31 ago 2010
Italia, Alemania, Dinamarca y Suecia también están expulsando a gitanos
No sólo Francia está expulsando a los gitanos rumanos de su territorio. “Está sucediendo en varios países de la Unión Europea, incluida Italia, Alemania, Dinamarca y Suecia”, afirma Robert Kushen, director ejecutivo del European Roma Rights Center
No sólo Francia está expulsando a los gitanos rumanos de su territorio. “Está sucediendo en varios países de la Unión Europea, incluida Italia, Alemania, Dinamarca y Suecia”, afirma Robert Kushen, director ejecutivo del European Roma Rights Center, una organización dedicada a luchar contra la discriminación de las minorías étnicas en todo el continente. La expulsión de la población romaní se ha convertido en un problema “europeo”.
Ese fue uno de los escenarios más temidos por la entrada de Rumanía y Bulgaria en la Unión Europea (UE) en 2007.
Ayer, Francia pidió a la Comisión Europea obligar a Rumanía a detener el éxodo de gitanos rumanos en distintos países del viejo continente.
El ministro francés de Inmigración, Eric Besson, invitó a otros cuatro países de Europa (Italia, España, Alemania y Reino Unido) a una reunión informal en materia de inmigración, en París el 6 de septiembre.
También se llamará a Bélgica, que ahora preside la UE, a Grecia, un país de tránsito de los extranjeros que tratan de llegar a la comunidad, y Canadá, lidiando con los inmigrantes gitanos de Hungría y la República Checa.
“Espero que no olviden que hay libre circulación de ciudadanos dentro de la UE”, dijo Robert Kushen, por teléfono desde Budapest. “Y que detrás de este movimiento migratorio está la discriminación estructural y la extrema pobreza que soportan los romaníes en sus países”.
El primer ministro francés, François Fillon, ayer escribió al presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso. Le pidió que tome medidas para garantizar que los cuatro millones de euros de fondos de la UE que van cada año a Rumanía se utilizen para integrar a la población romaní.
Vivian Reding, vicepresidente de la Comisión Europea, ha enviado un mensaje en forma de una declaración: “Yo creo que los gitanos son una parte importante de la población de la UE y es de vital importancia que estén bien integrados. “El Comisario de Justicia también ha seguido la situación en Francia. Sabe que corresponde a cada Estado miembro garantizar el orden público, pero espera hacerlo dentro de las normas de la Unión.
La libertad de movimiento de ciudadanos no fue un derecho inmediato para Rumanía y Bulgaria. Entraron con algunas restricciones, tales como la exigencia de un contrato de trabajo antes de finales de 2013. Esta exigencia se produce en Bélgica, Alemania, Irlanda, Francia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Austria, Reino Unido y Malta.
Robert Kushen cree que los romaníes no están siendo tratados como ciudadanos sino como una masa homogénea de la que quieren desprenderse - en contradicción con la directiva de libre circulación y el Convenio Europeo de Derechos Humanos, que prohíbe la expulsión colectiva de extranjeros.
LibreRed
Tomado: La República.es
“Soy una especie de resucitado”
Fidel Castro cuenta por primera vez cómo vivió su crisis de salud durante los últimos cuatro años
El líder de la Revolución Cubana dio su primer reportaje tras la enfermedad que lo obligó a delegar el mando en su hermano. Además de hablar crudamente de su salud, analiza “el mundo de locos” que encontró tras “resucitar” y plantea el objetivo de crear un movimiento antiguerra nuclear. “Tenemos que persuadir a Obama”, asegura.
Estuvo cuatro años debatiéndose entre la vida y la muerte. En un entrar y salir del quirófano, entubado, recibiendo alimentos a través de venas y catéteres y con pérdidas frecuentes del conocimiento...
“Mi enfermedad no es ningún secreto de Estado”, habría dicho poco antes de que ésta hiciera crisis y lo obligara a “hacer lo que tenía que hacer”: delegar sus funciones como presidente del Consejo de Estado y, consecuentemente, como comandante en jefe de las fuerzas armadas de Cuba.
“No puedo seguir más”, admitió entonces –según revela en ésta, su primera entrevista con un medio impreso extranjero desde entonces–. Hizo el traspaso del mando y se entregó a los médicos.
La conmoción sacudió a la nación entera, a los amigos de otras partes; hizo abrigar esperanzas revanchistas a sus detractores y puso en estado de alerta al poderoso vecino del Norte. Era el 31 de julio de 2006 cuando se dio a conocer, de manera oficial, la carta de renuncia del máximo líder de la Revolución Cubana.
Lo que no consiguió en 50 años su enemigo más feroz (bloqueos, guerras, atentados) lo alcanzó una enfermedad sobre la que nadie sabía nada y se especulaba todo. Una enfermedad que al régimen, lo aceptara o no, iba a convertírsele en secreto de Estado.
(Pienso en Raúl, en el Raúl Castro de aquellos momentos. No era sólo el paquete que le habían confiado casi de buenas a primeras, aunque estuviera acordado de siempre; era la delicada salud de su compañera Vilma Espín –quien poco después fallecería víctima de cáncer– y la muy probable desaparición de su hermano mayor y jefe único en lo militar, en lo político, en lo familiar.)
Hoy hace 40 días que Fidel Castro reapareció en público de manera definitiva, al menos sin peligro aparente de recaída. En un clima distendido y cuando todo hace pensar que la tormenta ha pasado, el hombre más importante de la Revolución Cubana luce rozagante y vital, aunque no domine del todo los movimientos de sus piernas.
Durante alrededor de las cinco horas que duró la charla-entrevista –incluido el almuerzo– con La Jornada, Fidel aborda los más diversos temas, aunque se obsesione con algunos en particular. Permite que se le pregunte de todo –aunque el que más interrogue sea él– y repasa por primera vez y con dolorosa franqueza algunos momentos de la crisis de salud que sufrió en los pasados cuatro años.
“Llegué a estar muerto”, revela con una tranquilidad pasmosa. No menciona por su nombre la diverticulitis que padeció ni se refiere a las hemorragias que llevaron a los especialistas de su equipo médico a intervenirlo en varias o muchas ocasiones, con riesgo de perder la vida en cada una.
Pero en lo que sí se explaya es en el relato del sufrimiento vivido. Y no muestra inhibición alguna en calificar la dolorosa etapa como un calvario.
“Yo ya no aspiraba a vivir, ni mucho menos... Me pregunté varias veces si esa gente (sus médicos) iban a dejarme vivir en esas condiciones o me iban a permitir morir... Luego sobreviví, pero en muy malas condiciones físicas. Llegué a pesar cincuenta y pico de kilogramos.”
“Sesenta y seis kilogramos”, precisa Dalia, su inseparable compañera, que asiste a la charla. Sólo ella, dos de sus médicos y otros dos de sus más cercanos colaboradores están presentes.
–Imagínate: un tipo de mi estatura pesando 66 kilos. Hoy alcanzo ya entre 85 y 86 kilos, y esta mañana logré dar 600 pasos solo, sin bastón, sin ayuda.
“Quiero decirte que estás ante una especie de re-su-ci-ta-do”, subraya con cierto orgullo. Sabe que además del magnífico equipo médico que lo asistió en todos estos años, con el que se puso a prueba la calidad de la medicina cubana, ha contado su voluntad y esa disciplina de acero, que se impone siempre que se empeña en algo.
–No cometo nunca la más mínima violación –asegura–. De más está decir que me he vuelto médico con la cooperación de los médicos. Con ellos discuto, pregunto (pregunta mucho), aprendo (y obedece)...
Conoce muy bien las razones de sus accidentes y caídas, aunque insiste en que no necesariamente unas llevan a las otras. “La primera vez fue porque no hice el calentamiento debido, antes de jugar básquetbol.” Luego vino lo de Santa Clara: Fidel bajaba de la estatua del Che, donde había presidido un homenaje, y cayó de cabeza. “Ahí influyó que los que lo cuidan a uno también se van poniendo viejos, pierden facultades y no se ocuparon”, aclara.
Sigue la caída de Holguín, también cuan grande es. Todos estos accidentes antes de que la otra enfermedad hiciera crisis y lo dejara por largo tiempo en el hospital.
“Tendido en aquella cama, sólo miraba a mi alrededor, ignorante de todos esos aparatos. No sabía cuánto tiempo iba a durar ese tormento y de lo único que tenía esperanza es de que se parara el mundo”, seguro para no perderse de nada. “Pero resucité”, dice ufano.
–Y cuando resucitó, comandante, ¿con qué se encontró? –le pregunto.
–Con un mundo como de locos... Un mundo que aparece todos los días en la televisión, en los periódicos, y que no hay quién entienda, pero el que no me hubiera querido perder por nada del mundo –sonríe divertido.
Con una energía sorprendente en un ser humano que viene levantándose de la tumba –como él dice– y con la mismísima curiosidad intelectual de antes, Fidel Castro se pone al día.
Dicen, los que lo conocen bien, que no hay un proyecto, colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada y que en especial lo hace si tiene que enfrentarse a la adversidad, como había sido y era el caso.
“Nunca como entonces parece de mejor humor.” Alguien que cree conocerlo bien le dijo: “Las cosas deben andar muy mal, porque usted está rozagante”.
La tarea de acumulación informativa cotidiana de este sobreviviente comienza desde que despierta. A una velocidad de lectura que nadie sabe con qué método consigue, devora libros; se lee entre 200 y 300 cables informativos por día; está pendiente y al momento de las nuevas tecnologías de la comunicación; se fascina con Wikileaks, la garganta profunda de Internet, famosa por la filtración de más de 90 mil documentos militares sobre Afganistán, en los que este nuevo navegante está trabajando.
–¿Te das cuenta, compañera, de lo que esto significa? –me dice–. Internet ha puesto en manos de noso-tros la posibilidad de comunicarnos con el mundo. Con nada de esto contábamos antes –comenta, al tiempo que se deleita viendo y seleccionando cables y textos bajados de la red, que tiene sobre el escritorio: un pequeño mueble, demasiado pequeño para la talla (aun disminuida por la enfermedad) de su ocupante.
–Se acabaron los secretos, o al menos eso pareciera. Estamos ante un periodismo de investigación de alta tecnología, como lo llama el New York Times, y al alcance de todo el mundo.
–Estamos ante el arma más poderosa que haya existido, que es la comunicación –ataja–. El poder de la comunicación ha estado, y está, en manos del imperio y de ambiciosos grupos privados que hicieron uso y abuso de él. Por eso los medios han fabricado el poder que hoy ostentan.
Lo escucho y no puedo menos que pensar en Chomsky: cualquiera de las trapacerías que el imperio intente debe contar antes con el apoyo de los medios, principalmente periódicos y televisión, y hoy, naturalmente, con todos los instrumentos que ofrece Internet.
Son los medios los que antes de cualquier acción crean el consenso. “Tienden la cama”, diríamos... Acondicionan el teatro de operaciones.
Sin embargo, acota Fidel, aunque han pretendido conservar intacto ese poder, no han podido. Lo están perdiendo día con día. En tanto que otros, muchos, muchísimos, emergen a cada momento...
Se hace entonces un reconocimiento a los esfuerzos de algunos sitios y medios, además de Wikileaks: por el lado latinoamericano, a Telesur de Venezuela, a la televisión cultural de Argentina, el Canal Encuentro, y a todos aquellos medios, públicos o privados, que enfrentan a poderosos consorcios particulares de la región y a transnacionales de la información, la cultura y el entretenimiento.
Informes sobre la manipulación de los poderosos grupos empresariales locales o regionales, sus complots para entronizar o eliminar gobiernos o personajes de la política, o sobre la tiranía que ejerce el imperio a través de las trasnacionales, están ahora al alcance de todos los mortales.
Pero no de Cuba, que apenas dispone de una entrada de Internet para todo el país, comparable a la que tiene cualquier hotel Hilton o Sheraton.
Esa es la razón por la que conectarse en Cuba es desesperante. La navegación es como si se hiciera en cámara lenta.
–¿Por qué es todo esto? –pregunto.
–Por la negativa rotunda de Estados Unidos a darle acceso a lnternet a la isla, a través de uno de los cables submarinos de fibra óptica que pasan cerca de las costas. Cuba se ve obligada, en cambio, a bajar la señal de un satélite, lo que encarece mucho más el servicio que el gobierno cubano ha de pagar, e impide disponer de un mayor ancho de banda que permita dar acceso a muchos más usuarios y a la velocidad que es normal en todo el mundo, con la banda ancha.
Por estas razones el gobierno cubano da prioridad para conectarse no a quienes pueden pagar por el costo del servicio, sino a quienes más lo necesitan, como médicos, académicos, periodistas, profesionales, “cuadros” del gobierno y clubes de Internet de uso social. No se puede más.
Pienso en los descomunales esfuerzos del sitio cubano Cubadebate para alimentar al interior y llevar hacia el exterior la información del país, en las condiciones existentes. Pero, según Fidel, Cuba podrá solucionar pronto esta situación.
Se refiere a la conclusión de las obras de cable submarino que se tiende del puerto de La Guaira, en Venezuela, hasta las cercanías de Santiago de Cuba. Con estas obras, llevadas adelante por el gobierno de Hugo Chávez, la isla podrá disponer de banda ancha y posibilidades de acometer una gran ampliación del servicio.
–Muchas veces se ha señalado a Cuba, y en particular a usted, de mantener una posición antiestadounidense a rajatabla, y hasta han llegado a acusarlo de guardar odio hacia esa nación – le digo.
–Nada de eso –aclara–. ¿Por qué odiar a Estados Unidos, si es sólo un producto de la historia?
Pero, en efecto: hace apenas como 40 días, cuando todavía no había terminado de “resucitar” se ocupó –para variar–, en sus nuevas Reflexiones, de su poderoso vecino.
“Es que empecé a ver bien clarito los problemas de la tiranía mundial creciente... –y se le presentó, a la luz de toda la información que manejaba–, la inminencia de un ataque nuclear que desataría la conflagración mundial.”
Todavía no podía salir a hablar, a hacer lo que está haciendo ahora, me indica. Apenas podía escribir con cierta fluidez, pues no sólo tuvo que aprender a caminar, sino también, a sus 84 años, debió volver a aprender a escribir..
“Salí del hospital, fui para la casa, pero caminé, me excedí. Luego tuve que hacer rehabilitación de los pies. Para entonces ya lograba comenzar de nuevo a escribir. El salto cualitativo se dio cuando pude dominar todos los elementos que me permitían hacer posible todo lo que estoy haciendo ahora. Pero puedo y debo mejorar... Puedo llegar a caminar bien. Hoy, ya te dije, caminé 600 pasos solo, sin bastón, sin nada, y esto lo debo conciliar con lo que subo y bajo, con las horas que duermo, con el trabajo.”
–¿Qué hay detrás de este frenesí en el trabajo, que más que a una rehabilitación puede conducirlo a una recaída?
Fidel se concentra, cierra los ojos como para empezar un sueño, pero no... vuelve a la carga:
“No quiero estar ausente en estos días. El mundo está en la fase más interesante y peligrosa de su existencia y yo estoy bastante comprometido con lo que vaya a pasar. Tengo cosas que hacer todavía.
