Susana Santillán, la madre de Tomás, se retira de la sala donde velaban a su hijo |
Las mujeres no son las únicas víctimas de la violencia machista. Los chicos también lo son. El asesinato de Tomás pone sobre el tapete cantidad de casos semejantes. Las opiniones de Eva Giberti y Ada Beatriz Rico.
El asesinato de Tomás Damero Santillán puso en evidencia un escalofriante número de casos (ver aparte) en los que los niños terminan siendo una víctima más de la violencia de género en el país. “Te voy a pegar donde más te duele”, la habría amenazado a Susana Santillán su ex, Adalberto Raúl Cuello, detenido como principal sospechoso e imputado por el homicidio. Aunque aún no está probada su culpabilidad, el caso genera gran conmoción. Pero existen otros donde una ex pareja se venga en medio de una separación, ultimando a sus hijos. Es más frecuente que sea el propio padre de las criaturas. Al menos otros 16 chicos y chicas –de entre tres meses y doce años– resultaron muertos como consecuencia de la violencia machista en el último año en el país, de acuerdo con el relevamiento que lleva adelante el Observatorio de Femicidios en Argentina, de la ONG La Casa del Encuentro. Cinco de ellos fueron asesinados por la ex pareja de su madre. “El varón agresor lo que quiere es destruir física o psíquicamente a esa mujer, que considera de su propiedad. Pareciera que las mujeres no pueden decidir sobre sus vidas. Cuando deciden separarse, reciben el peor castigo”, señaló Ada Beatriz Rico, directora general del observatorio. “Es lo mismo que cuando las incendian. En este caso (a la mamá de Tomás) la ha incendiado por dentro”, graficó Eva Giberti, titular del Programa Las Víctimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
“¿Sabe lo que significa para una mujer la culpa en un caso como éste? Ella queda viva. Pero ¿con qué preguntas? Muchas de esas mamás, cuyos hijos son asesinados por sus ex, terminan con problemas psicológicos, internadas. Estamos haciendo un seguimiento. Cuántas de ellas se preguntan qué hubiera pasado si no se separaban. Es terrible”, añadió Rico, al ser consultada por este diario. Cofundadora de La Casa del Encuentro, Rico reclamó campañas masivas y permanentes de concientización sobre la violencia de género para poder prevenirla. “Generalmente se limitan a dos fechas en el año: el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y el 25 de noviembre, Día de la No Violencia hacia las Mujeres.” Además, “debería existir un 0800 a nivel nacional que brinde orientación a las mujeres sobre dónde pueden pedir ayuda cerca de donde viven”, agregó.
El asesinato de Tomás tiene algún punto de encuentro con el de Candela Sol Rodríguez, ocurrido en agosto: en ambos casos, el cuerpo de los niños se convierte en campo de batalla de disputas entre adultos. Pero el caso del homicidio de Tomás viene a poner sobre el tapete la cantidad de asesinatos de niños signados por la violencia machista contra la mujer.
“Los agresores son personas comunes. No son monstruos. Mi tesis es que la crueldad de los sujetos se está incrementando en la medida en que adquieren conciencia (de sus derechos) las mujeres. Lo que infiero y sospecho es que (Cuello) tenía en mente hace rato el asesinato del nene. Fue un delito con alevosía y premeditación. Es muy llamativo el video que colgó en Internet donde se muestra dando de comer a su hijo de pocos meses. Es muy raro que un hombre se filme en esa situación. Además, está la amenaza: ‘Te voy a pegar donde más te duele’”, analizó Giberti, como ejemplo de cómo los niños pasan a ser considerados una extensión sensible de la propia madre, donde golpear para hacerle daño a ella. La experta observó, además, la situación paradójica en que quedó Susana Santillán en relación con la maternidad del hijo de siete meses que tuvo con Cuello. Puede ser el hijo del asesino de su otro hijo.
El relevamiento de femicidios que lleva La Casa del Encuentro a partir de los casos publicados en medios de todo el país incluye también a otras víctimas de violencia sexista. En la categoría “femicidios vinculados” ubican los asesinatos de niñas y niños, la mayoría de ellos hijos de la víctima, que también resultan asesinados en el marco de la violencia de género. A lo largo de 2011 registraron 16 homicidios de chicas y chicos, con edades que oscilan entre tres meses y doce años. “El fin del femicida es matar, castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre la cual ejerce dominación. Y en esa búsqueda matan a personas con vínculo familiar o afectivo con la mujer”, indicó Rico. La lista es escalofriante.
Mariana Carbajal.
Tomado: Página 12.com.ar
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