19 dic 2008

La Eurocámara obliga a Bruselas a pactar la directiva de la jornada laboral

Humor gráfico: Eneko
El Parlamento Europeo rechazó por mayoría absoluta la ampliación de la jornada laboral hasta un máximo de 65 horas semanales, el límite que acordaron los gobiernos de la UE al revisar la directiva sobre el tiempo de trabajo.
El «no« de la Eurocámara a la posibilidad de ampliar la jornada laboral fue sorprendentemente claro a tenor de los pronósticos que hacían antes de la votación los propios diputados, muy divididos sobre la medida, y forzará a los Estados miembros a negociar un nuevo texto con el Paralmento Europeo (PE). Finalmente, 421 parlamentarios del total de 785 que forman la Cámara apoyaron la eliminación en un plazo de tres años del llamado «opt-out», la cláusula que permite que, en caso de acuerdo entre el empresario y el trabajador, éste supere el límite de las 48 horas por semana. La postura del PE es, por tanto, totalmente opuesta a la de los estados de la UE, que habían pactado convertir esa excepción temporal obtenida por Gran Bretaña en una opción definitiva para permitir a los trabajadores alargar sus jornadas hasta un máximo de 60 ó 65 horas semanales, según los casos. Esos límites estarían calculados como media sobre un periodo de tres meses, por lo que en una semana en concreto sería posible superarlos ampliamente.
La jornada de hasta 65 horas cuenta con la oposición frontal de sindicatos europeos, que el martes se manifestaron en Estrasburgo contra la que denominaron «directiva de la esclavitud». La gran mayoría de los diputados de los grupos socialista y de izquierda, así como una parte importante de los de derechas de países del sur, rechazaron la directiva. Además, más de 500 de los 785 eurodiputados se opusieron también a las disposiciones que afectaban a los profesionales del sector sanitario, y que pretendían que los periodos inactivos de las guardias médicas dejasen de ser considerados como tiempo de trabajo. Este punto fue una de las razones que llevaron a los gobiernos a reformar la legislación, pues varias sentencias de la Justicia europea han dictaminado que todas las guardias deben contarse como tiempo trabajado, lo que coloca a muchos países en situación irregular. El PE también rechazó la eliminación del descanso obligatorio inmediatamente después de las guardias, otro de los puntos que preocupaba a los médicos europeos. A partir de enero se abrirá un periodo de conciliación entre la Cámara y los Estados miembros para tratar de pactar un nuevo texto. Entre las propuestas que la Eurocámara ha aprobado para dar más flexibilidad a los empresarios figura, por ejemplo, la de elevar de 4 a 12 meses el periodo de referencia que se usa para calcular la jornada semanal de 48 horas, que puede superarse siempre que se compense con periodos de menos carga a lo largo del año.
Críticas de la patronal
La patronal europea, BusinessEurope, criticó la decisión del Parlamento porque «priva a las empresas de la flexibilidad que necesitan» y puede dificultar el funcionamiento de algunos sectores como el sanitario. La asociación de cámaras de comercio europeas, Eurochambres, calificó el voto de la Eurocámara de «catastrófico» para las empresas comunitarias.
En cambio en el ámbito sindical se mostró satisfacción. No obstante, ELA advirtió de que «seguramente volverán a las andadas y a intentar precarizar y flexibilizar las condiciones de los trabajadores» de mano de los lobbys económicos europeos, que son quienes controlan a los grupos políticos, según el responsable de negociación colectiva, Joseba Villarreal. Añadió que «se demuestra que cuando los sindicatos nos movilizamos a favor de los intereses de los trabajadores, a veces, las cosas salen».
LAB valoró positivamente el bloqueo de la directiva porque evita por el momento un retroceso de un siglo en las relaciones laborales, pero alertó del peligro del plazo de tres meses para que el Parlamento y el los Estados negocien, porque cree que ahora tratarán de maquillar la propuesta sin variar su contenido sustancial. Por ello, exigió a los partidos del Parlametno que no admitan ningún tipo de acuerdo y se retire la directiva de forma definitiva.
Entre los europarlamentarios vascos que participaron en la votación Josu Ortuondo (PNV) mostró su satisfacción por el freno a las pretensiones de los ministros de Trabajo. El eurodiputado de EA, Mikel Irujo, destacó «la defensa que ha hecho el Parlamento Europeo de los derechos de los trabajadores, que demuestra que el Parlamento Europeo no está «sordo, ni mudo y que Europa no es un oscuro laberinto de egoístas ilustrados ni políticos sin corazón».
Bruselas confía en un acuerdo en el primer semestre de 2009
El comisario de Empleo, Vladimir Spidla, señaló que el Ejecutivo comunitario «toma nota» del voto de la Eurocámara y resaltó que tiene plena confianza en que la próxima presidencia checa de la UE, durante el primer semestre de 2009, haga avanzar la directiva, para lo que se ofreció como «mediador independiente».
Tomado de Gara

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