–¿Como cuáles?
–Como la conformación de todo un movimiento antiguerra nuclear –es a lo que viene dedicándose desde su reaparición. Crear una fuerza de persuasión internacional para evitar que esa amenaza colosal se cumpla representa todo un reto, y Fidel nunca ha podido resistirse a los retos–.
“Al principio yo pensé que el ataque nuclear iba a darse sobre Corea del Norte, pero pronto rectifiqué porque me dije que ése lo paraba China con su veto en el Consejo de Seguridad...
”Pero lo de Irán no lo para nadie, porque no hay veto ni chino ni ruso. Luego vino la resolución (de Naciones Unidas), y aunque vetaron Brasil y Turquía, Líbano no lo hizo y entonces se tomó la decisión.”
Fidel convoca a científicos, economistas, comunicadores, etcétera, a que den su opinión sobre cuál puede ser el mecanismo mediante el cual se va a desatar el horror y la forma en que puede evitarse. Hasta a ejercicios de ciencia ficción los ha llevado.
“¡Piensen, piensen!”, anima en las discusiones. “Razonen, imaginen”, exclama el entusiasta maestro en que se ha convertido en estos días.
No todo el mundo ha comprendido su inquietud. No son pocos los que han visto catastrofismo y hasta delirio en su nueva campaña. A todo esto habría que agregar el temor, que a muchos asalta, de que su salud sufra una recaída.
Fidel no ceja: nada ni nadie es capaz de frenarlo siquiera. El necesita, a la mayor brevedad, convencer para así detener la conflagración nuclear que –insiste– amenaza con hacer desaparecer a una buena parte de la humanidad. “Tenemos que movilizar al mundo para persuadir a Barack Obama, presidente de Estados Unidos, de que evite la guerra nuclear. El es el único que puede, o no, oprimir el botón.”
Con los datos que ya maneja como un experto, y los documentos que avalan sus dichos, Fidel cuestiona y hace una exposición escalofriante:
–¿Tú sabes el poder nuclear que tienen unos cuantos países del mundo en la actualidad, comparado con el de la época de Hiroshima y Nagasaki?
“Cuatrocientas setenta mil veces el poder explosivo que tenía cualquiera de las dos bombas que Estados Unidos arrojó sobre esas dos ciudades japonesas. ¡Cuatrocientas setenta mil veces más!”, subraya escandalizado.
Esa es la potencia que tiene cada una de las más de 20 mil armas nucleares que –se calcula– hay hoy día en el mundo.
Con mucho menos de esa potencia –con tan sólo 100– ya se puede producir un invierno nuclear que oscurezca el mundo en su totalidad.
Esta barbaridad puede producirse en cosa de unas días, para ser más precisos, el 9 de septiembre próximo, que es cuando vencen los 90 días otorgados por el Consejo de Seguridad de la ONU para comenzar a inspeccionar los barcos de Irán.
–¿Tú crees que los iraníes van a retroceder? ¿Tú te los imaginas? Hombres valientes, religiosos, que ven en la muerte casi un premio... Bien, los iraníes no van a ceder, eso es seguro. ¿Van a ceder los yanquis? Y, ¿qué va a pasar si ni uno ni otro ceden? Y esto puede ocurrir el próximo 9 de septiembre.
“Un minuto después de la explosión, más de la mitad de los seres humanos habrá muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo”, escribió Gabriel García Márquez con ocasión del 41º aniversario de Hiroshima. “Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirá el tiempo de los océanos y volteará el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes... La era del rock y de los corazones trasplantados estará de regreso a su infancia glacial...”
Por Carmen Lira Saade
Desde La Habana
De La Jornada de México.
Especial para Página/12.
Tomado: Página 12
30 ago 2010
Carta de José Manuel Zelaya a la clase trabajadora de Honduras
Compañeros(a) Trabajadores de Honduras
Me dirijo a ustedes para darles fuerza y aliento en este momento en que los niveles de brutalidad del régimen sólo se pueden comparar con la carrera desesperada que tienen por entregar todos los bienes de los hondureños al capital transnacional y sus representantes locales.
En la historia nunca antes vivió nuestra patria una situación más difícil, ni nos tocó enfrentar la insaciable ambición de unos pocos que hoy se revelan sin reservas ante nuestros ojos y de los extraños.
El estado de indefensión de nuestra población ante las fuerzas represivas es palpable. Tenemos que unirnos para vencerlos.
Las víctimas de la represión en el golpe de Estado, igual que el que recibe las palizas y las torturas, hoy son sometidos a bochornosos juicios, que no tienen ninguna razón jurídica, pero sí expresan la arbitrariedad y la barbarie que hoy prevalecen en las instituciones hondureñas.
Deseo expresar mi reconocimiento a los compañeros comprometidos con los DDHH por su condición de verdaderos representantes de la justicia en Honduras.
Por ahora el gobierno de Porfirio Lobo, por orden de la oligarquía, sólo busca conjurar la unidad del movimiento magisterial y el obrero, que luce ante sus ojos como la fuerza que tiene que desarticular a toda costa.
La situación actual, si bien permanece aún incierta, debe derivar en la UNIDAD de todas las fuerzas sociales. Debemos tener la seguridad de que cada día más los trabajadores del campo y la ciudad encaminen sus esfuerzos a la unidad y la organización, a conjuntar paso a paso las posiciones de todos los sectores frente a esta lucha y las luchas por venir.
Las demandas para crear la unidad y el respaldo popular no deben ser tímidas, deben ser enérgicas y claras frente a la impostergable necesidad de mejorar las condiciones de vida del pueblo.
Considerando el pobre nivel de compromiso que tiene este gobierno con los sectores sociales se debe ser vital, contundente y categórico en lo que demandan las clases populares y no ceder espacios que corresponden en la lucha a la clase trabajadora.
Los maestros en lucha deben tener todo el apoyo hasta vencer el menosprecio con que se les trata y sus reclamos priorizados, deben ser parte integral de las demandas.
El salario mínimo para los obreros es merecido y debe ser correspondiente al costo de la canasta básica de alimentos, que oscila en promedio entre L 6.600,00 y L 6.900,00 mensual (1 dólar = 19,89 lempiras).
No es una dádiva lo que necesitamos. Exigimos lo que por derecho le corresponde a la clase trabajadora.
Este año debe estar incluida la maquila por deuda y compromiso con ellos.
Se debe hacer un llamado general a la centrales obreras, a los campesinos de todo el país, especialmente del Bajo Aguan en lucha intensa y desigual, a integrarse a los sectores con derechos postergados por siglos: indígenas garifunas y misquitos.
Todos los acontecimientos nos muestran a las claras un esquema en que se trata de imponer por todas las vías el temor y la división de todas las fuerzas de oposición tanto políticas como sociales con el fin de doblegar la resistencia.
Hoy revierten todas las leyes, decretos, regulaciones y medidas que tomamos en beneficio del pueblo.
Medidas que muchas veces significaron choques con la oligarquía que siempre se empeña en cobrar a la gente sin importarle los niveles de neoesclavitud y de pobreza.
El acceso a los servicios básicos, casi todos privatizados, al crédito del sistema bancario con bajos intereses para los campesinos, bajar el costo de la vida, medicinas, salud, educación, debe ser considerado en los planteamientos.
La salida violenta y la aplicación del puño fuerte para los trabajadores y guante de seda para los golpistas y la oligarquía es el peor de los caminos que ha escogido el régimen actual, cada día tiene mayor rechazo del pueblo.
Compañeros, compañeras, el momento requiere de un gran nivel de esfuerzo y avance para la organización; el camino es la unidad inquebrantable de los trabajadores y las trabajadoras, fundamentalmente alrededor de Frente Nacional de Resistencia Popular.
Muchas veces la elite cree equivocadamente que trabajadores son sólo los que nos manifestamos en marchas; trabajadores somos todos aquellos que debemos entregar nuestra fuerza de trabajo por salarios y otras compensaciones que en la mayor parte de las veces ni en las labores domésticas se nos reconocen .
Por esta razón, es importante entender que el movimiento popular es un todo, que la clase trabajadora, empleada, desempleada, subempleada, en el campo y la ciudad, debe sentirse unificada, identificada en esta lucha.
Les invito a participar, asociarse con firmeza y convicción, estoy seguro, convencido, de que la victoria está en nuestras manos, es nuestra, pero no dejemos que el que el futuro incierto, dominado por la arbitrariedad con que nos gobiernan, se apodere de nuestro ánimo.
A la clase gobernante le decimos:
Ustedes se equivocan porque quieren, no perderemos nunca el derecho al agua, al trabajo y a la vida y los derechos que nos pertenecen.
No permitiremos, aunque nos la quieran imponer, la tercerización y las jornadas horarias o que nos administren los sectores que han demostrado traicionar al pueblo.
Somos miles y miles que no tenemos trabajo, vendemos productos bajo préstamos a intereses leoninos y somos víctimas de la violencia, de la injusticia, de la corrupción y de la impunidad, los que sufrimos la persecución vil del sistema judicial abyecto y pusilánime, los que permanecemos en el exilio por la fuerza de los fusiles asesinos, todos somos un pueblo, y todos estamos marchando hoy con los obreros y especialmente con los trabajadores de la educación, con el magisterio, hasta parafrasear a MORAZÁN cuando hablaba a los conservadores.
"A Ustedes hablo, enemigos de la libertad... Este pueblo que habéis tratado de envilecer con vuestras mentiras pronto será vuestro juez."
TRABAJADORES DE MI TIERRA.
UNIDAD MAGISTERIO O MUERTE
MEL ZELAYA
Ex Presidente de Honduras
Coordinador G. FNRP
22 de agosto de 2010
República Dominicana
Tomado: Qué hacer.com
Una suciedad chiquita
Hay guerras sucias de todo tipo, enormes como la que segó la vida de 30.000 personas inermes a manos de la más reciente dictadura militar argentina. Otras son chicas y, al parecer, el Pentágono habría desatado una contra Julian Assange, el coordinador del sitio WikiLeaks que difundió 75.000 mil documentos internos de las fuerzas armadas que combaten en Afganistán (ver Página/12, 29/7/10). Abundan en informes sobre matanzas de civiles y ejecuciones extrajudiciales, entre muchas otras cosas, y su publicación en periódicos importantes puso los pelos de punta a la Casa Blanca.
Assange, ciudadano australiano que reside actualmente en Suecia, fue acusado de violar a dos mujeres y todo resultó muy extraño. La fiscal María Häljebo Kjellstrand emitió en las últimas horas del viernes 20 una orden de arresto contra Assange en razón de la denuncia de las dos presuntas violadas, que afirmaban que lo fueron en un espacio de tres días. Eva Finné, la fiscal general, anuló la orden 24 horas después por falta de pruebas. Declaró que estaba en curso una investigación por acoso sexual, un delito mucho menos grave que la violación para la Justicia sueca (www.telegraph.co.uk, 22/8/10). Lo mejor vino después.
Una de las dos mujeres dio marcha atrás rápidamente: el domingo dijo al diario Aftonbladet que la sorprendía el cargo de violación propinado a Assange, negó que hubiera violencia en el encuentro que tuvieron y sugirió que, en realidad, habían discutido porque él se negaba a usar condón. En tanto, el ombudsman del sistema judicial ordenó que se investigue cómo se filtró la noticia a la prensa, ya que apenas habían transcurrido minutos entre la emisión de la orden de arresto y su aparición en un tabloide. Según el británico The Guardian, la información habría sido proporcionada por la policía sueca (www.guardian.co.uk, 22/8/10). Curioso, sí.
Assange se apresuró a señalar con el índice al Pentágono, que calificó de “absurda” esa pretensión. “El 11 de agosto –señaló Assange–, los servicios de inteligencia de Australia me advirtieron que debía esperar cosas de este tipo” (//news.smh.com.au, 24/8/10). Afinó luego esta imputación: “No tenemos evidencias directas de que esto viene de la inteligencia estadounidense o de alguna otra. Algo podemos sospechar pensando a quién beneficia la historia”. No parece casual que el escándalo estalle ahora: Assange había prometido publicar otros 15.000 documentos secretos de la guerra de Afganistán y ofreció al Pentágono que los leyera antes para borrar todo aquello que podía afectar el curso de la guerra y/o la seguridad de los informantes. El Pentágono se negó: su política es borrar a WikiLeaks de la faz de Internet.
Algo interesante: la entrevistada por Aftonbladet “descartó la idea de muchos teóricos de la conspiración de que las incriminaciones de violación se debían a alguna ‘sucia trampa’ por la actitud de desafío al gobierno de EE.UU. asumida por WikiLeaks. Dijo: ‘Los cargos contra Assange no fueron, desde luego, orquestados por el Pentágono’”. Un “desde luego” que no puede evitar el olor a excusa anticipada. En particular, porque el Pentágono difundió las acusaciones por Twitter con bastante frenesí.
Scott Horton reveló hace meses la existencia de un documento clasificado del Centro de Inteligencia del Ejército que subrayaba la necesidad de no limitarse a anular los servidores y las bases de datos de WikiLeaks: además había que neutralizar a los individuos que operan el sitio (//file.wikileaks.org, 15/3/10). En las 32 páginas del informe se nombra a Assange a saciedad, se califica de “acto delictuoso” su labor y se aboga por incoar un proceso que “logre con éxito destruir el centro de gravedad” de WikiLeaks. Ese centro no es otro que Assange mismo.
Las denuncias contra el australiano fueron precedidas de una campaña contra Bradley Manning, analista de inteligencia preso en Kuwait por filtrar a WikiLeaks el video Asesinato colateral. Filmado desde un helicóptero Apache, muestra claramente el asesinato de un miembro de la agencia Reuters y el ataque a quienes acudieron a ayudarlo, entre ellos dos adolescentes que resultaron heridos. Manning es sospechoso de pasar los documentos que Assange difundió y la campaña se centró en su condición declarada de gay. Típico de EE.UU.: es notorio que las noticias, ciertas o falsas, sobre la sexualidad de un político, un candidato, un periodista, pueden acabar con su carrera. Casi le quitan la presidencia a Bill Clinton.
Juan Gelman
Tomado: Página 12
El poder oculto: de donde nace la impunidad de Israel
Imagen: Red Voltaire
La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo a Israel, sino por miedo a lo que representa el Estado judío. Israel es el símbolo más emblemático, la patria territorial del sionismo capitalista que controla el mundo sin fronteras desde los directorios de los bancos y corporaciones trasnacionales. Israel, básicamente, es la representación nacional de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos. Y que controla el planeta desde los bancos centrales, las grandes cadenas mediáticas y los arsenales nucleares militares.
El poder oculto
Israel, es la más clara referencia geográfica del sistema capitalista trasnacionalizado que controla desde gobiernos hasta sistemas económico productivos y grandes medios de comunicación, tanto en los países centrales como en el mundo subdesarrollado y periférico.
El Estado judío, más allá de su incidencia como Nación, es el símbolo más representativo de un poder mundial controlado en sus resortes decisivos por grupos minoritarios de origen judío, y conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Con una población de alrededor de 7,35 millones de habitantes, Israel es el único Estado judío del mundo.
