20 mar 2011

Alto a la intervención imperialista. Solidaridad con el pueblo libio



La OTAN ha iniciado su ataque contra Libia, apenas unas horas después de que el Consejo General de la ONU aprobara una resolución en la que se autoriza la adopción de “todas las medidas necesarias” para imponer una zona de exclusión aérea en el país. Comienza así la intervención militar imperialista que pretende evitar una salida revolucionaria a la revuelta popular contra el reaccionario Muamar el Gadafi. Con ella el imperialismo aplica, una vez más, su habitual doble rasero en la política internacional, según el cual ha incumplido sistemáticamente las resoluciones dictadas sobre el Sáhara Occidental y frente a los ataques de Israel contra los palestinos.

El cínico argumento ha sido, en esta ocasión, la defensa de la población civil. Sin embargo, como en su día ocurriera en Irak, las potencias imperialistas vuelven la espalda a su aliado, no para respaldar a los sectores progresistas, sino para facilitar a la burguesía pro imperialista libia, que hasta ayer apoyó a Gadafi, el control de la revuelta popular. El imperialismo pretende intervenir para cambiar uno de sus peones por otro; no es la democracia lo que los aviones de la OTAN están imponiendo a bombazos, sino la continuidad de la farsa, con otros títeres.

Las revueltas que están sacudiendo hasta los cimientos el mundo árabe son el fruto de contradicciones que se han ido incubando durante años. Ben Alí en Túnez, Hosni Mubarak en Egipto y Muamar el Gadafi en Libia, no representan los intereses nacionales y democráticos de sus pueblos. Estos tiranos son caudillos reaccionarios que han gobernado con mano de hierro sus países, defendiendo los intereses del imperialismo y enriqueciéndose ellos y sus familias gracias a la brutal explotación de las clases populares.

La generalización de la revuelta amenaza seriamente los intereses estratégicos de las potencias imperialistas que, ante el peligro de que los procesos en marcha terminen dando el salto hacia un cambio revolucionario, intentan por todos los medios influir en ellos, reforzando el papel de los sectores de la burguesía local pro imperialista, ligada hasta ahora a los tiranos de turno. De hecho, todo indica que el imperialismo ha esperado, para intervenir, a que los sectores verdaderamente interesados en dar a la revuelta un carácter nacional, democrático y antiimperialista, se desgastaran haciendo frente a la brutal ofensiva del ejército de Gadafi.

Por otra parte, destacamos que el imperialismo ya ha intervenido en la zona, invadiendo Bahréin con una fuerza militar, enviada bajo l cobertura del Consejo de Cooperación del Golfo para sofocar la revuelta popular contra la dinastía gobernante en ese emirato, base de la 5ª flota yanqui.

De los quince miembros del Consejo, diez votaron a favor de la resolución que ha dado cobertura a esta criminal agresión, y cinco se abstuvieron. Estos cinco miembros son: Rusia, China, Brasil, India y Alemania. Dado el poder de veto de los miembros permanentes del Consejo, la abstención de Rusia y China ha hecho posible la resolución, lo que les hace cómplices de esta agresión. Es particularmente representativa la abstención de la potencia alemana, incómoda ante la perspectiva de defender con mayor claridad los intereses de otras potencias, como EEUU, Gran Bretaña y Francia, finalmente rivales en el reparto de áreas de influencia que se desarrolla de forma cada vez más acelerada.

Como tantas otras veces, en el tablero de juego, quien está pagando con sangre y sufrimientos esta situación, es el pueblo de Libia, que va a tener enfrente, además de al ejército de su tirano Gadafi, a las tropas imperialistas.

El Gobierno social-liberal de Zapatero, hasta ahora fiel aliado de los tiranos Ben Alí, Mubarak y Gadafi, lejos de tomar las medidas necesarias para hacer frente a las consecuencias de la crisis sobre las clases populares, se afana (siguiendo la estela de su predecesor Aznar) en aplicar los dictados de las potencias imperialistas, autorizando el uso de las bases de Rota y Morón por las fuerzas imperialistas de la OTAN, e implicando al Estado español en una criminal agresión de cuyas futuras consecuencias será directo responsable.

El PCE (m-l) exige el cese de la agresión contra el pueblo libio y la retirada inmediata del ejército monárquico español de esta operación.

Llamamos a reforzar la solidaridad con los pueblos árabes en su lucha por la dignidad y la conquista de sus derechos democráticos, sociales y nacionales.

Llamamos también a todas las organizaciones y gentes progresistas a participar en las movilizaciones de apoyo y solidaridad con los pueblos árabes en lucha.

CONTRA EL IMPERIALISMO, ¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!

Comité Ejecutivo del PCE (m-l)

Madrid, 19 de marzo de 2011

Tomado: Partido Comunista de España Marxista Leninista.info

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