"Es una reforma que retrotrae los derechos de los trabajadores”, dijo el líder del PSOE. |
El anuncio de la sexta huelga general en la historia de España contra la reforma laboral del Partido Popular se convirtió rápidamente en una caja de resonancia para los opositores al gobierno liderado por Mariano Rajoy. Por su parte, el presidente se mostró sumamente despectivo hacia el movimiento sindical español ayer, durante un mitin conservador en Málaga. “Es una reforma que retrotrae los derechos de los trabajadores a la época de la transición”, dijo en Cádiz el flamante secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. “No se puede imponer sin siquiera sentarse un minuto a dialogar”, se quejó. “El PP trata de utilizar la crisis para vendernos la mercancía conservadora de siempre”, concluyó el ex candidato a presidente en 2011. Ni lerdo ni perezoso, Rubalcaba se encolumnó detrás de las Comisiones Obreras (CC.OO.) y la Unión General de Trabajadores (UGT) que hicieron el anuncio de la huelga general para el 24 de marzo.
“No estamos para pensar en grupos ni organizaciones”, las despreció el presidente ayer en Málaga. Rajoy sí defendió su reforma laboral, que prevé una generalización del despido con indemnización de 33 días frente al de 45 días en caso de improcedente, simplificando los motivos económicos por los que las empresas pueden prescindir de sus empleados. “Esta reforma está hecha para crear empleo y que no haya tres millones de despidos como los que se produjeron con el anterior gobierno socialista”, azuzó Rajoy.
Según el presidente, con esta reforma volverá la ilusión de la gente. “Queremos que los jóvenes tengan un horizonte de futuro”, dijo Rajoy. “Tras siete años de parálisis España se puso en marcha, los gobernantes están para resolver los problemas, que son gigantescos. El PP no llegó al gobierno para buscar problemas, sino para resolverlos. No para pelearnos”, dijo con aires samaritanos.
Rajoy adelantó que habrá más ajuste, explícitamente en las administraciones, para que éstas no gasten lo que no tienen. “El año pasado se gastaron 90.000 millones más de lo que ingresó.” El mandatario recurrió al ejemplo del mundo en constante cambio y modernización para justificar las medidas que tomará. “Hay que tomar decisiones, tener coraje, ser valiente y prudente”, afirmó.
Otro de los barones del PSOE que aprovecharon los actos de campaña en Andalucía y Asturias para mostrar su apoyo a los sindicatos fue Patxi López. “Además de reducir los derechos de los trabajadores, lo que busca esta reforma es aniquilar la fuerza sindical porque nunca le ha gustado a la derecha”, dijo. “Se presenta como un modo en que los empresarios puedan contratar y resulta que lo que hacen es dejar sus manos los despidos más baratos y más arbitrarios”, dijo echando luz sobre los verdaderos propósitos detrás de la iniciativa del PP.
El presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección por el PSOE en las elecciones del 25 de marzo, José Antonio Griñán, también se puso del lado de los sindicatos y descartaron que estén contra España por rechazar una reforma laboral que se aprobó sin consultarlos.
“No es posible que se puedan tomar decisiones sin contar con los sindicatos. Que el gobierno de Rajoy no haya contado con ellos para aprobar una reforma laboral demuestra que no va en la buena dirección”, aseveró. “No es posible que se puedan tomar decisiones sin contar con los sindicatos que afecten al mundo del trabajo y lo que ya no es posible es que encima se culpe a los sindicatos porque han convocado una huelga general de ser los responsables y que se llegue a decir que están contra España”, se quejó. Griñán detalló que esta reforma abarata el despido, elimina los convenios colectivos, deteriora la convivencia en las empresas y no va a crear empleo. “Lo más preocupante es que se ha hecho y se ha llevado al Boletín Oficial del Estado sin previamente haberse reunido el gobierno ni en un minuto ni en dos con los sindicatos”, acusó. En ese sentido, dijo que esto nunca antes había ocurrido porque cuando existían conflictos con los sindicatos había procesos de negociación que se rompían y que a lo mejor hubo otras huelgas. “Pero al día siguiente los gobiernos socialistas estaban negociando”, se congració.
Al día siguiente del sonado anuncio, el secretario general de la UGT, Cándido Méndez, reiteró que nunca hubo tantas razones para una huelga general, ya que la reforma laboral aprobada por el gobierno es lesiva, tal como la definió, para los trabajadores y, por lo tanto, no había otra alternativa que convocar el paro. “Todos los trabajadores pierden, nadie gana en el ámbito de las clases obreras”, agregó Méndez. “Está en juego el futuro de la sociedad española”, concluyó.
Tomado: Página 12.com.ar
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