Pero cuando hablamos de Israel, hablamos (por extensión) de la referencia más significante de un sistema capitalista globalizado que controla gobiernos, países, sistemas económicos productivos, bancos centrales, centros financieros, arsenales nucleares y complejos militares industriales.
Cuando hablamos de Israel, hablamos antes que nada de un diseño estratégico de poder mundial que lo protege, interactivo y totalizado, que se concreta mediante una red infinita de asociaciones y vasos comunicantes entre el capital financiero, industrial y de servicios que convierte a los países y gobiernos en gerencias de enclave.
El lobby sionista que sostiene y legitima la existencia de Israel, no es un Estado en el lejano Medio Oriente, sino un sistema de poder económico planetario (el sistema capitalista) de bancos y corporaciones trasnacionales con judíos dominando la mayoría de los paquetes accionarios o hegemonizando las decisiones gerenciales desde puestos directrices y ejecutivos.
Quien se tome el trabajo de investigar el nombre de los integrantes de los directorios o de los accionistas de la grandes corporaciones y bancos transnacionales estadounidenses y europeos que controlan desde el comercio exterior e interior hasta los sistemas económico productivos de los países, tanto centrales como «subdesarrollados» o «emergentes», podrá fácilmente comprobar que (en una abrumante mayoría) son de origen judío.
Los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el indice Dow Jones de Wall Street, son mayoritariamente de origen judío.
Megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista), Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera), General Electric, McDonalds, Merck & Co, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, son controladas y/o gerenciados por capitales y personas de origen judío.
Estas corporaciones representan la crema de la crema de los grandes consorcios trasnacionales judeo sionistas que, a través del lobby ejercido por las embajadas estadounidenses y europeas, dictan y condicionan la política mundial y el comportamiento de gobiernos, ejércitos, o instituciones mundiales oficiales o privadas.
Son los amos invisibles del planeta: los que manejan a los países y a presidentes por control remoto, como si fueran títeres de última generación.
Quien investigue con este mismo criterio, además, los medios de comunicación, la industria cultural o artística, cámaras empresariales, organizaciones sociales, fundaciones, organizaciones profesionales, ONGs, tanto en los países centrales como periféricos, se va a sorprender de la notable incidencia de personas de origen judío en sus más altos niveles de decisión.
Las tres principales cadenas televisivas de EEUU (CNN, ABC, NBC y Fox) , los tres principales diarios (The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post) están controlados y gerenciados (a través de paquetes accionarios o de familias) por grupos del lobby judío, principalmente neoyorquino.
Asimismo como las tres más influyentes revistas (Newsweek, Time y The New Yorker), y consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo, están controlados por gerenciamiento y capital judío que opera a nivel de redes y conglomerados entrelazados con otras empresas.
Colosos del cine de Hollywood y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner Brothers, Columbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox, entre otros, forman parte de esta red interactiva del capital sionista imperialista.
La concentración del capital mundial en mega-grupos o mega-compañías controladas por el capital sionista, en una proporción aplastante, posibilita decisiones planetarias de todo tipo, en la economía, en la sociedad, en la vida política, en la cultura, etc., y representa el aspecto más definitorio de la globalización impuesta por el poder mundial del sistema capitalista imperial.
El objetivo central expansivo de este capitalismo sionista trasnacionalizado es el control y el dominio (por medio de las guerras de conquista o de «sistemas democráticos) de recursos naturales y sistemas económico - productivos, en un accionar que sus defensores y teóricos llaman “políticas de mercado”».
El capitalismo transnacional, a escala global, es el dueño de los estados y sus recursos y sistemas económico- productivos, no solamente del mundo dependiente, sino también de los países capitalistas centrales.
Por lo tanto los gobiernos dependientes y centrales son gerencias de enclave (por izquierda o derecha) que con variantes discursivas ejecutan el mismo programa económico y las mismas líneas estratégicas de control político y social.
Este capitalismo transnacional «sin fronteras» del lobby sionista que sostiene al Estado de Israel se asienta en dos pilares fundamentales: la especulación financiera informatizada (con asiento territorial en Wall Street ) y la tecnología militar-industrial de última generación (cuya expresión máxima de desarrollo se concentra en el Complejo Militar Industrial de EEUU).
El lobby sionista internacional, sobre el cual se asientan los pilares existenciales del Estado de Israel, controla desde gobiernos, ejércitos, policías, estructuras económicos productivas, sistemas financieros, sistemas políticos, estructuras tecnológicas y científicas, estructuras socio-culturales, estructuras mediáticas internacionales, hasta el poder de policía mundial asentado sobre los arsenales nucleares, los complejos militares industriales y los aparatos de despliegue militar de EEUU y de las potencias centrales.
A ese poder, y no al Estado de Israel, es al que temen los presidentes, políticos, periodistas e intelectuales que callan o deforman a diario los genocidios de Israel en Medio Oriente temerosos de quedar sepultados de por vida bajo la lápida del «antisemitismo».
El lobby imperial
El lobby sionista pro-israelí, la red del poder oculto que controla Casa Blanca, el Pentágono y la Reserva Federal no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street. Un detalle a tener en cuenta, para no confundir la religión con el mito y el negocio.
Cuando se refieren al lobby sionista (al que llaman lobby pro-israelí) la mayoría de los expertos y analistas hablan de un grupo de funcionarios y tecnócratas, en cuyas manos está el diseño y la ejecución de la política militar norteamericana.
A este lobby de presión se le atribuye el objetivo estratégico permanente de imponer la agenda militar y los intereses políticos y geopolíticos del gobierno y el Estado de Israel en la política exterior de EEUU.
Como definición, el lobby pro-israelí es una gigantesca maquinaria de presión económica y política que opera simultáneamente en todos los estamentos del poder institucional estadounidense: Casa Blanca, Congreso, Pentágono, Departamento de Estado, CIA y agencias de la comunidad de inteligencia, entre los mas importantes.
Por medio de la utilización política de su poder financiero, de su estratégica posición en los centros de decisión, los grupos financieros del lobby ejercen influencia decisiva en la política interna y externa de EEUU, la primera potencia imperial, además de su papel dominante en la financiación de los partidos políticos, de los candidatos presidenciales y de los congresistas.
A nivel imperial, el poder financiero del lobby se expresa principalmente por medio de la Reserva Federal de EEUU, un organismo clave para la concentración y reproducción del capital especulativo a nivel planetario.
El corazón del lobby sionista estadounidense es el poderoso sector financiero de Wall Street que tiene directa implicancia y participación en el nombramiento de funcionarios claves del gobierno de EEUU y de los órganos de control de política monetaria e instituciones crediticias (nacional e internacional) con sede en Washington y Nueva York.
Los organismos económicos financieros internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, están bajo directo control de los bancos centrales y de los gobiernos de EEUU y de las potencias controladas por el lobby sionista internacional (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, entre las más relevantes).
Organizaciones y alianzas internacionales como la ONU, el Consejo de Seguridad y la OTAN están controlados por el eje sionista USA-Unión Europea cuyas potencias centrales son las que garantizan la impunidad de los exterminios militares de Israel en Medio Oriente, como sucedió con la última masacre de activistas solidarios con el pueblo de Gaza.
Las principales instituciones financieras del lobby (Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers, etc) y los principales bancos (Citigroup, JP Morgan y Merrill Lynch, etc), influyen decisivamente para el nombramiento de los titulares de la Reserva Federal, el Tesoro, y la secretaría de Comercio, además de los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
El mito del «antisemitismo»
A este fenómeno de «poder capitalista mundial» judío, y no a Israel, es lo que temen los presidentes, políticos, periodistas, e intelectuales que evitan puntillosamente condenar o nombrar los periódicos genocidios militares de Israel en Gaza, repitiendo lo que ya hicieron durante la masacre israelí en Libano en el 2006.
La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo al Estado de Israel sino por miedo a lo que representa el Estado de Israel.
No se trata de Israel, un Estado sionista más, sino del «Gran Israel», la patria del judaísmo mundial (con territorio robado a los palestinos), de la cual todos los judíos del mundo se sienten sus hijos pródigos desperdigados por el mundo.
No se trata de Israel, sino de las poderosas organizaciones y comunidades judías mundiales que apoyaron en bloque el genocidio militar de Israel en Gaza, que utilizan su poder y «escala de prestigio» (construida mediante su victimización histórica con el Holocausto) para convertir en un leproso social al que se atreva criticar o a levantar la voz contra el exterminio militar israelí en Gaza.
Los gobiernos del mundo capitalista, los periodistas, intelectuales, organizaciones sindicales y sociales no le temen a Israel, sino a su lapidación social como «antisemita» (mote que se le otorga al que enfrenta y/o denuncia al sionismo judío).
No le temen al Estado de Israel, sino a los hijos de Israel camuflados en los grandes centros de decisión del poder mundial, sobre todo económicos-financieros y mediático-culturales.
Los políticos, intelectuales y periodistas del sistema no temen a Israel, sino que temen a los medios, organizaciones y empresas judías, y a su influencia sobre los gobiernos y procesos económicos-culturales del sistema sionista capitalista extendido por todos los países a escala planetaria.
En definitiva temen que las empresas, las universidades, las organizaciones y las fundaciones internacionales sionistas que financian y o promocionan sus ascensos y puestos en la maquinaria del sistema los declaren «antisemitas» y los dejen sin trabajo, sin vacaciones y sin jubilación.
Esa es la causa principal que explica porque los intelectuales, académicos y periodistas del sistema viven elucubrando sesudos análisis de la «realidad» política, económica y social sin la presencia de la palabra judío o del sistema capitalista que paga por sus servicios.
Si bien hay un grupo de intelectuales y de militantes judíos de izquierda (entre ellos Chomsky y Gelman, entre otros) que condenaron y protestaron contra el genocidio israelí en Gaza, la mayoría abrumante de las comunidades y organizaciones judías a escala planetaria apoyaron explícitamente la masacre de civiles en Gaza argumentando que se trataba de una «guerra contra el terrorismo».
A pesar de que Israel no invadió ni perpetró un genocidio militar en Gaza con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de exterminio militar en gran escala, quien cuestione esa masacre es condenado por «antisemita» por el poder judío mundial distribuido por el mundo.
A pesar de que el lobby judío sionista que controla Israel, tanto como la Casa Blanca, el Tesoro y la Reserva Federal de EEUU no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street, el que lo critique es tildado de inmediato como «antisemita» o «nazi» por las estructuras mediáticas y culturales controlados por el poder judío mundial.
Las campañas de denuncia de antisemitismo con las que Israel y las organizaciones judías buscan neutralizar a las criticas contra la masacre, abordan la cuestión como si el sionismo judío (sostén del estado de Israel) fuera una cuestión «racial» o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas.
El lobby sionista no controla el mundo con la religión: lo maneja con bancos, trasnacionales, hegemonía sobre los sistemas económicos-productivos, control sobre los recursos naturales, control de la red informativa y de manipulación mundial, y manejo de los valores sociales a través de la publicidad, la cultura y el consumo estandarizado y globalizado por los medios de comunicación.
En definitiva, el lobby judío no representa a ninguna sinagoga ni expresión racial, sino que es la estructura que maneja el poder mundial a través del control sobre los centros económicos-financieros y de decisión estratégica del sistema capitalista expandido como civilización «única».
Antes que por la religión y la raza, el lobby sionista y sus redes se mueven por una ideología política funcional: el sionismo capitalista-imperial que antepone el mercado, la concentración de riqueza, la «política de negocios», a cualquier filosofía que roce las nociones del «bien» o del «mal» entendidos dentro de parámetros sociales.
Entonces: ¿De qué hablan cuando hablan de «antisemitismo» o de «anti-judaismo religioso? ¿En que parámetros referenciales se basa la condición de antisemita»? ¿Quién es antisemita? ¿Quién critica a los judíos por su religión o por su raza en las sociedades del mundo?
A lo sumo, a los judíos, como está probado en la realidad social de cualquier país, no se los critica por su religión o condición racial sino por su apego excesivo al status del dinero (también cultivado por otras colectividades) y a integrar estructuras o jerarquías de poder dentro de un sistema injusto de opresión y de explotación del hombre por el hombre, como es el sistema capitalista.
Salvo los grupos minoritarios de fanáticos y racistas que sólo se representan a sí mismos, en las sociedades (salvo el nazismo alemán y algunas excepciones) casi nunca hubo «persecución religiosa o racial» del judío, si no que hubo una asociación del judío con la «peor cara del capitalismo», representada en el sistema económico-financiero especulativo.
En resumen
El lobby sionista que protege al Estado de Israel (por «derecha» y por «izquierda») esta conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Sus redes se expresan a través de una multiplicidad de organizaciones dedicadas a promover el actual modelo global, entre las que se cuentan principalmente: The Hudson Institute, The RAND Corporation, The Brookings Institution, The Trilateral Commission, The World Economic Forum, Aspen Institute, American Enterprise Institute, Deutsche Gesellschaft für Auswärtigen Politik, Bilderberg Group, Cato Institute, Tavestock institute, y el Carnegie Endowment for International Peace, entre otros.
Todos estos think tanks o «bancos de cerebros», reúnen a los mejores tecnócratas, científicos y estudiosos en sus respectivos campos, egresados de los las universidades de EEUU, Europa y de todo el resto del mundo.
El lobby no responde solamente al Estado de Israel (como afirman los analistas de la «cara derechista» de los neocons) sino a un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos.
El lobby no solamente está en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo a escala trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel.
Ni la izquierda ni la derecha partidaria hablan de este poder «totalizado» por la sencilla razón de que ambas están fusionadas (a modo de alternativas falsamente enfrentadas) a los programas y estrategias del capitalismo trasnacional que controla el planeta.
Por lo tanto, y mientras no se articule un nuevo sistema de comprensión estratégica (una «tercera posición» revolucionaria del saber y el conocimiento) el poder mundial que controla el planeta seguirá perpetuándose en las falsas opciones de «izquierda» y «derecha».
Y el lobby judío de «derecha» de los republicanos conservadores seguirá sucediendo al lobby judío «de izquierda» de los demócratas liberales en una continuidad estratégica de las mismas líneas rectoras del Imperio sionista mundial.
Y las masacres del Estado de Israel seguirán, como hasta ahora, impunes y protegidas por las estructuras del sistema de poder mundial sionista capitalista que lo considera como su «patria territorial».
Manuel Freytas
Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica
Tomado: Red Voltaire
La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo a Israel, sino por miedo a lo que representa el Estado judío. Israel es el símbolo más emblemático, la patria territorial del sionismo capitalista que controla el mundo sin fronteras desde los directorios de los bancos y corporaciones trasnacionales. Israel, básicamente, es la representación nacional de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos. Y que controla el planeta desde los bancos centrales, las grandes cadenas mediáticas y los arsenales nucleares militares.
El poder oculto
Israel, es la más clara referencia geográfica del sistema capitalista trasnacionalizado que controla desde gobiernos hasta sistemas económico productivos y grandes medios de comunicación, tanto en los países centrales como en el mundo subdesarrollado y periférico.
