció el sordo Garcés; cambiaron los interlocutores...

–En estas décadas, la cultura, la política y los hábitos de los argentinos sufrieron grandes transformaciones. ¿La venganza... adaptó su lenguaje a esos cambios?

–El programa está menos beligerante. En épocas del neoliberalismo era un programa más bien ácrata, que transmitía la idea de que no valía la pena hacerse mala sangre. Si volvíamos a las fuentes nacionales y populares lo hacíamos en un nivel mítico, como quien vuelve al Ulises de Joyce. Eso que contábamos como recuerdo de un tiempo mejor apareció en la agenda de un gobierno. Y eso cambió el significado de lo que decimos. Las cosas que decimos ahora sobre la política o el cuerpo social son bien distintas: son más apasionadas porque hablamos de realidades, de cosas que están ocurriendo. Y cuando encima esa realidad es objeto de confrontación, se vuelve necesario involucrarse.

–¿Se imagina haciendo otro programa de radio que no sea La venganza...?

–Corro con el miedo de que ese otro programa que haga termine siendo La venganza... Tendría que ser un programa que, al contrario de éste, fuera muy específico. Un programa guionado sobre la historia del arte, por ejemplo. Por lo general prefiero hacer otras cosas, tomar mayores riesgos, en la TV. En radio hago el programa que quiero hacer. Y eso no es poco.

Emanuel Respighi

Tomado: Página 12.com.ar
Artículos relacionados:
Razones y sentimientos
Con micrófono propio
Convergencia tecnológica

Un dolor de cabeza llamado drone


El drone, o vehículo aéreo no tripulado (UAV, por sus siglas en inglés), se ha convertido en un dolor de cabeza para la Casa Blanca: el 4 de diciembre cayó en territorio de Irán un RQ-170 Sentinel, el UAV de tecnología más avanzada, estrellado o derribado según fuentes estadounidenses, capturado según el gobierno iraní. Obama exige la devolución de la aeronave espía y Mahmud Ahmadinejad responde que Washington debe compensar a Teherán por la violación de su espacio aéreo y se propone instalar una demanda judicial. El Sentinel se internó 235 kilómetros en territorio iraní fronterizo con Afganistán.

La preocupación es sobre todo del Pentágono: se trata de la última joya en materia de UAV que fabrica Lockheed-Martin y expertos militares iraníes procuran arrancarle sus secretos, secretos que sin duda compartirían con Rusia y China. No está claro si podrán, depende del estado del avión. Irán lo ha mostrado en videoclips aparentemente intacto y esto ha desatado hipótesis: ¿Es una reconstrucción, fue interceptado con técnicas cibernéticas? En cualquier caso, confirma los operativos secretos que EE.UU. lleva a cabo, en compañía de Israel, para terminar con el programa nuclear iraní y alguna otra cosa además.

Eso otro fue manifestado claramente por el ex vicepresidente Dick Cheney: “La respuesta correcta (de EE.UU.) hubiera sido proceder inmediatamente después de la caída (del UAV)” con una incursión terrestre o un bombardeo de la zona hasta destruir el aparato, sería “una operación sencilla”, opinó (www.salon.com, 13/12/11). Pero esto desataría un conflicto de alcance imprevisible. El Pentágono prefiere, por ahora, la llamada guerra de baja intensidad que, entre otras cosas, habría causado la explosión en o cerca del complejo nuclear de Isfahan el 28 de noviembre pasado. Pese a los desmentidos de Teherán, las imágenes por satélite “confirmaron que la explosión se produjo en la planta de enriquecimiento de uranio” (www.zeroedge.com, 2/12/11). Según el Time Magazine, el atentado fue obra “del servicio de inteligencia exterior de Israel, el Mossad” (//globalspine.blogstime.com, 29/11/11).

¿Cuánta información obtendría Irán del RQ-170 en su poder? Para Nick Brown, director del semanario Jane’s International Defense Review, sus expertos podrían descubrir hasta qué punto el avión espía es detectable y averiguar algunos aspectos de su tecnología de vanguardia: “Todo es posible y teóricamente Irán podría copiar mucho de la plataforma básica... y compartir los datos con los países amigos, lo que le daría a Teherán un capital político importante” (www.bbc.co.uk, 14/12/11). Lo fundamental, sin embargo, es conocer la complicada ingeniería que hace volar al UAV.

Quienes vienen padeciendo intensamente, y desde 2004, el dolor de cabeza de los UAV, incluso hasta perderla, son –por ejemplo– los paquistaníes: estos artefactos manejados a control remoto, algunos desde el terreno, otros desde una base militar de Atlanta, pueden lanzar misiles aire-tierra sin daño alguno para ni uno solo de los militares estadounidenses. Produjeron ya centenares de víctimas, en particular en la región tribal de Pakistán lindante con Afganistán. Se dirigen contra presuntos talibán, pero el número de civiles que mueren nunca se registra con precisión. Un estudio de la New American Foundation estimó en febrero del 2010 que “el daño colateral”, es decir, el civil, era del 32 por ciento. Aunque así fuere, el gobierno Obama los emplea con más frecuencia que el de W. Bush y la cifra queda chica. Resulta curioso que nunca se utilizara un UAV contra Bin Laden, aunque la CIA tenía perfectamente detectado su lugar de residencia.

Leon Panetta, jefe del Pentágono, reiteró que el espionaje aéreo a Irán continuará “absolutamente” desde la base aérea afgana de Shindad y que EE.UU. mantendrá 40.000 efectivos a lo largo del Golfo Pérsico para enfrentar “cualquier amenaza potencial de Irán” (www.foxnews.com, 13/12/11). Como se advierte, no todos los boys vuelven a casa aunque se vayan de Irak.

Irán ha propinado algunos golpes al espionaje estadounidense en lo que va del año. El 21 de mayo, el Ministerio de Inteligencia detuvo a 30 personas que trabajan para la CIA y a otros 42 operativos de la Agencia vinculados con esa red. El 24 de noviembre fueron arrestados doce agentes de la CIA que operaban con el Mossad y se dedicaban a reunir información de las universidades y las instituciones científicas de investigación en materia de defensa, espacio aéreo y biotecnología (www.globalresearch.ca, 14/12/11). Irán se apresta a festejar.

El periódico local Teheran Times anunció la próxima apertura de una exposición de cuatro UAV de Israel y tres de EE.UU., incluido el Sentinel reciente, capturados en los últimos dos años, a la cual se invitaría a embajadores y periodistas extranjeros (www.abc.es, 15/12/11). Se dice que también se exhibirían algunos equipos tecnológicos de vanguardia fabricados en Irán. No parece que esta demostración de fuerza impresionará a la Casa Blanca. Los planes contra Irán vienen de W. Bush –y aun antes– y hay que respetar la tradición.

Juan Gelman

Tomado: Página 12.com.ar