A dos años del terremoto de Haití, encontramos un país devastado, hambre y miseria. Los miles de millones de dólares son siempre para la banca y los millones que se destinan a la "reconstrucción de Haití", son en realidad dolares para los grandes negociados de empresas, gobierno y otros organismos.
A dos años del terremoto de Haití, encontramos un país devastado, hambre y miseria. Los miles de millones de dólares son siempre para la banca y los millones que se destinan a la "reconstrucción de Haití", son en realidad dolares para los grandes negociados de empresas, gobierno y otros organismos. El resto del dinero prometido no llega.
Finalmente la justicia capitalista es esta: la brutal desigualdad, la riqueza de pocos y la miseria de muchos.
No olvidemos que no solo hablamos de las desigualdades regionales o mundiales, son permanentes las noticias de millonarios que frecuentan clubes exclusivos en Haití, un paraíso for export dentro del horror.
Esta es la información de las agencias publicada en el día de hoy:
Unos 520.000 haitianos siguen sin hogar cuando se cumplen dos años del terremoto que devastó la región y, según un informe de Oxfam Internacional al respecto, tiene que ver con que de los 4.600 millones de dólares comprometidos por los donantes, sólo se ha entregado un 43 por ciento, lo que ralentiza aún más la reconstrucción del país.
Esta es una de las principales conclusiones del informe 'Haití: El lento camino hacia la reconstrucción. Dos años después del terremoto', que analiza 24 meses de tareas tras el seísmo de 7,2 grados en la escala Richter que el 12 de enero de 2009 asoló la capital del país, Puerto Príncipe, y sus alrededores, dejando más de 220.000 fallecidos, 300.000 heridos y 1,5 millones de personas sin hogar.
El informe señala que de estas personas, más de un tercio siguen hoy refugiándose bajo lonas o durmiendo en tiendas de campaña. De hecho, en 2010 eran aproximadamente 1.550.000 ciudadanos en 1.555 campamentos temporales de la ciudad, frente a algo menos de 600.000 que vivían aún en 894 asentamientos de este tipo en julio de 2011. En la actualidad, se cuentan 520.000 desplazados internos en 758 campamentos.
"Esta cifra representa una reducción, pero no significa que las personas tengan mejores condiciones de vida. Para muchas de ellas, la carencia generalizada de servicios básicos, entre ellos sistemas de agua potable y letrinas que funcionen correctamente, representa un gran peligro para su salud, con la amenaza constante de enfermedades transmitidas por el agua, tales como el cólera", explica el informe.
En este sentido, señala que si bien se han producido "avances", como el desalojo de más de 5 millones de metros cúbicos de escombros, --la mitad de los generados por el terremoto-- o la construcción y rehabilitación de más de 430 kilómetros de carreteras, la mayoría de los haitianos siguen sin agua corriente, saneamiento ni acceso a un médico, con la amenaza latente del cólera, que se ha cobrado miles de vidas desde el seísmo.
Además, más del 70 por ciento de la mano de obra está desempleada o subempleada y han sido "escasos los logros" a la hora de reforzar la capacidad del gobierno para tomar medidas decisivas a largo plazo en este sentido, según el informe.
"Aún queda mucho por hacer para asegurar que los haitianos a largo plazo cubran sus necesidades de vivienda, empleo y servicios básicos, tales como educación, agua y sanidad", destaca la organización, para destacar que 7 de cada diez dólares que ingresa el gobierno del país proceden de la cooperación internacional.
En este sentido, recuerda que el Gobierno español, tercer donante bilateral a Haití con un compromiso de 346 millones de euros para el periodo 2010-2013, "debe, como socio privilegiado del Gobierno haitiano que ha tenido voz y voto en la Comisión Interina para la Reconstrucción del país, asegurarse de que el proceso se realice eficazmente y que el medio millón de personas que permanecen sin hogar dos años después sean realojados adecuadamente".
No es el único mensaje de la organización, quien llama además a los donantes internacionales a involucrarse en este proceso y exige a la administración haitiana que juegue un papel "fuerte" de liderazgo y elabore una política global de reasentamiento para los desplazados con un calendario claro.
Además, insta a que exista una mayor cooperación con la sociedad civil en la planificación y gestión de estos procesos y a fin de "asegurar que sus necesidades prioritarias se cumplan". Oxfam explica que las elecciones de principios de año y el posterior enfrentamiento entre el presidente y el parlamento "han impedido la reconstrucción" y es hora de recuperar tiempo perdido y hacerlo involucrando a todas las partes.
Oxfam Internacional ha proporcionado ayuda a más de un millón de personas a través de la respuesta de emergencia del terremoto y el trabajo de prevención del cólera en este tiempo. En 2011, comenzó a modificar su enfoque de trabajo de las necesidades de emergencia inmediatas al desarrollo a largo plazo, para lo que colabora con organizaciones locales que buscan fortalecer la sociedad civil e impulsar la reconstrucción.
Tomado: KaosenlaRed.net
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