El Estado judío, más allá de su incidencia como Nación, es el símbolo más representativo de un poder mundial controlado en sus resortes decisivos por grupos minoritarios de origen judío, y conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Con una población de alrededor de 7,35 millones de habitantes, Israel es el único Estado judío del mundo.
Pero cuando hablamos de Israel, hablamos (por extensión) de la referencia más significante de un sistema capitalista globalizado que controla gobiernos, países, sistemas económicos productivos, bancos centrales, centros financieros, arsenales nucleares y complejos militares industriales.
Cuando hablamos de Israel, hablamos antes que nada de un diseño estratégico de poder mundial que lo protege, interactivo y totalizado, que se concreta mediante una red infinita de asociaciones y vasos comunicantes entre el capital financiero, industrial y de servicios que convierte a los países y gobiernos en gerencias de enclave.
El lobby sionista que sostiene y legitima la existencia de Israel, no es un Estado en el lejano Medio Oriente, sino un sistema de poder económico planetario (el sistema capitalista) de bancos y corporaciones trasnacionales con judíos dominando la mayoría de los paquetes accionarios o hegemonizando las decisiones gerenciales desde puestos directrices y ejecutivos.
Quien se tome el trabajo de investigar el nombre de los integrantes de los directorios o de los accionistas de la grandes corporaciones y bancos transnacionales estadounidenses y europeos que controlan desde el comercio exterior e interior hasta los sistemas económico productivos de los países, tanto centrales como «subdesarrollados» o «emergentes», podrá fácilmente comprobar que (en una abrumante mayoría) son de origen judío.
Los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el indice Dow Jones de Wall Street, son mayoritariamente de origen judío.
Megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista), Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera), General Electric, McDonalds, Merck & Co, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, son controladas y/o gerenciados por capitales y personas de origen judío.
Estas corporaciones representan la crema de la crema de los grandes consorcios trasnacionales judeo sionistas que, a través del lobby ejercido por las embajadas estadounidenses y europeas, dictan y condicionan la política mundial y el comportamiento de gobiernos, ejércitos, o instituciones mundiales oficiales o privadas.
Son los amos invisibles del planeta: los que manejan a los países y a presidentes por control remoto, como si fueran títeres de última generación.
Quien investigue con este mismo criterio, además, los medios de comunicación, la industria cultural o artística, cámaras empresariales, organizaciones sociales, fundaciones, organizaciones profesionales, ONGs, tanto en los países centrales como periféricos, se va a sorprender de la notable incidencia de personas de origen judío en sus más altos niveles de decisión.
Las tres principales cadenas televisivas de EEUU (CNN, ABC, NBC y Fox) , los tres principales diarios (The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post) están controlados y gerenciados (a través de paquetes accionarios o de familias) por grupos del lobby judío, principalmente neoyorquino.
Asimismo como las tres más influyentes revistas (Newsweek, Time y The New Yorker), y consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo, están controlados por gerenciamiento y capital judío que opera a nivel de redes y conglomerados entrelazados con otras empresas.
Colosos del cine de Hollywood y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner Brothers, Columbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox, entre otros, forman parte de esta red interactiva del capital sionista imperialista.
La concentración del capital mundial en mega-grupos o mega-compañías controladas por el capital sionista, en una proporción aplastante, posibilita decisiones planetarias de todo tipo, en la economía, en la sociedad, en la vida política, en la cultura, etc., y representa el aspecto más definitorio de la globalización impuesta por el poder mundial del sistema capitalista imperial.
El objetivo central expansivo de este capitalismo sionista trasnacionalizado es el control y el dominio (por medio de las guerras de conquista o de «sistemas democráticos) de recursos naturales y sistemas económico - productivos, en un accionar que sus defensores y teóricos llaman “políticas de mercado”».
El capitalismo transnacional, a escala global, es el dueño de los estados y sus recursos y sistemas económico- productivos, no solamente del mundo dependiente, sino también de los países capitalistas centrales.
Por lo tanto los gobiernos dependientes y centrales son gerencias de enclave (por izquierda o derecha) que con variantes discursivas ejecutan el mismo programa económico y las mismas líneas estratégicas de control político y social.
Este capitalismo transnacional «sin fronteras» del lobby sionista que sostiene al Estado de Israel se asienta en dos pilares fundamentales: la especulación financiera informatizada (con asiento territorial en Wall Street ) y la tecnología militar-industrial de última generación (cuya expresión máxima de desarrollo se concentra en el Complejo Militar Industrial de EEUU).
El lobby sionista internacional, sobre el cual se asientan los pilares existenciales del Estado de Israel, controla desde gobiernos, ejércitos, policías, estructuras económicos productivas, sistemas financieros, sistemas políticos, estructuras tecnológicas y científicas, estructuras socio-culturales, estructuras mediáticas internacionales, hasta el poder de policía mundial asentado sobre los arsenales nucleares, los complejos militares industriales y los aparatos de despliegue militar de EEUU y de las potencias centrales.
A ese poder, y no al Estado de Israel, es al que temen los presidentes, políticos, periodistas e intelectuales que callan o deforman a diario los genocidios de Israel en Medio Oriente temerosos de quedar sepultados de por vida bajo la lápida del «antisemitismo».
El lobby imperial
El lobby sionista pro-israelí, la red del poder oculto que controla Casa Blanca, el Pentágono y la Reserva Federal no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street. Un detalle a tener en cuenta, para no confundir la religión con el mito y el negocio.
Cuando se refieren al lobby sionista (al que llaman lobby pro-israelí) la mayoría de los expertos y analistas hablan de un grupo de funcionarios y tecnócratas, en cuyas manos está el diseño y la ejecución de la política militar norteamericana.
A este lobby de presión se le atribuye el objetivo estratégico permanente de imponer la agenda militar y los intereses políticos y geopolíticos del gobierno y el Estado de Israel en la política exterior de EEUU.
Como definición, el lobby pro-israelí es una gigantesca maquinaria de presión económica y política que opera simultáneamente en todos los estamentos del poder institucional estadounidense: Casa Blanca, Congreso, Pentágono, Departamento de Estado, CIA y agencias de la comunidad de inteligencia, entre los mas importantes.
Por medio de la utilización política de su poder financiero, de su estratégica posición en los centros de decisión, los grupos financieros del lobby ejercen influencia decisiva en la política interna y externa de EEUU, la primera potencia imperial, además de su papel dominante en la financiación de los partidos políticos, de los candidatos presidenciales y de los congresistas.
A nivel imperial, el poder financiero del lobby se expresa principalmente por medio de la Reserva Federal de EEUU, un organismo clave para la concentración y reproducción del capital especulativo a nivel planetario.
El corazón del lobby sionista estadounidense es el poderoso sector financiero de Wall Street que tiene directa implicancia y participación en el nombramiento de funcionarios claves del gobierno de EEUU y de los órganos de control de política monetaria e instituciones crediticias (nacional e internacional) con sede en Washington y Nueva York.
Los organismos económicos financieros internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, están bajo directo control de los bancos centrales y de los gobiernos de EEUU y de las potencias controladas por el lobby sionista internacional (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, entre las más relevantes).
Organizaciones y alianzas internacionales como la ONU, el Consejo de Seguridad y la OTAN están controlados por el eje sionista USA-Unión Europea cuyas potencias centrales son las que garantizan la impunidad de los exterminios militares de Israel en Medio Oriente, como sucedió con la última masacre de activistas solidarios con el pueblo de Gaza.
Las principales instituciones financieras del lobby (Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers, etc) y los principales bancos (Citigroup, JP Morgan y Merrill Lynch, etc), influyen decisivamente para el nombramiento de los titulares de la Reserva Federal, el Tesoro, y la secretaría de Comercio, además de los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
El mito del «antisemitismo»
A este fenómeno de «poder capitalista mundial» judío, y no a Israel, es lo que temen los presidentes, políticos, periodistas, e intelectuales que evitan puntillosamente condenar o nombrar los periódicos genocidios militares de Israel en Gaza, repitiendo lo que ya hicieron durante la masacre israelí en Libano en el 2006.
La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo al Estado de Israel sino por miedo a lo que representa el Estado de Israel.
No se trata de Israel, un Estado sionista más, sino del «Gran Israel», la patria del judaísmo mundial (con territorio robado a los palestinos), de la cual todos los judíos del mundo se sienten sus hijos pródigos desperdigados por el mundo.
No se trata de Israel, sino de las poderosas organizaciones y comunidades judías mundiales que apoyaron en bloque el genocidio militar de Israel en Gaza, que utilizan su poder y «escala de prestigio» (construida mediante su victimización histórica con el Holocausto) para convertir en un leproso social al que se atreva criticar o a levantar la voz contra el exterminio militar israelí en Gaza.
Los gobiernos del mundo capitalista, los periodistas, intelectuales, organizaciones sindicales y sociales no le temen a Israel, sino a su lapidación social como «antisemita» (mote que se le otorga al que enfrenta y/o denuncia al sionismo judío).
No le temen al Estado de Israel, sino a los hijos de Israel camuflados en los grandes centros de decisión del poder mundial, sobre todo económicos-financieros y mediático-culturales.
Los políticos, intelectuales y periodistas del sistema no temen a Israel, sino que temen a los medios, organizaciones y empresas judías, y a su influencia sobre los gobiernos y procesos económicos-culturales del sistema sionista capitalista extendido por todos los países a escala planetaria.
En definitiva temen que las empresas, las universidades, las organizaciones y las fundaciones internacionales sionistas que financian y o promocionan sus ascensos y puestos en la maquinaria del sistema los declaren «antisemitas» y los dejen sin trabajo, sin vacaciones y sin jubilación.
Esa es la causa principal que explica porque los intelectuales, académicos y periodistas del sistema viven elucubrando sesudos análisis de la «realidad» política, económica y social sin la presencia de la palabra judío o del sistema capitalista que paga por sus servicios.
Si bien hay un grupo de intelectuales y de militantes judíos de izquierda (entre ellos Chomsky y Gelman, entre otros) que condenaron y protestaron contra el genocidio israelí en Gaza, la mayoría abrumante de las comunidades y organizaciones judías a escala planetaria apoyaron explícitamente la masacre de civiles en Gaza argumentando que se trataba de una «guerra contra el terrorismo».
A pesar de que Israel no invadió ni perpetró un genocidio militar en Gaza con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de exterminio militar en gran escala, quien cuestione esa masacre es condenado por «antisemita» por el poder judío mundial distribuido por el mundo.
A pesar de que el lobby judío sionista que controla Israel, tanto como la Casa Blanca, el Tesoro y la Reserva Federal de EEUU no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street, el que lo critique es tildado de inmediato como «antisemita» o «nazi» por las estructuras mediáticas y culturales controlados por el poder judío mundial.
Las campañas de denuncia de antisemitismo con las que Israel y las organizaciones judías buscan neutralizar a las criticas contra la masacre, abordan la cuestión como si el sionismo judío (sostén del estado de Israel) fuera una cuestión «racial» o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas.
El lobby sionista no controla el mundo con la religión: lo maneja con bancos, trasnacionales, hegemonía sobre los sistemas económicos-productivos, control sobre los recursos naturales, control de la red informativa y de manipulación mundial, y manejo de los valores sociales a través de la publicidad, la cultura y el consumo estandarizado y globalizado por los medios de comunicación.
En definitiva, el lobby judío no representa a ninguna sinagoga ni expresión racial, sino que es la estructura que maneja el poder mundial a través del control sobre los centros económicos-financieros y de decisión estratégica del sistema capitalista expandido como civilización «única».
Antes que por la religión y la raza, el lobby sionista y sus redes se mueven por una ideología política funcional: el sionismo capitalista-imperial que antepone el mercado, la concentración de riqueza, la «política de negocios», a cualquier filosofía que roce las nociones del «bien» o del «mal» entendidos dentro de parámetros sociales.
Entonces: ¿De qué hablan cuando hablan de «antisemitismo» o de «anti-judaismo religioso? ¿En que parámetros referenciales se basa la condición de antisemita»? ¿Quién es antisemita? ¿Quién critica a los judíos por su religión o por su raza en las sociedades del mundo?
A lo sumo, a los judíos, como está probado en la realidad social de cualquier país, no se los critica por su religión o condición racial sino por su apego excesivo al status del dinero (también cultivado por otras colectividades) y a integrar estructuras o jerarquías de poder dentro de un sistema injusto de opresión y de explotación del hombre por el hombre, como es el sistema capitalista.
Salvo los grupos minoritarios de fanáticos y racistas que sólo se representan a sí mismos, en las sociedades (salvo el nazismo alemán y algunas excepciones) casi nunca hubo «persecución religiosa o racial» del judío, si no que hubo una asociación del judío con la «peor cara del capitalismo», representada en el sistema económico-financiero especulativo.
En resumen
El lobby sionista que protege al Estado de Israel (por «derecha» y por «izquierda») esta conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Sus redes se expresan a través de una multiplicidad de organizaciones dedicadas a promover el actual modelo global, entre las que se cuentan principalmente: The Hudson Institute, The RAND Corporation, The Brookings Institution, The Trilateral Commission, The World Economic Forum, Aspen Institute, American Enterprise Institute, Deutsche Gesellschaft für Auswärtigen Politik, Bilderberg Group, Cato Institute, Tavestock institute, y el Carnegie Endowment for International Peace, entre otros.
Todos estos think tanks o «bancos de cerebros», reúnen a los mejores tecnócratas, científicos y estudiosos en sus respectivos campos, egresados de los las universidades de EEUU, Europa y de todo el resto del mundo.
El lobby no responde solamente al Estado de Israel (como afirman los analistas de la «cara derechista» de los neocons) sino a un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos.
El lobby no solamente está en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo a escala trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel.
Ni la izquierda ni la derecha partidaria hablan de este poder «totalizado» por la sencilla razón de que ambas están fusionadas (a modo de alternativas falsamente enfrentadas) a los programas y estrategias del capitalismo trasnacional que controla el planeta.
Por lo tanto, y mientras no se articule un nuevo sistema de comprensión estratégica (una «tercera posición» revolucionaria del saber y el conocimiento) el poder mundial que controla el planeta seguirá perpetuándose en las falsas opciones de «izquierda» y «derecha».
Y el lobby judío de «derecha» de los republicanos conservadores seguirá sucediendo al lobby judío «de izquierda» de los demócratas liberales en una continuidad estratégica de las mismas líneas rectoras del Imperio sionista mundial.
Y las masacres del Estado de Israel seguirán, como hasta ahora, impunes y protegidas por las estructuras del sistema de poder mundial sionista capitalista que lo considera como su «patria territorial».
Manuel Freytas
Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica
Tomado: Red Voltaire
28 ago 2010
Huevos podridos y nuestra democracia rota
¿En qué se relacionan 500 millones de huevos y la democracia? El masivo retiro del mercado de huevos infectados con salmonelosis, el retiro más grande en la historia de Estados Unidos, nos permite ver el poder que las grandes corporaciones tienen, no sólo sobre nuestra salud, sino también sobre nuestro gobierno.
