27 may 2011
El peligro nuclear en EEUU es más alto que en Japón, aseguran expertos
Estados Unidos tiene casi la cuarta parte de todas las plantas nucleares que están actualmente en funcionamiento en todo el mundo. Es el país con el mayor número de reactores: 104 más uno que está en construcción, según los últimos datos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
“El precio de la vulnerabilidad nuclear de Norteamérica puede ser muy alto”, ha asegurado el autor del ensayo, Robert Alvarez, investigador del Instituto de Estudios Políticos, especialista en política nuclear desde 1975, exfuncionario del Departamento de Energía y consejero en materias de energía del Gobierno de Bill Clinton entre 1993 y 1999.
Según el informe, la concentración más grande de radiactividad en el planeta se concentra en las piscinas de almacenamiento de residuos de combustible usado de las centrales nucleares estadounidenses. Por ejemplo, cada piscina de combustible usado de Fukushima contiene unas 100 toneladas, mientras que cada piscina de EE. UU. contiene entre 500 y 700 toneladas, señaló Alvarez.
Aun así, el 75% del combustible nuclear usado se concentra en las piscinas de almacenamiento de residuos de combustible usado, las que, además, son un blanco para posibles ataques terroristas contra instalaciones nucleares. Un solo incendio en una piscina liberaría cantidades catastróficas de radiactividad, haciendo que entre 44.000 y 56.000 kilómetros cuadrados fueran inhabitables.
El científico informa de que el combustible nuclear usado en EE. UU. representa la mayor concentración de radiactividad en el planeta: 71.000 toneladas. En general, los centrales nucleares con los inventarios más grandes en EE.UU. son los más viejos y con reactores múltiples, que son más peligrosos aun que la planta de Fukushima.
Según la valoración de Alvarez, las dos centrales nucleares con la cantidad más grande de combustible usado es Millstone Point, en la cuidad de Waterford (Conneccticut), donde dos reactores todavía funcionan y uno está inactivo. El otro es el complejo Palo Verde en Wintersburg (Arizona), también la central nuclear más grande de EE. UU. con tres reactores.
El informe recomienda que se extraiga de cada piscina un 75% de las barras usadas de combustible y se almacenen en búnkeres ultragruesos de hormigón capaces de resistir un impacto aéreo.
Según cálculos de los cientificos del Instituto de Estudios Políticos, este esfuerzo llevaría diez años y costaría entre 3.500 millones y 7.000 millones de dólares.
Tomado: CubaDebate.cu
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