4 feb 2009
Intento de terminar con la neutralidad de Internet: un golpe para los escritores de blogs
Sherwood Ross
Global Research
Traducción de: Mar Rodríguez
Una prominente autoridad legal advierte de que, si se permite a las empresas de cable y telefónicas que transmiten datos por Internet cargar tarifas más elevadas a algunos productores por un servicio más rápido, el resultado sería un «golpe pleno contra la libertad política».
Esto se debe a que el cambio permitiría a los ricos «hacerse rápidamente con las transmisiones a gran velocidad (para su contenido comercial de ínfima calidad) igual que lo hicieron con la radio y la TV, e igual que cuando su comportamiento de increíble búsqueda de beneficios afectó de forma extremadamente dañina al periodismo escrito», escribe Lawrence Velvel, decano de la Facultad de Derecho de Massachusetts (Andover).
El ruego de Velvel pidiendo «neutralidad para internet» se incluye en su nuevo libro, An Enemy of The People (un enemigo del pueblo), subtitulado The Unending Battle Against Conventional Wisdom(Doukathsan). En esencial, escribe, el cambio propuesto es un «intento por parte de los ricos para convertir Internet en otro almacén más de su poder…».
Según escribe Velvel, con el programa que intentan hacer realidad las empresas de transmisión, «las grandes empresas pagarían más, sin duda mucho más, para que sus mensajes, vídeos, audios y cualquier otro contenido se transmitiera a gran velocidad. El resto de nosotros, campesinos, que no podríamos permitirnos el movimiento rápido de nuestro contenido, pagaríamos menos y lo moveríamos con más lentitud».
«Podemos estar seguros de que cualquier persona media con algo que decir se verá relegada a unas transmisiones de menor velocidad», escribe Velvel. «El mundo de los blogs y el uso de internet por los ciudadanos medios para propósitos políticos estaría rápidamente muerto».
Según Save The Internet.com(STI), «las mayores empresas de teléfonos y cable del país, entre ellas AT&T, Verizon, Comcast y Time Warner, quieren ser los guardianes de internet y decidir qué sitios web van rápido, cuáles van despacio y cuáles ni siquiera podrán cargarse».
«De lo que se trata», explica Velvel, «es de un grupo de capitalistas irredentos que piensan que no hay nada más importante que hacerse con todo el dinero que se les permita. Igual que con las empresas petroleras y los bancos de inversión, no les basta con los grandes márgenes de beneficios y los cientos de millones anuales que reciben sus presidentes y directores generales. Quieren más. Siempre quieren más. Nada les importa. Las empresas de transmisión no son distintas».
Velvel señaló: «El tipo medio no puede publicar en un periódico y no puede permitirse pagar para aparecer en la radio en la televisión. Su voz es limitada. El gran beneficio de internet, la razón por la que es justo afirmar que es la nueva versión de la imprenta de los pobres (que es cómo se llamaba antes a los piquetes y las manifestaciones), es que dio a todos la oportunidad de decir lo que querían de forma inmediatamente disponible para cualquiera que lo encontrara o que supiera y quisiera leerlo».
«Esa es la razón por la que aparecieron decenas de millones de blogs», continúa Velvel, «de los cuales (al menos) algunos miles trataban sobre temas políticos, algunos con gran impacto político».
Además de Velvel, otros han hablado también de los intentos por destruir la neutralidad de la red. Como consecuencia de una decisión de 2005 de la Comisión de Comunicaciones Federal de Bush, la neutralidad de internet, «la base de una internet abierta y libre, quedó en peligro», afirma STI. «Ahora los grupos de presión de las empresas telefónicas y de cable están luchando por bloquear una legislación que volvería a instaurarla».
«Sin ella, las empresas emergentes y los emprendedores se verán expulsados del mercado por las grandes empresas que pueden pagar por obtener un lugar destacado en la red», afirma STI.
«Si el Congreso deja internet en manos de los gigantes del cable y de teléfono, todos los que usamos internet nos veremos afectados», continúa. «La conexión a la oficina tardará más tiempo si no se compran las aplicaciones preferidas del proveedor. La velocidad de envío de fotos y vídeos familiares se verá reducida al mínimo. Las páginas web que siempre se usan para la banca electrónica, el acceso a la información sanitaria, la planificación de un viaje o la comunicación con amigos y familiares podrían caer víctimas de los programas de velocidad de pago».
STI advirtió de que las consecuencias del abandono de la neutralidad de internet serían «devastadoras». «La innovación sufriría, la competencia se vería limitada y el acceso a la información, restringido. La libre opción y el libre mercado se verían sacrificados ante los intereses de unos pocos ejecutivos corporativos».
Para entrevistas con Dean Velvel, pueden ponerse en contacto con Sherwood Ross en sherwoodr1@yahoo.com. Dirección electrónica de Dean Velvel: velvel@mslaw.edu
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Tomado de Rebelión
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