Aunque son muchas las marcas que han sido retiradas del mercado, todas pueden rastrearse hasta llegar a sólo dos granjas de producción de huevos. Cada vez más, la provisión de alimentos está en manos de compañías cada vez más grandes que ejercen un enorme poder sobre nuestro proceso político. Así como pasa con la industria alimenticia, sucede también con las petroleras y los bancos: corporaciones gigantescas (algunas con presupuestos más grandes que el de la mayoría de los países) están controlando nuestra salud, nuestro medioambiente, nuestra economía y, cada vez más, nuestras elecciones.El brote de salmonelosis es sólo el episodio más reciente de una serie de episodios que muestran a una industria alimenticia desenfrenada. Patty Lovera, sub-directora del grupo por la seguridad alimentaria Food & Water Watch, me dijo: “Históricamente, siempre ha habido resistencia por parte de la industria a todo tipo de norma de seguridad alimentaria, ya sea dictada por el Congreso o por otros organismos gubernamentales. Existen grandes asociaciones comerciales para cada sector proveedor de nuestros alimentos, desde los grandes productores agroindustriales hasta las tiendas de comestibles.”
Los huevos contaminados con salmonelosis provenían de sólo dos granjas factoría, Hillandale Farms y Wright County Egg, ambas de Iowa. Detrás de este brote está el emporio del huevo de Austin “Jack” DeCoster. DeCoster es propietario de Wright County Egg y también de Quality Egg, proveedora de pollos y de alimentos para pollos de las dos granjas de Iowa. Patty Lovera afirma que: “DeCoster es un nombre que se escucha mucho cuando uno empieza a hablar con conocedores de la industria del huevo o con personas que provienen de los estados de Iowa, Ohio o de los otros estados en que DeCoster opera. Por eso creemos que DeCoster es el claro ejemplo de lo que sucede cuando tenemos este tipo de concentración y producción a gran escala. No se trata sólo de seguridad alimentaria o sólo de daño ambiental o del trato que reciben los trabajadores. Cuando estamos frente a este tipo de producción masiva, responsable de tantos de nuestros alimentos, se trata de un paquete completo de efectos colaterales negativos.”
La agencia de noticias Associated Press brindó un resumen de las violaciones a las normas sanitarias, de seguridad y laborales presentes en las operaciones de DeCoster con huevos y cerdos en varios estados. En 1997, la empresa DeCoster Egg Farms acordó pagar una multa de dos millones de dólares luego de que el entonces Ministro de Trabajo Robert Reich calificara su granja de “tan peligrosa y opresora como cualquier empresa maquildora.” En 2002, la compañía de DeCoster pagó un millón y medio de dólares para llegar a un acuerdo en referencia a una demanda legal presentada por la Comisión Federal de Igualdad de Oportunidades Laborales en representación de mujeres mexicanas que informaron haber sido sometidas a acoso sexual, incluso violación, abusos y represalias por parte de sus supervisores. Este verano, otra compañía vinculada a DeCoster pagó ciento veinticinco mil dólares al Estado de Maine por acusaciones de trato cruel contra los animales.
A pesar de todo esto, DeCoster ha prosperado en el negocio de huevos y cerdos, lo que lo pone a la altura de otras grandes corporaciones, como BP y los grandes bancos. El derrame de petróleo de BP, el más grande en la historia de este país, estuvo precedido por una larga lista de hechos criminales y graves violaciones a las normas que datan de varios años, una de las más conocidas: la gran explosión de la refinería de la ciudad de Texas que cobró la vida a quince personas en el año 2005. Si BP fuera una persona, habría ido a prisión hace mucho tiempo.
La industria financiera es otro delincuente crónico. Poco tiempo después del mayor desastre financiero mundial desde la Gran Depresión, bancos como Goldman Sachs, llenos de dinero tras el masivo rescate financiero gubernamental, interfirieron en el proceso legislativo que intentaba controlarlos.
El resultado: un nuevo y ampliamente ineficaz organismo gubernamental de protección al consumidor, además de una implacable oposición a la designación, para la dirección de este organismo, de la defensora de los derechos del consumidor Elizabeth Warren, quien supervisaría a los bancos tanto como el nuevo organismo se lo permitiera. Este es el motivo por el cual se oponen a su designación los banqueros, entre ellos, Timothy Geithner y Larry Summers, a quienes el Presidente Obama nombró como Secretario del Tesoro y Asesor Económico, respectivamente.
Se permite a las corporaciones internacionales operar prácticamente sin supervisión ni regulación. Se permite que el dinero de las grandes empresas ejerza influencia sobre las elecciones, y por ende, sobre la conducta de nuestros representantes. Luego de la decisión de la Corte Suprema en el caso presentado por el grupo de derecha Citizens United, que permitirá donaciones corporativas ilimitadas a las campañas, el problema va de mal en peor. Para ser electos y mantenerse en el poder, los políticos deberán satisfacer más y más a sus donantes empresariales. Se podría decir que el zorro vigila al gallinero (y a los huevos podridos que hay en él). Sin embargo, hay esperanza. Existe un creciente movimiento para reformar la constitución de Estados Unidos, para quitar a las corporaciones el estatus legal de “persona jurídica”, concepto por el cual las corporaciones tienen los mismos derechos que las personas normales.
Esto haría que las corporaciones estuvieran sujetas a la misma supervisión que existió durante los primeros cien años de la historia de Estados Unidos. Pero para que las personas sean las únicas con derecho a la participación política será necesario un verdadero movimiento de base, dado que el Congreso y el gobierno de Obama parecen no ser capaces de implementar ni siquiera los cambios más básicos. Como dice el refrán: “si quieres hacer un omelet, tienes que romper algunos huevos”.
Amy Goodman
Traducción: Fernanda Gerpe
Tomado: spanish@democracynow.org
Chile: La empresa minera escatimó en seguridad
Primeras fotos.
La familia de un chileno atrapado demandará a los dos dueños
La alegría que sintió todo Chile al saber que los 33 mineros atrapados bajo 688 metros de tierra en el yacimiento San José estaban vivos ha dado paso a la exigencia de responsabilidades y la familia de uno de los mineros atrapados ya ha dicho que va a demandar a la empresa San Esteban, propietaria de las instalaciones, y a los inspectores gubernamentales por permitir los fallos de seguridad que hicieron posible el derrumbamiento.
Mientras continúa la operación para rescatar a los mineros, que puede durar meses, se ha ido dando a conocer el largo historial de accidentes y muertes en esa mina.
El ex encargado de Prevención de Riesgos de la empresa, Vincenot Tobar, ha dicho que se autodespidió en 2009 debido a que no lograba realizar su trabajo. Tobar afirmó a Radio Horizonte que el único interés de los dueños, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, era la rentabilidad y que nunca se tomaron en serio los accidentes.
Una pierna mutilada
En 2007, se registraron 185 accidentes. Cuando un minero sufrió la mutilación de una pierna, se decretó el cierre del yacimiento hasta que no se tomaran medidas ante el peligro inminente de derrumbes, como hacer dos chimeneas (o vías de escape) con escaleras.
Tobar dice no comprender cómo la mina San José consiguió el permiso de reapertura del Servicio Nacional de Minería sin haber cumplido con la exigencia de crear esas vías de escape. Fue ahí cuando Tobar decidió dejar la compañía.
En mayo de 2008, Patricio Leiva, funcionario del Servicio Nacional de Minería, tuvo que reemplazar a su jefe, que estaba de baja por 20 días. Justo en ese lapso llegó a sus manos la solicitud de reapertura de la mina San José. El funcionario firmó la autorización y no leyó los antecedentes. Así lo ha explicado él mismo ante la comisión parlamentaria que investiga el derrumbe: "Hoy pienso que nunca debí haber firmado el documento (), se salía de toda norma", dijo.
Las operaciones de rescate prosiguen. Los mineros atrapados ya han ingerido su primer alimento sólido: una barra de cereal. Se les ha adjudicado tareas para que estén ocupados y ayuden en su rescate. Han formado tres grupos. Uno se encargará de la recepción de los envíos a través de la sonda: alimentos, baterías, muestras de orina, cartas... Un segundo grupo de mineros está a cargo de la higiene de los trabajadores y del lugar. Y el tercero hará labores de prevención y seguridad.
El jefe de los mineros atrapados, Luis Urzúa, volvió a hablar por teléfono con el presidente chileno, Sebastián Piñera. Le contó el momento del derrumbe: "Sentimos que la montaña comenzaba a bajar hacia nosotros. Hubo un estruendo, llegó la tierra, no veíamos nada. Estuvimos cada uno por su lado durante cuatro o cinco horas. Cuando la tierra se disipó, vimos que una enorme roca tapaba la entrada del túnel". Esa roca mide 100 por 20 metros y está inestable. De hecho, el principal riesgo que corren los mineros es que la roca ceda.
Soledad Pino
Tomado: La República.es
La familia de un chileno atrapado demandará a los dos dueños
La alegría que sintió todo Chile al saber que los 33 mineros atrapados bajo 688 metros de tierra en el yacimiento San José estaban vivos ha dado paso a la exigencia de responsabilidades y la familia de uno de los mineros atrapados ya ha dicho que va a demandar a la empresa San Esteban, propietaria de las instalaciones, y a los inspectores gubernamentales por permitir los fallos de seguridad que hicieron posible el derrumbamiento.
Mientras continúa la operación para rescatar a los mineros, que puede durar meses, se ha ido dando a conocer el largo historial de accidentes y muertes en esa mina.
El ex encargado de Prevención de Riesgos de la empresa, Vincenot Tobar, ha dicho que se autodespidió en 2009 debido a que no lograba realizar su trabajo. Tobar afirmó a Radio Horizonte que el único interés de los dueños, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, era la rentabilidad y que nunca se tomaron en serio los accidentes.
Una pierna mutilada
En 2007, se registraron 185 accidentes. Cuando un minero sufrió la mutilación de una pierna, se decretó el cierre del yacimiento hasta que no se tomaran medidas ante el peligro inminente de derrumbes, como hacer dos chimeneas (o vías de escape) con escaleras.
Tobar dice no comprender cómo la mina San José consiguió el permiso de reapertura del Servicio Nacional de Minería sin haber cumplido con la exigencia de crear esas vías de escape. Fue ahí cuando Tobar decidió dejar la compañía.
En mayo de 2008, Patricio Leiva, funcionario del Servicio Nacional de Minería, tuvo que reemplazar a su jefe, que estaba de baja por 20 días. Justo en ese lapso llegó a sus manos la solicitud de reapertura de la mina San José. El funcionario firmó la autorización y no leyó los antecedentes. Así lo ha explicado él mismo ante la comisión parlamentaria que investiga el derrumbe: "Hoy pienso que nunca debí haber firmado el documento (), se salía de toda norma", dijo.
Las operaciones de rescate prosiguen. Los mineros atrapados ya han ingerido su primer alimento sólido: una barra de cereal. Se les ha adjudicado tareas para que estén ocupados y ayuden en su rescate. Han formado tres grupos. Uno se encargará de la recepción de los envíos a través de la sonda: alimentos, baterías, muestras de orina, cartas... Un segundo grupo de mineros está a cargo de la higiene de los trabajadores y del lugar. Y el tercero hará labores de prevención y seguridad.
El jefe de los mineros atrapados, Luis Urzúa, volvió a hablar por teléfono con el presidente chileno, Sebastián Piñera. Le contó el momento del derrumbe: "Sentimos que la montaña comenzaba a bajar hacia nosotros. Hubo un estruendo, llegó la tierra, no veíamos nada. Estuvimos cada uno por su lado durante cuatro o cinco horas. Cuando la tierra se disipó, vimos que una enorme roca tapaba la entrada del túnel". Esa roca mide 100 por 20 metros y está inestable. De hecho, el principal riesgo que corren los mineros es que la roca ceda.
Soledad Pino
Tomado: La República.es
27 ago 2010
Llamamiento de Patrick Le Hyaric : Vida y libertad para Sakineh
Patrick Le Hyaric Director de l´Humanité Diputado en el Parlamento europeo
Que los carceleros puedan oír el poder de la emoción , de la desaprobación, del aliento que quiere detener sus brazos inhumanos, que lanzan piedras para lapidar.
Este asesinato, este crimen, esta barbarie, más allá de matar a una mujer culpable de haber amado, es un insulto a la humanidad. Estos comportamientos primitivos, bárbaros, indican su “desvinculación” de la humanidad en marcha, ¡el retorno a la edad de piedra !
Conseguir la libertad para Sakineh y todas sus semejantes, encadenadas en las cárceles iranís, es también ganar espacios de libertad para todas la mujeres del mundo, más libertad para todos.
Que los carceleros de Sakineh entiendan que están cada vez más solos. Si pasan a los actos, ellos mismos serán condenados y juzgados duramente por el mundo entero, más allá de las diferencias.
Vida y libertad para Sakineh
Patrick Le Hyaric
Traducción: J.A. Pina
Tomado: L´Humanité
Que los carceleros puedan oír el poder de la emoción , de la desaprobación, del aliento que quiere detener sus brazos inhumanos, que lanzan piedras para lapidar.
Este asesinato, este crimen, esta barbarie, más allá de matar a una mujer culpable de haber amado, es un insulto a la humanidad. Estos comportamientos primitivos, bárbaros, indican su “desvinculación” de la humanidad en marcha, ¡el retorno a la edad de piedra !
Conseguir la libertad para Sakineh y todas sus semejantes, encadenadas en las cárceles iranís, es también ganar espacios de libertad para todas la mujeres del mundo, más libertad para todos.
Que los carceleros de Sakineh entiendan que están cada vez más solos. Si pasan a los actos, ellos mismos serán condenados y juzgados duramente por el mundo entero, más allá de las diferencias.
Vida y libertad para Sakineh
Patrick Le Hyaric
Traducción: J.A. Pina
Tomado: L´Humanité
La leona blanca, de Henning Mankell
Y el sueño se cumplió
Aquí, en esta casa cultural, estamos ya en la primera L de Wallander. Me explico, he pasado el mes más augusto, como lo llama mi compañero Julio, en compañía de un sueco bebedor compulsivo de café, tendente a la depresión, y con unas relaciones familiares -padre e hija-, que siempre penden de un hilo. Kurt Wallander me ha llevado a África este verano, ya que mis compañeros me han atado a la esquina del videoclub. La leona blanca, (1993), es la tercera novela de la serie Wallander (marcada con la L en el lomo) del comprometido escritor y dramaturgo Henning Mankell, de quien ya hemos tratado aquí anteriores novelas suyas, Asesinos sin rostro y Los perros de Riga.
Como dice la contraportada, ésta es una de las novelas más comprometidas (y más larga, 648 páginas) de Mankell, con la que denuncia la Sudáfrica del Apartheid y celebra las primeras reformas del entonces presidente, Frederick De Klerk, además de mantenernos en suspenso con la suerte de un esperanzador Nelson Mandela. Sí, Henning Mankell introduce la historia contemporánea en la ficción, en su ficción.
