Caricatura: Juan Kalvellido |
Meses atrás, el ministro japonés de Justicia, Minoru Yanagida, tuvo que dimitir como consecuencia del escándalo que provocaran unas declaraciones suyas en relación a “lo fácil” que era su trabajo. Y es que, había afirmado el ministro de Justicia, todo consistía en recordar dos frases: “no debo hacer comentarios en casos individuales” y “estoy actuando de forma apropiada de acuerdo a la ley y a las pruebas”.
Curiosamente, en el Estado español, los últimos tres ministros que se han ocupado de la Justicia se han manejado con una sola frase. Desde Fernando López Aguilar, aquel que cuando no construía nuevos cargos a los presos vascos que ya habían cumplido su condena para convertirla en perpetua, escribía prólogos para el cómic del Capitán Trueno; hasta Mariano Bermejo, el que entretenía sus tedios homologando títulos nobiliarios a los Grandes de España y duques de Mola y de Queipo de Llano, o se iba de cacería sin licencia en compañía de Garzón; pasando por el actual ministro y todos los tribunales y audiencias a su cargo, sólo disponen de una frase: “todo es ETA”.
Y lo que no es ETA es su entorno, y si no es el entorno es el umbral, y si aún no lo es lo será mañana porque, como quiera da igual y todo es ETA.
Y así será aunque para lograrlo tengan que manipular groseramente fotografías, como hiciera El Mundo en estos días, convirtiendo una pancarta en manos de la izquierda abertzale en la que se leía “INPOSAKETARIK EZ” (No a las imposiciones) en otra, que venía a ser la misma, pero en la que sólo aparecía “ETA”.
La necesitan tanto como el aire que infectan.
Koldo Campos Sagaseta
Tomado. Cronopiando.com
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