Huyendo de la represión marroquí en los territorios ocupados, 20.000 saharauis acampan en el desierto, cercados por el ejército.
Desde el 10 de octubre, miles de saharauis han huido de la ciudad de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado ilegalmente por Marruecos desde 1975, para instalarse a una veintena de kilómetros, en el duro desierto. Actualmente serían unos 20.000 protestando, en un campo improvisado, contra la represión llevada a cabo por las autoridades marroquís. Otros saharauis de las ciudades de Smara y Boujdour se preparaban a tomar el camino del éxodo, al no poder expresar libremente su derecho a la autodeterminación, como preconiza la ONU.
“Manifiestan su mensaje de manera pacífica”, declara una observadora francesa que guarda el anonimato. “Es alucinante, el ejército asedia el campo y construye un muro alrededor para controlar el único acceso que permite abastecer a la población”, precisa. Es la manera que tiene Rabat de reprimir esta nueva ola de protestas. El domingo, los militares dispararon contra un vehículo, matando a un muchacho de catorce años, e hiriendo gravemente a varias personas. El joven habría sido enterrado a espaldas de su familia.
Este acto perpetrado contra civiles es un grave precedente, a un mes de la reanudación de las conversaciones entre Rabat y el Frente Polisario (movimiento de liberación del Sahara Occidental). El enviado especial de la ONU para la región, Christopher Ross, de visita en la zona, no ha dicho ni una palabra sobre estos sucesos.
Cathy Ceïbe
Tomado: L`Humanité
No hay comentarios:
Publicar un comentario