Para empezar a ponerse en situación, el autor sueco comienza con un prólogo situado en la Sudáfrica de 1918, historia de como se formó la asociación secreta denominada la Hermandad, con la que defender a los bóers, salvaguardar sus derechos sobre un pueblo en el que gobernarían con poder absoluto. Esta entrada ya pone al lector sobreaviso, aunque luego pase directamente al habitual entorno del inspector Wallader y a la investigación de la desaparición de una mujer, agente inmobiliaria, cuyo cadaver aparece unos días más tarde con un disparo a bocajarro en una casa deshabitada. Madre y esposa devota, la muerte de Louise Akerblom conmocionará a su comunidad religiosa, así como al inspector y sus compañeros, que no consiguen encontrar pistas que les saque de su confusión, y les indique por donde empezar, hasta que la explosión repentina de la casa deja como pruebas el dedo de un hombre negro, y un aparato de radio de fabricación rusa. “Tengo miedo. Como si el dedo negro me estuviese señalando a mí. Creo que no reúno los requisitos necesarios para comprender el alcance de este asunto”.
De ahí, la subjetividad de la novela pasa al otro lado, la del criminal. Anatoli Konovalenko, ex agente de la KGB, es un asesino a sueldo (de una organización sudafricana de bóers cuyo jefe es Jan Kleyn) que prepara, en Suecia, a otro asesino, un sudafricano negro llamado Victor Mabasha. La misión de éste último consiste en matar a un importante personaje de la política sudraficana, Nelson Mandela. Todo parece desarrollarse según sus planes, hasta que Louise Akerblom tuvo la mala suerte de equivocarse de dirección en la carretera y fue eliminada. Ya es imposible que la conspiración internacional de un grupo de la extrema derecha de Sudáfrica no se mezcle con la curiosidad y suspicacia de Wallander que huye de tener que verselas con asesinos sin escrúpulos y sin respeto por la vida, como Konovalenko, Jan Kleyn y sus socios, o el sustituo de Mabasha, Sikosi Tsiki.
Estamos frente a una larga sucesión de acontecimientos, entre ellos mucha acción y el cambio de paisaje para el lector, que alternará capítulos de la primaveral Suecia a los terracotas y verdes sudafrícanos. De la polícia de Ytad o Estocolmo a la Interpol y el fiscal especial Georg Scheepers en Ciudad del Cabo. Con la lengua fuera nos tiene Mankell, con miedo nos mantine alerta ante esa leona blanca, esa Sudáfrica bella y fuerte, imprevisible en sus movimientos dando la sensación de peligro inminente, convertido en violencia incontrolada en cualquier momento, una caracteristica de la vida diaria del país. “Ese depredador que llevaban en su interior. Los negros con su impaciencia ante la morosidad de los cambios. Los blancos con su miedo a perder sus privilegios, su miedo al futuro”.
Pero Mankell no se limita a una investigación policíal, tambíen introduce cierto lirismo a través de la espiritualidad africana, “Los espíritus son parte de la familia –explicó Mabasha-. Son nuestros antepasados, que velan por nosotros. Viven como miembros invisibles de la familia…A los espíritus no les gusta que los expulsen de una tierra que les ha pertenecido durante siglos” y los estados de ánimo de sus personajes. La transición, no sin la impresión de estar encendiendo un barril de polvora, por la que el presidente De Klerk fue eliminando el Apartheid y dejando el camino libre al heróe luchador, la figura legendaria de Nelson Mandela. “Sin embargo, esto le hizo reflexionar también sobre el grado de dificultad de la tarea que el presidente De Klerk y Nelson Mandela se habían impuesto a sí mismos, pues no era ésta otra que la de crear un sentimiento de comunidad entre personas que se tenían por traidores los unos a los otros”.
La tercera y larga aventura de Wallander le deja exhausto y en un estado depresivo. La relación con su hija y con su padre ha mejorado, también debido a que éste contrae matrimonio y está de mejor humor. Hay alusiones, en algunos momentos de la investigación, a sus anteriores aventuras, ya sea por las cartas o llamadas intempestivas a Baiba Liepa, Los perros de Riga, ya porque el lugar donde fue hallada Louise Aklerblom está en la misma zona donde una pareja de agricultores ya ancianos fueron hallados muertos en Asesinos sin rostro, o bien por el recuerdo de su colega Rydberg, muerto de cáncer, y siempre añorando a los ladrones y estafadores de toda la vida, incapaz de asimilar la violencia irracional de los nuevos tiempos.
Blanca Vázquez
Tomado: LaRepúblicaCultural.es
Aquí, en esta casa cultural, estamos ya en la primera L de Wallander. Me explico, he pasado el mes más augusto, como lo llama mi compañero Julio, en compañía de un sueco bebedor compulsivo de café, tendente a la depresión, y con unas relaciones familiares -padre e hija-, que siempre penden de un hilo. Kurt Wallander me ha llevado a África este verano, ya que mis compañeros me han atado a la esquina del videoclub. La leona blanca, (1993), es la tercera novela de la serie Wallander (marcada con la L en el lomo) del comprometido escritor y dramaturgo Henning Mankell, de quien ya hemos tratado aquí anteriores novelas suyas, Asesinos sin rostro y Los perros de Riga.
Como dice la contraportada, ésta es una de las novelas más comprometidas (y más larga, 648 páginas) de Mankell, con la que denuncia la Sudáfrica del Apartheid y celebra las primeras reformas del entonces presidente, Frederick De Klerk, además de mantenernos en suspenso con la suerte de un esperanzador Nelson Mandela. Sí, Henning Mankell introduce la historia contemporánea en la ficción, en su ficción.
Para empezar a ponerse en situación, el autor sueco comienza con un prólogo situado en la Sudáfrica de 1918, historia de como se formó la asociación secreta denominada la Hermandad, con la que defender a los bóers, salvaguardar sus derechos sobre un pueblo en el que gobernarían con poder absoluto. Esta entrada ya pone al lector sobreaviso, aunque luego pase directamente al habitual entorno del inspector Wallader y a la investigación de la desaparición de una mujer, agente inmobiliaria, cuyo cadaver aparece unos días más tarde con un disparo a bocajarro en una casa deshabitada. Madre y esposa devota, la muerte de Louise Akerblom conmocionará a su comunidad religiosa, así como al inspector y sus compañeros, que no consiguen encontrar pistas que les saque de su confusión, y les indique por donde empezar, hasta que la explosión repentina de la casa deja como pruebas el dedo de un hombre negro, y un aparato de radio de fabricación rusa. “Tengo miedo. Como si el dedo negro me estuviese señalando a mí. Creo que no reúno los requisitos necesarios para comprender el alcance de este asunto”.
De ahí, la subjetividad de la novela pasa al otro lado, la del criminal. Anatoli Konovalenko, ex agente de la KGB, es un asesino a sueldo (de una organización sudafricana de bóers cuyo jefe es Jan Kleyn) que prepara, en Suecia, a otro asesino, un sudafricano negro llamado Victor Mabasha. La misión de éste último consiste en matar a un importante personaje de la política sudraficana, Nelson Mandela. Todo parece desarrollarse según sus planes, hasta que Louise Akerblom tuvo la mala suerte de equivocarse de dirección en la carretera y fue eliminada. Ya es imposible que la conspiración internacional de un grupo de la extrema derecha de Sudáfrica no se mezcle con la curiosidad y suspicacia de Wallander que huye de tener que verselas con asesinos sin escrúpulos y sin respeto por la vida, como Konovalenko, Jan Kleyn y sus socios, o el sustituo de Mabasha, Sikosi Tsiki.
Estamos frente a una larga sucesión de acontecimientos, entre ellos mucha acción y el cambio de paisaje para el lector, que alternará capítulos de la primaveral Suecia a los terracotas y verdes sudafrícanos. De la polícia de Ytad o Estocolmo a la Interpol y el fiscal especial Georg Scheepers en Ciudad del Cabo. Con la lengua fuera nos tiene Mankell, con miedo nos mantine alerta ante esa leona blanca, esa Sudáfrica bella y fuerte, imprevisible en sus movimientos dando la sensación de peligro inminente, convertido en violencia incontrolada en cualquier momento, una caracteristica de la vida diaria del país. “Ese depredador que llevaban en su interior. Los negros con su impaciencia ante la morosidad de los cambios. Los blancos con su miedo a perder sus privilegios, su miedo al futuro”.
Pero Mankell no se limita a una investigación policíal, tambíen introduce cierto lirismo a través de la espiritualidad africana, “Los espíritus son parte de la familia –explicó Mabasha-. Son nuestros antepasados, que velan por nosotros. Viven como miembros invisibles de la familia…A los espíritus no les gusta que los expulsen de una tierra que les ha pertenecido durante siglos” y los estados de ánimo de sus personajes. La transición, no sin la impresión de estar encendiendo un barril de polvora, por la que el presidente De Klerk fue eliminando el Apartheid y dejando el camino libre al heróe luchador, la figura legendaria de Nelson Mandela. “Sin embargo, esto le hizo reflexionar también sobre el grado de dificultad de la tarea que el presidente De Klerk y Nelson Mandela se habían impuesto a sí mismos, pues no era ésta otra que la de crear un sentimiento de comunidad entre personas que se tenían por traidores los unos a los otros”.
La tercera y larga aventura de Wallander le deja exhausto y en un estado depresivo. La relación con su hija y con su padre ha mejorado, también debido a que éste contrae matrimonio y está de mejor humor. Hay alusiones, en algunos momentos de la investigación, a sus anteriores aventuras, ya sea por las cartas o llamadas intempestivas a Baiba Liepa, Los perros de Riga, ya porque el lugar donde fue hallada Louise Aklerblom está en la misma zona donde una pareja de agricultores ya ancianos fueron hallados muertos en Asesinos sin rostro, o bien por el recuerdo de su colega Rydberg, muerto de cáncer, y siempre añorando a los ladrones y estafadores de toda la vida, incapaz de asimilar la violencia irracional de los nuevos tiempos.
Blanca Vázquez
Tomado: LaRepúblicaCultural.es
18 ago 2010
Wikileaks: Se investigará
Ante la difusión de vídeos y documentos que muestran los asesinatos de civiles a manos de las tropas estadounidenses en Afganistán, el Pentágono ha anunciado que lo investigará. Que investigará al soldado o soldados que han filtrado la información al portal Wikileaks que es quien lo distribuyo a los medios (El País, 20-7-2010). La noticia termina afirmando que “el Pentágono quiere esta vez corregir el problema y, de paso, acabar con Wikileaks y con sus potenciales informantes”. De hecho ya está previsto un juicio militar contra el militar que filtró a este portal el vídeo del ataque de un helicóptero en Iraq en 2007 en el que murieron varios civiles inocentes, incluidos dos periodistas de la agencia Reuters. Obsérvese que para el Pentágono y el diario el problema no son los muertos civiles, sino la filtración, y con lo que quieren acabar no es con los crímenes sino con Wikileaks y con los soldados que cuenten la verdad.
Resulta impresionante observar el silencio de la prensa ante la gravedad de las amenazas contra quienes permiten que se conozca la verdad de lo que sucede en Afganistán. Es difícil establecer quien es más miserable, si el gobierno que a quien investiga es a los que cuentan la realidad o los medios que no ponen ninguna objeción a este ataque contra el derecho de la opinión pública a conocer la verdad de esa guerra.
Pascual Serrano-Correo del Orinoco
Tomado: Rebelión
17 ago 2010
Fallece Lolita Lebrón a los 89 años de edad
Foto: indymediapr.org
Lideró el grupo de cuatro nacionalistas puertorriqueños que en 1954 atacó el Congreso en Washington
El pasado primero de agosto falleció en San Juan, a los ochenta y nueve años de edad, la líder nacionalista Dolores “Lolita” Lebrón Sotomayor. Al día siguiente, fue sepultada en el Cementerio Santa María Magdalena De Pazzis, en el Viejo San Juan, dónde yacen, entre otros, los restos mortales de don Pedro Albizu Campos y el poeta español Pedro Salinas. Previamente, se celebró una misa en la Catedral de San Juan presidida por el arzobispo, monseñor Roberto González Nieves.
Lolita era natural del municipio de Lares, localizado en la Cordillera Central de la Isla; dedicó su vida a la lucha por la liberación nacional de Puerto Rico. Desde muy joven queda conmovida al conocer el caso, en 1932, del doctor Cornelius Rhoads, quien inyectó células cancerosas a puertorriqueños y expresó, en una carta, su interés de exterminar al pueblo puertorriqueño por ser, racialmente, “inferior”. También, en 1937 le conmociona la “Masacre de Ponce”, ocurrida el domingo de ramos, veintiuno de marzo. Tras una manifestación pacífica del Partido Nacionalista, diecisiete personas, incluyendo una menor de doce años de edad, son asesinadas en el municipio de Ponce por la Policía Insular de la época, cuerpo que recibió la baja de dos de sus oficiales; los heridos de la masacre se calculan en unos doscientos.
En 1941, se ve forzada a mudarse a la ciudad estadounidense de Nueva York en busca de una mejor calidad de vida. Cinco años después, en 1946, ingresa al Partido Nacionalista, capítulo de Nueva York. En 1952 lidera una protesta frente a las Naciones Unidas denunciando la reciente creación del Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico; es arrestada y encarcelada, por un breve período de tiempo, junto a otros nacionalistas de la ciudad neoyorquina.
El primero de marzo de 1954, Lolita Lebrón lidera la acción armada de un grupo de cuatro nacionalistas que atacaron el Congreso federal en la capital estadounidense. El propósito de la acción no era matar a nadie, sino denunciar la farsa del entramado colonial del ELA. Los otros tres integrantes del grupo eran: Rafael Cancel Miranda, Andrés Figueroa Cordero e Irving Flores Rodríguez. En la actualidad, el único sobreviviente de aquella gesta es Cancel Miranda, quien recientemente ha celebrado su cumpleaños número ochenta.
Aquella tarde de invierno, los cuatro suben al Ladies’ Gallery de la Cámara de Representantes federal y tras escucharse un “¡Viva Puerto Rico Libre!” y ser desplegada una bandera puertorriqueña, comienzan los disparos. Lolita inicia el tiroteo, disparando hacia el techo. Como consecuencia de los disparos, ninguna persona muere; cinco legisladores resultaron heridos. Los cuatro son arrestados junto a la bandera como “prueba incriminatoria” y la noticia comienza a difundirse por todo Estados Unidos como un atentado terrorista con el siguiente titular: “Terrorists attack us congress” (Terroristas atacan el congreso estadounidense). Tras ser arrestada, la joven nacionalista exclama a las autoridades: “I did not come to kill anyone, I came to die for Puerto Rico!” (¡No vine a matar a nadie, vine a morir por Puerto Rico!)
Ese mismo día, cientos de nacionalistas y otros “insurrectos” son arrestados de manera “preventiva” tanto en Puerto Rico como en las ciudades estadounidenses de, y entre otras, Nueva York, Chicago y Washington, DC. En la capital puertorriqueña, por ejemplo, arrestan y encarcelan, junto a otros nacionalistas, a don Pedro Albizu Campos.
El ocho de julio de 1954 concluye, en el Tribunal Federal del Distrito de Washington, el primero de los dos juicios que hubo contra los cuatro militantes. El juez Alexander Holtzoff sentencia a Lolita Lebrón a una pena máxima de cincuenta y siete años. El mismo día de su sentencia, ya en su celda, una guardia le tira un periódico para que lo lea. Al recogerlo del suelo, se encuentra la noticia de que su hijo Félix, de doce años de edad, ha fallecido ahogado, supuestamente, en un río de Puerto Rico. En 1955 se celebra, en la ciudad de Nueva York, el segundo juicio contra los cuatro del Congreso y otros nueve nacionalistas sospechosos de haber violado la “Ley Smith”.
