Cuando me preguntan cómo logré conocer bien la Revolución cubana, yo digo: No basta conocer la Historia de Cuba, no basta conocer el Marxismo, hay que conocer la vida y la obra de Jose Marti. Para entender a Fidel como lo ha hecho Katiuska (Blanco) hay que conocer la pedagogía de los Jesuitas.
Muchos aquí, como Santiago Alba, el compañero de Túnez, ha experimentado lo que significa una prueba oral en una escuela de Jesuitas. Es duro. De ahí viene Fidel. Yo no soy Jesuita, no estoy haciendo ninguna propaganda. Soy Dominico, pero como soy amigo de Fidel, nos pusimos de acuerdo Dominicos y Jesuitas. En la tradición Jesuita hay una costumbre que se llama examen de conciencia, que se hace en este país, con otros nombres.
Hubo un tiempo -aquí vengo hace más de 30 años-, que se hablaba de Emulación, después de Rectificación, ahora de Lineamientos. Si Stalin estuviese vigente, la gente de aquí de Cuba iba a ser llamada “rectificacionista”. Pero mucha gente no se da cuenta que aquí no se hace cambios en la línea de Lampedusa -cambiar para dejar que quede todo como está-, se hacen los cambios para mejorar esta obra social de la Revolución, que es una obra desde mi punto de vista, no solamente política o ideológica, es una obra Evangélica.
¿Qué significa evangelismo de Jesús? Significa dar comida a quien pasa hambre, salud a quien está enfermo, amparo a quien está desamparado, ocupación a quien está desocupado. Eso está en la letra del Evangelio. Por eso digo que esta es una obra trascendente.
Muchas veces nosotros, en los movimientos progresistas, no estamos haciendo lo que hace la Revolución cubana, nuestro examen de conciencia o nuestra autocrítica. ¿Por qué no hay movimientos progresistas en el mundo, con excepción de los de América Latina? Ante la crisis financiera en Europa, ¿qué propuesta tenemos? Se habla de ocupación de Wall Street, que es un movimiento de indignación, pero mucha gente no se da cuenta de que Wall Street significa “La calle del muro”, y mientras este muro no venga abajo, nuestra indignación no va a resultar en nada. Va a ser buena para nosotros, no para el pueblo.
Dos cosas son fundamentales, y esas dos cosas se han practicado en la historia de la Revolución cubana. Primero: tener un proyecto, no solamente la indignación. Tener una propuesta, metas. Y, segundo, raíces populares, contacto con el pueblo. Gramsci decía: “El pueblo tienen las vivencias, pero muchas veces no comprende su situación”. Nosotros, intelectuales, comprendemos la realidad pero no la vivenciamos.
Se habló mucho aquí de internet, y creo que hay allí una trinchera de lucha muy importante, pero yo tengo 13 000 seguidores en Twitter, y confieso que me siento mucho más feliz trabajando con 13 campesinos, 13 desocupados, 13 obreros. Muchas veces nuestros movimientos hablan por el pueblo, quieren ser vanguardia del pueblo, escriben para el pueblo, pero no se comprometen con el pueblo. Deberíamos hacer una cierta higienización política. El pueblo no tiene buen olor para nosotros los intelectuales, los artistas, los inteligentes, los cultos. Si el pueblo no va a nosotros, no vamos a ninguna parte.
Cuba es el único país de America Latina que tuvo una revolución exitosa, pues hubo hace poco otras revoluciones en Nicaragua, y otras, pero la más exitosa es esta. Pues no es una revolución como la que hubo en Europa, que era un socialismos peluca, que venía de arriba para abajo. Aquí no, aquí es pelo, de abajo para arriba -yo iba a seguir un poco la ecuación del pelo, porque Zuleica (Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro) tiene un pelo breve, Abel tiene un pelo largo y Fidel tiene equilibrio-. Y la virtud está en el medio.
La hora va avanzando y yo sé que el Comandante tiene todavía esta noche tres delegaciones, hacer ocho llamadas internacionales, leer tres libros y más o menos 200 cables, porque la receta de esta capacidad de trabajo es un secreto de Estado de Cuba. No esperen saber, porque no vamos a saber nunca.
Llamo la atención sobre esto: hay que hacer una autocrítica, preguntarnos cómo está nuestra inserción social para la movilización política y qué proyecto de sociedad estamos elaborando junto con este pueblo, junto con los indignados, campesinos, desocupados.
El segundo tema del que no se habló:
Por evocación del presidente Lula Da Silva y ahora por acogida de la presidenta Dilma, del 20 al 22 de junio de este año se va a reunir en Rio de Janeiro la (reunión) Río +20, donde estuvo el Comandante en el 92 e hizo su más breve discurso, siete minutos, una sorpresa internacional porque todos pensaban que iba a hablar demasiado, pero dijo una frase que se quedó consagrada: Hay que salvar la principal especie en extinción, el ser humano.
¿Qué tenemos que hacer nosotros de ahora en adelante? Convencer a nuestros gobiernos a estar presentes en Río de Janeiro. No podemos permitir que todos esos jefes de Estado den la espaldas a la cuestión ambiental, porque no se trata de salvar el medio ambiente, se trata de salvar el ambiente todo. La gente del G-8 no tiene ningún interés en eso. Obama ha ido a Copenhagen porque había recibido equivocadamente el premio Nobel de la Paz -para vergüenza de Esquivel-, y tenía que pasar por Copenhagen para llegar a Oslo, tenía que hacer una escala técnica. Fue a la conferencia para hacer una demagogia, mas no está comprometido con eso.
Entonces nosotros tenemos dos tareas: movilizar a los jefes de Estado de nuestros países, convencerlos de estar presente en Rio de Janeiro, porque estar presente allí es apoyar todo un proyecto de preservación ambiental efectivo, de salvación de la humanidad, de salvación de este planeta que ha perdido el 30 por ciento de su capacidad de autogeneración. O hay una intervención humana o vamos una apocalipsis.
Ahí se va a realizar la Cumbre de los pueblos y la presidenta Dilma nos ha dicho en Porto Alegre, en el Foro Social temático, que esta reunión es más importante que la reunión de los Jefes de Estado. Entonces nuestros movimientos tienen que estar presentes para que esta cumbre pueda sonar muy alto en todo el mundo y cada vez concientizar más gente en este proyecto ambiental que por su urgencia tiene también una dimensión política muy curiosa. El tema de la ecología, de todos los temas curiosos, es el único que no hace distinción de clases. La ecología es como los aviones comerciales, que tienen dos clases, ejecutiva y económica, pero, cuando viene abajo, todos mueren igualito. No hay privilegios.
Y termino, Comandante, agradeciéndole por su paciencia, su diálogo con todo este grupo, su capacidad de escuchar. Agradezco, también, a Abel, a Zuleica, a todos los compañeros y compañeras de Cuba, al pueblo que nos escucha, que se interesa por nuestro debate, por nuestra conversación. Pido que Dios bendiga a este país y que cuide la vida de Fidel y su salud.
Transcripción: Cubadebate
Tomado: CubaDebate.cu
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