30 abr 2011

Fallece a los 99 años el escritor Ernesto Sábato


Caracas. Admirado por Thomas Mann y Albert Camus, el autor de las novelas “El túnel”, “Sobre héroes y tumbas” y “Abaddon el exterminador”, Ernesto Sábato, perdió la vida este sábado en Buenos Aires. En la imagen, durante un discurso en Venezuela. Ap

Premio Cervantes de Literatura y autor del informe Nunca más sobre crímenes de la dictadura argentina.
El escritor Ernesto Sábato, Premio Cervantes de Literatura, uno de los grandes autores argentinos del siglo XX y reconocido defensor de los derechos humanos, murió hoy a los 99 años en su residencia de Santos Lugares, en Buenos Aires.

"Hace como quince días tuvo una bronquitis y a la edad de él esto es terrible", dijo su esposa Elvira González Fraga al confirmar su deceso. "Es un grande que se va", sostuvo.

La salud del mítico escritor se había complicado en las últimas semanas a raíz de problemas respiratorios y esta madrugada no pudo superar la bronquitis, señaló su compañera y colaboradora, quien está al frente de la fundación Erenesto Sábato.

El escritor iba a ser homenajeado este domingo en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires y su muerte causó gran pesar en Argentina y el mundo de las letras.
“Nos quedan sus libros y el recuerdo de un hombre apasionado por su país", señaló el canciller argentino, Héctor Timerman.

Fue "un hombre justo y valiente, y un gran escritor", dijo el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi.

Sábato, un escritor que luchó por mártires argentinos

"No se puede vivir sin héroes, santos ni mártires", decía el escritor argentino.

Pese a tener sólo tres novelas escritas, Sábato es un poco héroe y un poco santo en Argentina.

Fue idolatrado por jóvenes y estudiantes que admiraban su defensa de la justicia y los derechos humanos.

Cuando terminó la cruenta dictadura militar que gobernó el país, entre 1976 y 1983, Sábato fue designado para presidir la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), cuya tarea fue investigar el destino de los miles de argentinos que desaparecieron durante ese período.

La Conadep recopiló 50 mil páginas de escalofriantes evidencias de secuestros, torturas, violaciones y asesinatos de integrantes de las guerrillas de izquierda, simpatizantes, familiares o militantes políticos.

Sus hallazgos sobre los crímenes de la dictadura y las recomendaciones sobre el castigo que deberían recibir los represores se publicaron en 1984 en un libro llamado Nunca Más. Ese mismo año, Sábato ganó el premio Miguel de Cervantes, considerado el principal galardón de las letras en castellano.

Tres novelas y ensayos memorables

"¿Para qué hay que escribir tanto?. Yo sólo 'cometí' tres novelas", decía el escritor, cuya escasa obra fue traducida al italiano, alemán, esloveno, griego, danés, noruego, ruso, inglés, francés, portugués, y hebreo, entre muchos otros idiomas.

"Yo creo que hay que escribir cuando no damos más, cuando nos desespera eso que tenemos adentro y no sabemos lo que es, cuando la existencia se nos hace insoportable", sostenía.

Las tres novelas de Sábato son El Túnel (1948), donde el autor se sumerge en el alma humana a través de una historia de amor y muerte, obra que fue venerada como un clásico existencialista y cosechó admiradores, entre los que se incluyen a Thomas Mann y Albert Camus. Sobre héroes y tumbas (1961), en la que muestra a los últimos personajes de una familia de la oligarquía venida a menos y las obsesiones del hombre contemporáneo; y Abaddón el exterminador (1974), de corte más bien autobiográfico.

La obra completa de Sábato, uno de los principales exponentes de la intelectualidad argentina del siglo XX, incluye además varios ensayos, donde no rehuye de los temas filosóficos, científicos, culturales y políticos, ni de su constante preocupación por los derechos humanos.

El primero de sus ensayos fue "Uno y el universo" (1945), que siguió con "Hombres y engranajes" (1951), "Heterodoxia" (1953) y "El caso Sabato. Torturas y libertad de prensa. Carta abierta al general Aramburu" (1956).

Asimismo editó "El otro rostro del peronismo (1956), "El escritor y sus fantasmas" (1963), "Tango, discusión y clave" (1963), "Romance de la muerte de Juan Lavalle. Cantar de Gesta" (1966), "Significado de Pedro Henríquez Ureña" (1967) y "Aproximación a la literatura de nuestro tiempo: Robbe-Grillet, Borges, Sartre" (1968).

Su obra se completa con los ensayos "La cultura en la encrucijada nacional" (1973), "Diálogos con Jorge Luis Borges (1976), "Apologías y rechazos" (1979), "Los libros y su misión en la liberación e integración de la América Latina" (1979), "Entre la letra y la sangre" (1988), "Antes del Fin" (1998), "La Resistencia" (2000) y "España en los diarios de mi vejez" (2004).

Humanista, no sólo literato

Ante su pequeña, pero elogiada obra literaria y su gran contribución humanista —pese a que también ha recibido críticas de organismos de derechos humanos—, algunos afirman que Sábato debería haber sido candidato al premio Nobel de la Paz más que al de Literatura.

Buscado y admirado por militantes de izquierda, Sábato —que militó en el Partido Comunista durante su juventud— rechazaba, sin embargo, cualquier filiación partidaria y decía que apoyaba cualquier cosa que denunciara todo lo que fuera falso, despreciable, sucio, corrupto e hipócrita.

También estaba en contra de la tendencia de buscar soluciones tecnológicas para el sufrimiento humano, una declaración dolorosa para un hombre que estudió ciencia en Buenos Aires y París, donde fue seducido por el surrealismo y abandonó la ciencia por las letras.

"No se trata de estar a rajatabla contra el progreso científico, que tiene su lado positivo", dijo este año el escritor en un discurso en Montevideo.

"Pero no puede admitirse que se viva una cada vez más fría, insensible y desgarrante civilización tecnocrática, que en vez de solucionar agrava los problemas de la humanidad", agregó el autor, nacido el 24 de junio de 1911.

El escritor y ensayista pasó los últimos años de su vida recluido en su casa en el barrio de Santos Lugares, en las afueras de Buenos Aires, debido a su delicada salud.

Afp, Reuters y Dpa

Tomado: La Jornada.unam.mx

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