En 1959, en Puerto Rico se funda el Movimiento Pro-Independencia (MPI). Juan Mari Brás, uno de sus máximos dirigentes, establece la política de no olvidar los nombres de los nacionalistas bajo rejas federales y luchar por su excarcelación. Finalmente, en 1974 se funda el Comité para la Excarcelación de los Presos Nacionalistas, presidido por Nelson Canals. El endoso a la campaña por la excarcelación cada vez va obteniendo más apoyo.
El primero de marzo de 1977, en el XXIII aniversario del ataque al Congreso federal, Lolita Lebrón recibe la noticia del fallecimiento en Puerto Rico de su hija Gladys. Bajo fuertes medidas de seguridad, llega a Puerto Rico para presenciar los actos fúnebres. Miles de compatriotas concurren al funeral clamando por su puesta en libertad. Durante el sepelio de su hija, Lolita manifiesta que “no hay victoria sin dolor”.
En 1978, Andrés Figueroa Cordero es puesto en libertad por razones humanitarias debido a su estado avanzado de enfermedad. Para aquel entonces, Lolita Lebrón se ha convertido en la prisionera política más “longeva” en todo el hemisferio del continente americano. En septiembre de 1979, y después de más de veinticinco años tras las rejas, el entonces presidente estadounidense James “Jimmy” Carter les otorga a Lolita, Rafael Cancel Miranda e Irving Flores Rodríguez la liberación sin condiciones. A su llegada a Puerto Rico, son recibidos por miles de compatriotas rindiéndoles honras de héroes nacionales. Lares, el municipio que viera nacer a Lebrón Sotomayor en 1920, recibe a sus héroes y heroína en una de las mayores manifestaciones públicas recordadas.
Desde entonces, los excarcelados continuaron envueltos en el movimiento por la lucha de liberación nacional de Puerto Rico. Irving Flores Rodríguez falleció en 1994. Lolita Lebrón vuelve a pisar una cárcel en el año 2001, después de recibir una sentencia de sesenta días por actos de desobediencia civil contra la Marina de guerra estadounidense, en la isla municipio de Vieques. En los últimos años, Lebrón abogó por que la lucha independentista se condujera por métodos no violentos, como por ejemplo, y entre otros, la desobediencia civil.
Borja Jiménez / Zenaida Vázquez (San Juan, Puerto Rico)
Tomado: LaRepúblicaCultural.es
Lideró el grupo de cuatro nacionalistas puertorriqueños que en 1954 atacó el Congreso en Washington
El pasado primero de agosto falleció en San Juan, a los ochenta y nueve años de edad, la líder nacionalista Dolores “Lolita” Lebrón Sotomayor. Al día siguiente, fue sepultada en el Cementerio Santa María Magdalena De Pazzis, en el Viejo San Juan, dónde yacen, entre otros, los restos mortales de don Pedro Albizu Campos y el poeta español Pedro Salinas. Previamente, se celebró una misa en la Catedral de San Juan presidida por el arzobispo, monseñor Roberto González Nieves.
Lolita era natural del municipio de Lares, localizado en la Cordillera Central de la Isla; dedicó su vida a la lucha por la liberación nacional de Puerto Rico. Desde muy joven queda conmovida al conocer el caso, en 1932, del doctor Cornelius Rhoads, quien inyectó células cancerosas a puertorriqueños y expresó, en una carta, su interés de exterminar al pueblo puertorriqueño por ser, racialmente, “inferior”. También, en 1937 le conmociona la “Masacre de Ponce”, ocurrida el domingo de ramos, veintiuno de marzo. Tras una manifestación pacífica del Partido Nacionalista, diecisiete personas, incluyendo una menor de doce años de edad, son asesinadas en el municipio de Ponce por la Policía Insular de la época, cuerpo que recibió la baja de dos de sus oficiales; los heridos de la masacre se calculan en unos doscientos.
En 1941, se ve forzada a mudarse a la ciudad estadounidense de Nueva York en busca de una mejor calidad de vida. Cinco años después, en 1946, ingresa al Partido Nacionalista, capítulo de Nueva York. En 1952 lidera una protesta frente a las Naciones Unidas denunciando la reciente creación del Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico; es arrestada y encarcelada, por un breve período de tiempo, junto a otros nacionalistas de la ciudad neoyorquina.
El primero de marzo de 1954, Lolita Lebrón lidera la acción armada de un grupo de cuatro nacionalistas que atacaron el Congreso federal en la capital estadounidense. El propósito de la acción no era matar a nadie, sino denunciar la farsa del entramado colonial del ELA. Los otros tres integrantes del grupo eran: Rafael Cancel Miranda, Andrés Figueroa Cordero e Irving Flores Rodríguez. En la actualidad, el único sobreviviente de aquella gesta es Cancel Miranda, quien recientemente ha celebrado su cumpleaños número ochenta.
Aquella tarde de invierno, los cuatro suben al Ladies’ Gallery de la Cámara de Representantes federal y tras escucharse un “¡Viva Puerto Rico Libre!” y ser desplegada una bandera puertorriqueña, comienzan los disparos. Lolita inicia el tiroteo, disparando hacia el techo. Como consecuencia de los disparos, ninguna persona muere; cinco legisladores resultaron heridos. Los cuatro son arrestados junto a la bandera como “prueba incriminatoria” y la noticia comienza a difundirse por todo Estados Unidos como un atentado terrorista con el siguiente titular: “Terrorists attack us congress” (Terroristas atacan el congreso estadounidense). Tras ser arrestada, la joven nacionalista exclama a las autoridades: “I did not come to kill anyone, I came to die for Puerto Rico!” (¡No vine a matar a nadie, vine a morir por Puerto Rico!)
Ese mismo día, cientos de nacionalistas y otros “insurrectos” son arrestados de manera “preventiva” tanto en Puerto Rico como en las ciudades estadounidenses de, y entre otras, Nueva York, Chicago y Washington, DC. En la capital puertorriqueña, por ejemplo, arrestan y encarcelan, junto a otros nacionalistas, a don Pedro Albizu Campos.
El ocho de julio de 1954 concluye, en el Tribunal Federal del Distrito de Washington, el primero de los dos juicios que hubo contra los cuatro militantes. El juez Alexander Holtzoff sentencia a Lolita Lebrón a una pena máxima de cincuenta y siete años. El mismo día de su sentencia, ya en su celda, una guardia le tira un periódico para que lo lea. Al recogerlo del suelo, se encuentra la noticia de que su hijo Félix, de doce años de edad, ha fallecido ahogado, supuestamente, en un río de Puerto Rico. En 1955 se celebra, en la ciudad de Nueva York, el segundo juicio contra los cuatro del Congreso y otros nueve nacionalistas sospechosos de haber violado la “Ley Smith”.
En 1959, en Puerto Rico se funda el Movimiento Pro-Independencia (MPI). Juan Mari Brás, uno de sus máximos dirigentes, establece la política de no olvidar los nombres de los nacionalistas bajo rejas federales y luchar por su excarcelación. Finalmente, en 1974 se funda el Comité para la Excarcelación de los Presos Nacionalistas, presidido por Nelson Canals. El endoso a la campaña por la excarcelación cada vez va obteniendo más apoyo.
El primero de marzo de 1977, en el XXIII aniversario del ataque al Congreso federal, Lolita Lebrón recibe la noticia del fallecimiento en Puerto Rico de su hija Gladys. Bajo fuertes medidas de seguridad, llega a Puerto Rico para presenciar los actos fúnebres. Miles de compatriotas concurren al funeral clamando por su puesta en libertad. Durante el sepelio de su hija, Lolita manifiesta que “no hay victoria sin dolor”.
En 1978, Andrés Figueroa Cordero es puesto en libertad por razones humanitarias debido a su estado avanzado de enfermedad. Para aquel entonces, Lolita Lebrón se ha convertido en la prisionera política más “longeva” en todo el hemisferio del continente americano. En septiembre de 1979, y después de más de veinticinco años tras las rejas, el entonces presidente estadounidense James “Jimmy” Carter les otorga a Lolita, Rafael Cancel Miranda e Irving Flores Rodríguez la liberación sin condiciones. A su llegada a Puerto Rico, son recibidos por miles de compatriotas rindiéndoles honras de héroes nacionales. Lares, el municipio que viera nacer a Lebrón Sotomayor en 1920, recibe a sus héroes y heroína en una de las mayores manifestaciones públicas recordadas.
Desde entonces, los excarcelados continuaron envueltos en el movimiento por la lucha de liberación nacional de Puerto Rico. Irving Flores Rodríguez falleció en 1994. Lolita Lebrón vuelve a pisar una cárcel en el año 2001, después de recibir una sentencia de sesenta días por actos de desobediencia civil contra la Marina de guerra estadounidense, en la isla municipio de Vieques. En los últimos años, Lebrón abogó por que la lucha independentista se condujera por métodos no violentos, como por ejemplo, y entre otros, la desobediencia civil.
Borja Jiménez / Zenaida Vázquez (San Juan, Puerto Rico)
Tomado: LaRepúblicaCultural.es
13 ago 2010
Al partido, estudios
Adelantos de trabajos académicos sobre la historia del PCU.
La “asimetría” entre la bibliografía dedicada a los tupamaros y a otros grupos de la izquierda estaría a punto de enmendarse, al menos en lo que respecta al Partido Comunista del Uruguay (PCU). Y aunque en los últimos meses han aparecido algunos trabajos que abordan el tema de manera testimonial -enfoque mayoritario en los libros sobre el MLN-, ahora parece configurarse un predomionio de la mirada académica en torno a la historia del PCU. Avances de algunos de estos emprendimientos fueron presentandos el lunes en la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar), en el marco del III Congreso Uruguayo de Ciencias Políticas, en el que también hubo un debate sobre el libro Aquellos comunistas, de Marisa Silva Schultze, y una mesa de discusión de tesis de maestría sobre el PCU. Algunos ya hablan de los “estudios comunistas” como un nuevo campo de la investigación universitaria.
“Democracia y revolución en las distintas etapas de la trayectoria del PCU”: tal era el título de una de las 42 mesas que conformaron el grueso de las actividades convocadas por el congreso durante los dos primeros días de la semana. Moderada por Jorge Lanzaro, la mesa padeció la ausencia del investigador uruguayo (radicado en Tel Aviv) Gerardo Leibner, que este año publicaría en Trilce un libro sobre la historia política y social de los comunistas uruguayos entre 1941 y 1973.
La presentación de Jaime Yaffé, “Violencia y continentalidad en la visión comunista de la revolución uruguaya”, es parte de un trabajo más extenso sobre la evolución de las ideas de los socialistas y comunistas locales en torno a la democracia desde el fin de la dictadura de Terra al comienzo del régimen cívico-militar.
En lo que respecta al PCU, Yaffé analiza el tema en tres aspectos. Por un lado, en el carácter revolucionario de la estrategia comunista. Aquí, el investigador se distancia de los enfoques que, partiendo de las versiones de grupos más radicales, ubican al PCU dentro de la “izquierda no revolucionaria”, electoralista o reformista. Yaffé solicita retomar la perspectiva con la que el partido se veía a sí mismo en la época, esto es, enfocado hacia una revolución.
Otro aspecto de su análisis cruza las variables geopolíticas. En 1962, Rodney Arismendi plantea en Problemas de una revolución continental la discusión sobre si la revolución latinoamericana es una sola o si se trataría de varias revoluciones nacionales con puntos de contacto. Al tiempo que habla de revolución continental, Arismendi plantea una defensa firme de la independencia de cada partido comunista de acuerdo a las características de su sistema. La contradicción se resolvería con el concepto de “unidad y diversidad de la revolución latinoamericana” y el equilibro con que se manejaron ambos términos de la ecuación condicionaría la inscripción en cada sistema democrático.
El tercer factor de análisis sería el abordaje de la violencia. Yaffé parafraseó a Adam Przeworski (autor de Paper Stones: a history of electoral socialism) para recordar que vivir en democracia es la capacidad de resolver los problemas de manera pacífica y mencionó la ambivalencia del PCU en el debate sobre la vía armada al socialismo, que Uruguay habría internalizado desde la emergencia pública del MLN. Convivirían un desarrollo teórico que postula el entramado de Uruguay en la realidad latinoamericana, en la que tarde o temprano habría que combatir el freno imperialista, y la idea de que Uruguay y Chile eran los países donde más lejos se podía avanzar por la vía pacífica. Arismendi pide estar preparados para, “rápida y eficazmente”, pasar de una forma de lucha a la otra, despejando toda duda sobre el posible uso de armas, pero al mismo tiempo despliega una crítica al uso de las armas y fustiga la crítica irresponsable de la democracia representativa.
Así, en la lógica del pensamiento del PCU conviven la apuesta a las armas, dado que la democracia sería un camino que no llevaría al final del recorrido, y la apuesta a prácticas democráticas, como el trabajo parlamentario y la negociación con los adversarios.
El muro y después
La presentación de Adolfo Garcé, “El referente externo en el ‘régimen de certezas’ de los comunistas uruguayos”, es igualmente parte de un trabajo colectivo más amplio que tiene como objetivo de fondo analizar la evolución del PCU durante los 80 y 90 y que inscribió dentro de la línea de estudio sobre la adaptación partidaria (de la que forma su libro Donde hubo fuego: el proceso de adaptación del MLN-T a la legalidad y a la competencia electoral 1985-2004).
Garcé dijo que su estudio discutirá algunos lugares comunes, como la creencia popular de que las directivas del PCU provenían directamente del PC soviético (algo que demuestran las divergencias entre los distintos partidos comunistas de la región), y mencionó la caída del muro de Berlín y la disolución del PCUS como hitos en el proceso de cambio del PCU durante los 90.
Sixties y UJC
También Vania Markarian presentó elementos parciales de un trabajo general más ambicioso. En su caso, el tema de estudio son las relaciones entre la izquierda, la juventud y la contracultura de los años 60, en tanto que en el congreso presentó “Algunas ideas en torno a la participación de los jóvenes comunistas uruguayos en el movimiento estudiantil de 1968”. Markarian recordó que en los 60 el PCU era el mayor grupo de izquierda, tanto electoralmente como en volumen de militancia, pero que también se diferenció de otros grupos de la izquierda por su actitud más abierta ante los fenómenos de cultura de masas y cultura juvenil. La investigadora se pregunta hasta qué punto el movimiento estudiantil del 68 y sus prácticas violentas -que a nivel internacional suscitó discusiones sobre el agente revolucionario- dieron carnadura en el PCU a replanteos sobre las vías a la revolución, buscando palpar el impacto de las prácticas políticas en las actitudes de las dirigencias. Aquí entran en juego la relación del PCU con los grupos que le disputan su poder de convencimiento sobre el estudiantado y la concepción teórica del papel de los estudiantes en el proceso revolucionario.
