Una integración de la economía europea todavía mayor.
Constituye la última molienda del Pacto de competitividad sobre el cual la prensa económica ha intentado hacernos creer, los últimos días, que será rebajada. No se habla ni de la creación de empleo ni de desarrollo industrial y agrícola, ni de los servicios públicos ni de la mejora del poder adquisitivo. Comienza con estas líneas que afirman su elección política : “el pacto pretende profundizar el pilar económica de la unión monetaria favoreciendo la convergencia entre las economías de la zona euro”. Así se proyecta una mayor integración capitalista en la Unión Europea. En realidad, se trata de un pacto franco-alemán para dirigir la economía europea, a partir de los países de la zona euro, con los criterios de los dirigentes de la derecha alemana, y en respuesta a la demanda del capital europeo.
Aquí sólo enumero un cierto número de estas graves y pesadas decisiones que se están preparando.
Se pide competir más en los salarios simplemente mediante el mecanismo ajustar los salarios en el sector público (moderación salarial, lo llaman) desmantelar los sistemas de jubilación pública y retrasar la edad de jubilación. Esta se prevé en un primer momento para los 67años. Frente a las protestas el texto llama a “ajustar la edad de jubilación a la esperanza de vida, reduciendo las jubilaciones anticipadas y utilizando incentivos para permanecer más tiempo trabajando”.
Promover la precariedad como norma en el empleo
Los primeros estudios sobre el proyecto de Sarkozy de armonización de la fiscalidad entre Francia y Alemania incluyen un aumento del impuesto sobre los ingresos en Francia. Este documento adjunta “privilegia la tasación del consumo mediante la fiscalidad indirecta” la más injusta, como todos sabemos (versión europea del IVA social). En contra, se buscará una base imponible común del impuesto para las empresas, así pues una bajada de los impuestos de éste último en Francia.
En cuanto al trabajo, se pide aplicar por todo la “flexi-seguridad”, es decir, promover la precariedad como norma de empleo. El Consejo Europeo quiere también ocuparse de la manera en que deben ser dirigidas las “negociaciones sociales” llegando hasta preconizar “la revisión de los dispositivos de fijación de salarios” para “aumentar la descentralización en los procesos de negociación y el mecanismo de indexación. Así habrá más negociaciones colectivas globales pero también mayores fragmentaciones por sector e incluso por territorio.
El proyecto del Consejo Europeo pide “eliminar toda restricción de apertura de los comercios que se base en criterios de horarios o geográficos” .Dicho de otro modo los comercios estarán abiertos obligatoriamente los domingos y más si es necesario. En cuanto a los sectores y profesiones que estaban protegidos por cuotas como las farmacias, los taxis, los notarios, los veterinarios, los peluqueros, los arquitectos etc... Serán abiertos y competitivos. Es, por otro lado, lo que proponía el informe Attali.
El texto que nos ocultan inventa el concepto “freno de deudas”. Este será obtenido por el control a priori de los presupuestos de los Estados, los presupuestos sociales por el Consejo o la Comisión contra los Parlamentos nacionales. Y por la primera vez, se plantea en un texto de origen europeo la necesidad de modificar las constituciones nacionales para insertar la prohibición de producir déficit.
Para demostrar bien su voluntad de hierro, el tándem Sarkozy-Merkel, quiere que, “cada Estado miembro de la zona euro debe ponerse de acuerdo para definir al más alto nivel (es decir, al nivel de presidentes de gobierno, dejando así de lado al Consejo y al Parlamento) los objetivos concretos a alcanzar en los próximos 12 meses.”
Debemos parar este horrible proyecto de guerra antisocial y antidemocrático
¡Es pues urgente ! Hemos de parar rápidamente este horrible proyecto de guerra antisocial y antidemocrático. Mientras que los pueblos se liberan en este momento de las dictaduras, las instituciones europeas, ellas, desean como nunca instalar las dictaduras de las finanzas contra los derechos sociales y humanos.
Movilicémonos como lo hicimos contra la directiva Bolkstein y el Proyecto de Constitución europea. Contra un tal ataque predefinido, todas las fuerzas progresistas políticas y sociales tienen el deber de trabajar para unir a todas las capas sociales en su diversidad. Todos se van a ver afectados de forma grave y de una nueva manera gracias a este pacto firmado por las potencias financieras. El 20 de marzo, unos días antes de la reunión del Consejo Europeo, el conjunto de candidatos de Front de Gauche en las elecciones cantonales permitirá oponerse, mediante un rechazo categórico, a este proyecto.
Patrick Le Hyaric. Director de l’Humanité
Traducción: Ana López
Tomado: L`Humanité
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