Este 30 de junio se realizó un gran paro por la educación por el que rectores, profesores, estudiantes y padres marcharon por las mismas demandas que tienen a unos 500 colegios e institutos tomados, a la mayoría de las universidades paralizadas y, recientemente, las sedes de dos emblemáticos partidos políticos ocupadas por estudiantes.
Ricardo estudia sociología en la Universidad de Chile. Para poder estudiar tuvo que postular a un crédito solidario que ofrece la universidad pero que, en su caso, el porcentaje asignado no alcanza para cubrir el total del arancel. Para completar su saldo ha debido pedir un crédito a la banca privada, la que fija los intereses libremente aumentando casi en un 200 por ciento su deuda. Ésa es la realidad de la mayoría de los estudiantes chilenos y la principal motivación para salir a las calles.
Marcha del 16 de junio por las calles de la Alameda de Santiago de Chile (Y. M.) |
Marcha del 16 de junio en las calles de la Alameda de Santiago de Chile (Y. M.) |
A diferencia de lo que muestra la prensa nacional, los estudiantes secundarios que participan activamente en el proceso cuentan con el apoyo de los Centros de Padres y Apoderados, quienes han elaborado sus propios peticiones y apoyan a sus hijos política y moralmente, llevándoles comida y abrigo a los establecimientos tomados.
“Nuestras demandas partieron de las de los estudiantes. Hemos estado en este camino común de luchar por la recuperación de la educación pública y eso conlleva plantearse cambios profundos en esta sociedad que tienen que ver con la carta fundamental más que con cualquier ley o con cualquier artículo. Esto tiene que ser un cambio profundo y este cambio no se consigue solamente desde los estudiantes o desde sus tutores. Pasa por los trabajadores de Chile y por la sociedad en su conjunto”, explicó Dafne Concha, presidenta del Centro de Padres y Apoderados (tutores legales) del Liceo de Aplicación de Santiago.
Dafne Concha, presidenta del Centro de Padres y Apoderados del Liceo Aplicación de Santiago (Y. M.) |
Pero no sólo en la eduación secundaria se plantean estos análisis. Según Camila Vallejo, estudiante de la Universidad de Chile, presidenta de la Confederación de estudiantes de Chile (CONFECH) y ya todo un personaje público, las movilizaciones continuarán hasta conseguir una reforma más profunda y sistémica. “Necesitamos que el Gobierno tenga una política de Estado, que ponga como eje central la educación pública y también la regulación de la industria privada de la educación que hoy día lucra con los estudiantes más pobres y con miles de familias“, dijo la líder estudiantil.
El lucro en la educación ha sido uno de los temas más controvertidos. Aunque la ley prohibe que se utilice la educación como negocio, lo cierto es que en Chile las universidades tradicionales y privadas cobran aranceles millonarios, que se incrementan con los intereses fijados por la banca privada, lo que terminan triplicando y muchas veces quintuplicando la deuda inicial. Así, un universitario terminará su carrera debiendo igual o más de lo que cuesta una vivienda de unos 25 millones de pesos (unos 36800 euros).
Además de los altos aranceles, el sistema de educación marca la brecha desigual entre clases desde el inicio de la etapa escolar, ya que en los colegios públicos el 85% de los alumnos viene del 60% más pobre, mientras que en los colegios privados más del 60% pertenece al 20% más rico de la sociedad.
Más de 100.000 estudiantes se manifiestan por la reforma de la educación en Santiago, Chile, Junio 30, 2011.(AP Photo/Luis Hidalgo) |
Se paga para estudiar, se estudia para pagar
El círculo vicioso en el que ingresa todo estudiante chileno es parte medular del problema. Además de los bajos estándares en la calidad de la educación y la marcada brecha social, se suman los altos aranceles que deben pagar los estudiantes. Chile se ubica en el sexto lugar con las tarifas de ingreso más caras del mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la vez que el segundo sistema educativo con mayores desigualdades en la calidad según la misma fuente. La diferencia con los otros 5 países se encuentra en que aquí existe el peor sistema de becas y que no tiene ninguna universidad de reputación internacional.
Marcha por la educación pública en Santiago de Chile (Y. M.) |
La dictadura militar es considerada la gran responsable de esta crisis pues redujó el gasto público en educación de un 7% del PIB al 3 %. Algo que se podría solucionar, por ejemplo, renacionalizando el cobre y asignando esos fondos directos a la educación. Para Camila Vallejo la crisis en la educación es parte de un problema aún mayor y de fondo que se ha venido arrastrando desde el retorno a la democracia. “Nosotros esperamos respuestas, queremos avanzar, pero si aquellos no pueden por sus conflictos de interés, porque hoy día el poder político y el poder económico están entrelazados, que sea la ciudadanía la que realmente responda, que decida si quiere un sistema nacional de educación público de calidad gratuito; si quiere renacionalizar los recursos naturales, si quiere que las grandes empresas paguen impuestos y financien la educación y la salud; y si quiere una asamblea constituyente, se haga un plebiscito y sea vinculante”, expresó la presidenta de la FECH.
Fachada de la Universidad de Chile, tomada y en paro (Y. M.) |
Grafiti con rostro del ministro de Educación, Joaquín Lavín (Y. M.) |
El ambiente de protesta se siente en cada rincón de Santiago cuyas calles, plagadas de carteles, grafitis y lienzos de colores, reflejan un consenso masivo de apoyo a la protesta entre la población. Tras dos décadas en las que no se había visto actos tan multitudinarios, la emoción se ha ido contagiando y nadie quiere estar fuera de este proceso histórico.
Marcel Claude, economista de la Universidad de Chile no ha sido la excepción y se ha sumado al movimiento recorriendo varias facultades en paro para dictar, desde un aula o en la misma calle, conferencias que apuntan a responder una sola pregunta: ¿Es posible la educación gratuita en Chile? Para Claude sí ha habido un cambio negativo que ha destruido el sistema educacional chileno: la privatización de la educación “que no ha significado ni menores costos porque es una de las más caras del mundo y de América latina particularmente. Tampoco ha generado un mejor nivel de educación porque estamos lejos de los estándares internacionales y regionales”.
“La importancia de los estudiantes en el sector público viene cayendo de manera sistemática desde el año 1981. Hoy en día los estudiantes que están en el mundo público son menos de la mitad y ha crecido un sector privado al que además se le permite el fin de lucro, es decir, Chile es el único país en el planeta que permite lucrar con fondos públicos”, aseveró el economista.
Para Claude la solución pasa por la renacionalización del cobre puesto que las ganancias mineras son tres veces el presupuesto destinado a la educación y en la actualidad Chile es 7 veces más rico que en los años 60, cuando se financiaba la educación pública. Además, el país tiene el más alto presupuesto en gasto militar de América Latina: mientras invierte 0.3% del PIB en educación superior, gasta 3,6% en defensa. Los sindicatos y trabajadores organizados de las minas de Chile se han sumado a este llamado y también ven la renacionalización del cobre como principal solución para financiar un sistema gratuito de educación que además incluye institutos profesionales y de formación técnica.
Performance "Funeral de la educación pública" en la manifestaciónd el 16 de junio (Y. M.) |
Mientras, cada día amanecen nuevos centros educativos tomados y más estudiantes, profesores y padres se suman al movimiento.
Yasna Musa (Santiago de Chile)
Tomado: PeriodismoHumano.com
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