En la visión de Markarian, 1968 sería -junto a 1959 o 1964, años de la revolución cubana y el golpe de Estado en Brasil- uno de los puntos de quiebre en la historia del PCU. En ese período el partido habría actuado como contenedor de grupos más radicales, mediante un discurso que enfatizaba la no confrontación. Sin embargo, los tres mártires estudiantiles del 68 son afiliados al PCU. Reportes de Arismendi compilados por el Departamento de Estado de Estados Unidos revelan que para el secretario del PCU se había “enviado jóvenes a las barricadas” con reparos, para “demostrar a los estudiantes que los comunistas no se achican frenta a la pelea”, con el alto costo de tres muertes y varios heridos. En esta lógica de disputa interna se puede analizar también la creación de un aparato armado y el apoyo a la misión boliviana del Che como formas de obtener peso relativo en la izquierda.
Para Markarian, el proceso de radicalización de los jóvenes en 1968 habría sido espontáneo y funciona para explicar la radicalización de toda la izquierda, no sólo de sus grupos más extremos. La historiadora volvió a recordar a los mártires del 68 y llamó la atención sobre el hecho de que sólo Líber Arce era un afiliado de larga data a la UJC; Hugo de los Santos y Susana Pintos, muertos en setiembre, se incorporaron a la organización luego de la muerte de Arce, ocurrida en agosto. Para la investigadora, esto indica que la UJC también se había vuelto un medio para canalizar el descontento radical. De manera paralela, el PCU y la UJC habrían sido permeados por la “mística heroica”, opuesta a la “militancia cotidiana” (conceptos empleados por Marisa Silva Schultze) y en la cultura juvenil -revistas, letras de rock, consignas de espectáculos de danza- es posible ver más claramente los puntos de sutura entre ambos tipos de concepción de la lucha.
Los años clandestinos
Álvaro Rico adelantó, con “Principales problemas y desafíos en la reconstrucción de la historia del PCU bajo la dictadura (1973-1985)”, las líneas generales de un estudio multidisciplianario que culminará dentro de un año.
El estudio girará en torno a cinco ejes temáticos. El primero busca relevar la historia del PCU en los años previos a la dictadura para explicar qué tipo de partido era y entender así la clase de represión que se le infligió dados esos antecedentes. Entran en juego su estructura organizativa, el universo de sus afiliados, su inscripción en la legalidad y la elaboración de teorías políticas propias. El investigador brindó algunos avances sobre los análisis de la labor parlamentaria del PCU, que evidencian la conciliación del internacionalismo con la práctica legal y reformista dentro del sistema de partidos. También algunos datos sobre la composición social del PC: tenía 30.000 afiliados, y, estando el análisis completado en una tercera parte, indica que 70% eran hombres, que la franja etaria entre 20 y 39 concentraba a 42% de ellos, que 81% se afilió en la década del 60 y 40% de éstos lo hizo entre 1968 y 1969; 78% residía en Montevideo, principalmente en barrios populares y periféricos.
El segundo eje será el tipo de represión anticomunista ejercida por el régimen. Como dato, Rico mencionó que la operación “limpieza” del PCU se planificó en setiembre de 1973, dos meses antes de su ilegalización. Los datos obtenidos a partir de documentación estatal permiten reconstruir información perdida junto a los archivos partidarios. Los números de las detenciones y cierres de locales son evidencia de una presencia territorial extendida; asimismo, la dificultad de su eliminación por parte de la dictadura se explica por la existencia de entramados sociales fuertes que permitieron reconstruir vínculos sociales y personales. El PCU demostró una capacidad regenerativa importante, dada la continuidad de sus sucesivas direcciones partidarias. Sus bajas oficiales indican 23 despariciones y 35 asesinatos políticos (31 de ellos dentro de prisiones). A diferencia de lo ocurrido con otros grupos de la izquierda, como el PVP, los GAU y el MLN, que fueron reprimidos en la región, la atención de la dictadura sobre el PCU se concentró en el interior del país y tuvo continuidad hasta 1983 (cuando se realizó la última gran redada contra la UJC).
El tercer eje de la investigación dirigida por Rico tendrá como centro la clandestinidad. Habrá un enfoque descriptivo sobre la organización de los cuadros, sobre la relación entre el PCU y la UJC, sobre el funcionamiento cotidiano de la clandestinidad y sobre los vínculos del partido con las organizaciones sociales, con el Frente Amplio y con otros partidos. Asimismo, se realizará una elaboración teórica sobre el concepto de clandestinidad política.
La organización en el exilio será el cuarto eje de la investigación, abarcando los mecanismos de dirección, comunicaciones, viajes y la implantación del partido en el interior del país. El quinto eje serán las elaboraciones teóricas producidas en dictadura, en comparación con las que la precedieron y la sucedieron.
José Gabriel Lagos
Tomado:La diaria.Com
La “asimetría” entre la bibliografía dedicada a los tupamaros y a otros grupos de la izquierda estaría a punto de enmendarse, al menos en lo que respecta al Partido Comunista del Uruguay (PCU). Y aunque en los últimos meses han aparecido algunos trabajos que abordan el tema de manera testimonial -enfoque mayoritario en los libros sobre el MLN-, ahora parece configurarse un predomionio de la mirada académica en torno a la historia del PCU. Avances de algunos de estos emprendimientos fueron presentandos el lunes en la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar), en el marco del III Congreso Uruguayo de Ciencias Políticas, en el que también hubo un debate sobre el libro Aquellos comunistas, de Marisa Silva Schultze, y una mesa de discusión de tesis de maestría sobre el PCU. Algunos ya hablan de los “estudios comunistas” como un nuevo campo de la investigación universitaria.
“Democracia y revolución en las distintas etapas de la trayectoria del PCU”: tal era el título de una de las 42 mesas que conformaron el grueso de las actividades convocadas por el congreso durante los dos primeros días de la semana. Moderada por Jorge Lanzaro, la mesa padeció la ausencia del investigador uruguayo (radicado en Tel Aviv) Gerardo Leibner, que este año publicaría en Trilce un libro sobre la historia política y social de los comunistas uruguayos entre 1941 y 1973.
La presentación de Jaime Yaffé, “Violencia y continentalidad en la visión comunista de la revolución uruguaya”, es parte de un trabajo más extenso sobre la evolución de las ideas de los socialistas y comunistas locales en torno a la democracia desde el fin de la dictadura de Terra al comienzo del régimen cívico-militar.
En lo que respecta al PCU, Yaffé analiza el tema en tres aspectos. Por un lado, en el carácter revolucionario de la estrategia comunista. Aquí, el investigador se distancia de los enfoques que, partiendo de las versiones de grupos más radicales, ubican al PCU dentro de la “izquierda no revolucionaria”, electoralista o reformista. Yaffé solicita retomar la perspectiva con la que el partido se veía a sí mismo en la época, esto es, enfocado hacia una revolución.
Otro aspecto de su análisis cruza las variables geopolíticas. En 1962, Rodney Arismendi plantea en Problemas de una revolución continental la discusión sobre si la revolución latinoamericana es una sola o si se trataría de varias revoluciones nacionales con puntos de contacto. Al tiempo que habla de revolución continental, Arismendi plantea una defensa firme de la independencia de cada partido comunista de acuerdo a las características de su sistema. La contradicción se resolvería con el concepto de “unidad y diversidad de la revolución latinoamericana” y el equilibro con que se manejaron ambos términos de la ecuación condicionaría la inscripción en cada sistema democrático.
El tercer factor de análisis sería el abordaje de la violencia. Yaffé parafraseó a Adam Przeworski (autor de Paper Stones: a history of electoral socialism) para recordar que vivir en democracia es la capacidad de resolver los problemas de manera pacífica y mencionó la ambivalencia del PCU en el debate sobre la vía armada al socialismo, que Uruguay habría internalizado desde la emergencia pública del MLN. Convivirían un desarrollo teórico que postula el entramado de Uruguay en la realidad latinoamericana, en la que tarde o temprano habría que combatir el freno imperialista, y la idea de que Uruguay y Chile eran los países donde más lejos se podía avanzar por la vía pacífica. Arismendi pide estar preparados para, “rápida y eficazmente”, pasar de una forma de lucha a la otra, despejando toda duda sobre el posible uso de armas, pero al mismo tiempo despliega una crítica al uso de las armas y fustiga la crítica irresponsable de la democracia representativa.
Así, en la lógica del pensamiento del PCU conviven la apuesta a las armas, dado que la democracia sería un camino que no llevaría al final del recorrido, y la apuesta a prácticas democráticas, como el trabajo parlamentario y la negociación con los adversarios.
El muro y después
La presentación de Adolfo Garcé, “El referente externo en el ‘régimen de certezas’ de los comunistas uruguayos”, es igualmente parte de un trabajo colectivo más amplio que tiene como objetivo de fondo analizar la evolución del PCU durante los 80 y 90 y que inscribió dentro de la línea de estudio sobre la adaptación partidaria (de la que forma su libro Donde hubo fuego: el proceso de adaptación del MLN-T a la legalidad y a la competencia electoral 1985-2004).
Garcé dijo que su estudio discutirá algunos lugares comunes, como la creencia popular de que las directivas del PCU provenían directamente del PC soviético (algo que demuestran las divergencias entre los distintos partidos comunistas de la región), y mencionó la caída del muro de Berlín y la disolución del PCUS como hitos en el proceso de cambio del PCU durante los 90.
Sixties y UJC
También Vania Markarian presentó elementos parciales de un trabajo general más ambicioso. En su caso, el tema de estudio son las relaciones entre la izquierda, la juventud y la contracultura de los años 60, en tanto que en el congreso presentó “Algunas ideas en torno a la participación de los jóvenes comunistas uruguayos en el movimiento estudiantil de 1968”. Markarian recordó que en los 60 el PCU era el mayor grupo de izquierda, tanto electoralmente como en volumen de militancia, pero que también se diferenció de otros grupos de la izquierda por su actitud más abierta ante los fenómenos de cultura de masas y cultura juvenil. La investigadora se pregunta hasta qué punto el movimiento estudiantil del 68 y sus prácticas violentas -que a nivel internacional suscitó discusiones sobre el agente revolucionario- dieron carnadura en el PCU a replanteos sobre las vías a la revolución, buscando palpar el impacto de las prácticas políticas en las actitudes de las dirigencias. Aquí entran en juego la relación del PCU con los grupos que le disputan su poder de convencimiento sobre el estudiantado y la concepción teórica del papel de los estudiantes en el proceso revolucionario.
En la visión de Markarian, 1968 sería -junto a 1959 o 1964, años de la revolución cubana y el golpe de Estado en Brasil- uno de los puntos de quiebre en la historia del PCU. En ese período el partido habría actuado como contenedor de grupos más radicales, mediante un discurso que enfatizaba la no confrontación. Sin embargo, los tres mártires estudiantiles del 68 son afiliados al PCU. Reportes de Arismendi compilados por el Departamento de Estado de Estados Unidos revelan que para el secretario del PCU se había “enviado jóvenes a las barricadas” con reparos, para “demostrar a los estudiantes que los comunistas no se achican frenta a la pelea”, con el alto costo de tres muertes y varios heridos. En esta lógica de disputa interna se puede analizar también la creación de un aparato armado y el apoyo a la misión boliviana del Che como formas de obtener peso relativo en la izquierda.
Para Markarian, el proceso de radicalización de los jóvenes en 1968 habría sido espontáneo y funciona para explicar la radicalización de toda la izquierda, no sólo de sus grupos más extremos. La historiadora volvió a recordar a los mártires del 68 y llamó la atención sobre el hecho de que sólo Líber Arce era un afiliado de larga data a la UJC; Hugo de los Santos y Susana Pintos, muertos en setiembre, se incorporaron a la organización luego de la muerte de Arce, ocurrida en agosto. Para la investigadora, esto indica que la UJC también se había vuelto un medio para canalizar el descontento radical. De manera paralela, el PCU y la UJC habrían sido permeados por la “mística heroica”, opuesta a la “militancia cotidiana” (conceptos empleados por Marisa Silva Schultze) y en la cultura juvenil -revistas, letras de rock, consignas de espectáculos de danza- es posible ver más claramente los puntos de sutura entre ambos tipos de concepción de la lucha.
Los años clandestinos
Álvaro Rico adelantó, con “Principales problemas y desafíos en la reconstrucción de la historia del PCU bajo la dictadura (1973-1985)”, las líneas generales de un estudio multidisciplianario que culminará dentro de un año.
El estudio girará en torno a cinco ejes temáticos. El primero busca relevar la historia del PCU en los años previos a la dictadura para explicar qué tipo de partido era y entender así la clase de represión que se le infligió dados esos antecedentes. Entran en juego su estructura organizativa, el universo de sus afiliados, su inscripción en la legalidad y la elaboración de teorías políticas propias. El investigador brindó algunos avances sobre los análisis de la labor parlamentaria del PCU, que evidencian la conciliación del internacionalismo con la práctica legal y reformista dentro del sistema de partidos. También algunos datos sobre la composición social del PC: tenía 30.000 afiliados, y, estando el análisis completado en una tercera parte, indica que 70% eran hombres, que la franja etaria entre 20 y 39 concentraba a 42% de ellos, que 81% se afilió en la década del 60 y 40% de éstos lo hizo entre 1968 y 1969; 78% residía en Montevideo, principalmente en barrios populares y periféricos.
El segundo eje será el tipo de represión anticomunista ejercida por el régimen. Como dato, Rico mencionó que la operación “limpieza” del PCU se planificó en setiembre de 1973, dos meses antes de su ilegalización. Los datos obtenidos a partir de documentación estatal permiten reconstruir información perdida junto a los archivos partidarios. Los números de las detenciones y cierres de locales son evidencia de una presencia territorial extendida; asimismo, la dificultad de su eliminación por parte de la dictadura se explica por la existencia de entramados sociales fuertes que permitieron reconstruir vínculos sociales y personales. El PCU demostró una capacidad regenerativa importante, dada la continuidad de sus sucesivas direcciones partidarias. Sus bajas oficiales indican 23 despariciones y 35 asesinatos políticos (31 de ellos dentro de prisiones). A diferencia de lo ocurrido con otros grupos de la izquierda, como el PVP, los GAU y el MLN, que fueron reprimidos en la región, la atención de la dictadura sobre el PCU se concentró en el interior del país y tuvo continuidad hasta 1983 (cuando se realizó la última gran redada contra la UJC).
El tercer eje de la investigación dirigida por Rico tendrá como centro la clandestinidad. Habrá un enfoque descriptivo sobre la organización de los cuadros, sobre la relación entre el PCU y la UJC, sobre el funcionamiento cotidiano de la clandestinidad y sobre los vínculos del partido con las organizaciones sociales, con el Frente Amplio y con otros partidos. Asimismo, se realizará una elaboración teórica sobre el concepto de clandestinidad política.
La organización en el exilio será el cuarto eje de la investigación, abarcando los mecanismos de dirección, comunicaciones, viajes y la implantación del partido en el interior del país. El quinto eje serán las elaboraciones teóricas producidas en dictadura, en comparación con las que la precedieron y la sucedieron.
José Gabriel Lagos
Tomado:La diaria.Com