16 nov 2010
ÁFRICA: Fundamentalismo religioso atenta contra salud reproductiva
IPAS es una organización sin fines de lucro que defiende los derechos de las mujeres en materia de salud sexual y reproductiva.
Más de 230 personas, entre ministros, parlamentarios y médicos de 20 países africanos participaron en la conferencia realizada de lunes a jueves en Accra.
Trece por ciento de las muertes maternas del mundo ocurren por abortos practicados en condiciones inseguras. En África, una de cada siete mujeres fallecen por esa causa, pero en algunos países, como Kenia y Nigeria, aumenta a entre 30 y 40 por ciento.
Más de la mitad de las 67.000 mujeres que mueren todos los años por abortos inseguros viven en África.
Pero incluso en países como Ghana y Zambia, donde el aborto es legal en determinadas circunstancias, como violación, incesto o cuando corre peligro la vida o la salud de la mujer, las normas no se aplican.
Las leyes no se respetan por ignorancia o prejuicio del personal de la salud y de otros funcionarios responsables, pero también por la influencia negativa de algunos líderes religiosos.
"Hay una imposición de creencias personales en vez de personas trabajando por el bien de la sociedad", señaló Eunice Brookman-Amissah, vicepresidenta de IPAS para África y ex ministra de Salud de Ghana. Forma parte del "resurgimiento del fundamentalismo religioso", sostuvo.
"Los ghaneses suelen confundir la religión con todo. El aborto se considera un pecado. Pero no se puede usar la religión para resolver problemas de salud pública", señaló el director de IPAS en Ghana, Koma Jehu-Appiah.
Los intentos de liberalizar los restrictivos códigos penales de la época colonial fueron obstaculizados por iglesias contrarias al aborto que, en algunos países, tienen gran influencia sobre las autoridades, indicó Brookman-Amissah.
La vicepresidenta de IPAS contó el caso de un ministro de Salud keniata que anunció la creación de un servicio para atender a mujeres que hubieran abortado. El ataque que sufrió de la Iglesia Católica truncó su carrera política.
La Iglesia Católica también se opone al uso de anticonceptivos, lo que deja a las "mujeres totalmente atrapadas", sin más opción que arriesgar sus vidas realizándose abortos inseguros.
"Es un problema humano. La Iglesia debe aportar una solución, no sólo decir ‘no, no’", arguyó Brookman- Amissah.
En Nigeria ocurrió algo similar hace unos años. La Iglesia Católica impidió la aprobación de una ley que crearía un instituto de investigación en temas de salud reproductiva, señaló Ejike Oji, director de IPAS en Nigeria.
La jerarquía eclesiástica tergiversó la iniciativa llamándola "proyecto de aborto", pese a que no hacía ninguna referencia al asunto.
Un legislador católico saboteó el proceso en el parlamento para que el proyecto fuera rechazado antes de que sus compañeros pudieran informarse.
En el estado nigeriano de Imo fue bloqueado un intento para permitir el aborto en caso de incesto y violación. Las mujeres que promovieron el proyecto no pudieron entrar a la sede legislativa local, dijo Oji a IPS.
Además, ahora hay una campaña en ese país para prohibir el aborto hasta en los casos en que corre peligro la vida de la mujer, el único caso en que se permite.
El Consejo Conjunto Cristiano Ugandés y la Coalición Cristiana Nigeriana presionan a sus gobiernos contra el Protocolo de Maputo de 2003, que habilita la realización de un aborto en caso de violación, incesto y cuando la salud psíquica y física de la mujer está comprometida.
Las dos organizaciones, que promueven los derechos humanos, sostienen que la cláusula del aborto es una "importación de Occidente", pese a que fue redactada por africanos, indicó Njoki Ndungu, director del Centro de Información y Comunicación Legal en Kenia.
La mayor parte de la campaña contra la posibilidad de elegir viene de una "iniciativa de Occidente" financiada del exterior y conducida en especial por personas y organizaciones fundamentalistas cristianas de Estados Unidos, indicó Brookman-Amissah. Una de ellas es Human Life International, apuntó.
El representante estadounidense del Partido Republicano, Chris Smith, estuvo hace poco en Nigeria y redactó una carta con una organización fundamentalista cristiana atacando el Protocolo de Maputo.
"Las que mueren no son estadounidenses. Esa campaña mata mujeres africanas", remarcó Brookman-Amissah.
Cuando el gobierno de Etiopía reformó el Código Penal en lo que respecta al aborto, una organización evangélica de Estados Unidos entregó vídeos la práctica a los legisladores, indicó Haile Gebreselassie, investigador vinculado a IPAS en ese país.
Los líderes religiosos presionan contra las iniciativas de legislar la práctica del aborto porque se creen "más santos que el Espíritu Santo", señaló Annie Nturubika, coordinadora de SOS Femme et Enfant Catastrophe, con sede en República Democrática del Congo.
Christi van der Westhuizen
Tomado: IPSnoticias.net
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