Tomado de Prensa Latina
28 feb 2009
Bagram, ¿el otro Guantánamo?
La Unión Europea (UE) exige hoy a Estados Unidos evitar la conversión de su base aérea de Bagram, en Afganistán, en un sustituto de la cárcel en la ilegal base estadounidense en la bahía cubana de Guantánamo.
Un documento confidencial de la UE, citado por medios de prensa locales, indica que los funcionarios comunitarios señalan a Washington el caso de la base de Bagram, donde unas 600 personas se encuentran recluidas, sin derecho a juicio y sin ser acusadas.
El presidente estadounidense, Barak Obama, ordenó el cierre del centro de detención en la ilegal instalación norteamericana, en Guantánamo, pero se mostró contrario a clausurar el llamado Punto de Colección de Bagram, en la suroriental provincia afgana de Parwan.
La UE había estudiado la posibilidad de acoger a los retenidos liberados de la base del Pentágono en el oriente cubano, algo que demandan organizaciones de defensa de los derechos civiles.
En medio de opiniones divididas sobre cómo efectuar la acogida de al menos 60 de los 245 retenidos aún en la citada instalación, los ministros del Interior y Justicia de los 27 países comunitarios decidieron postergar cualquier decisión hasta marzo próximo.
Para el 16 y 17 del venidero mes se espera el arribo a Washington de una misión de la UE, encabezada por el comisario europeo de Justicia, Seguridad y Libertad, Jacques Barrot, y el ministro del Interior checo, Ivan Langer, cuyo país preside el bloque europeo este semestre.
Esperamos hasta esa fecha para cualquier decisión, afirmó Langer, quien aseguró que nadie puede forzar a un país comunitario a aceptar detenidos de Guantánamo.
Además, los europeos exigen contar con información compartimentada sobre los recluidos en ese enclave naval y adelantan posibles restricciones de movimientos para los futuros acogidos por la zona libre de fronteras de Schengen.
La preocupación crece en Europa ante el hecho de que Obama cumpla con una promesa electoral de cerrar el llamado Campo Delta en la ilegal instalación en el oriente cubano, mientras mantiene la de Bagram, sede del Quinto batallón de la fuerza aérea norteamericana.
La esencia de tratamiento de los encarcelados sería la misma o incluso peor, pues en la base aérea de Bagram, los recluidos son mantenidos en grupos en las cárceles, sin derecho, siquiera, a dirigirse la palabra o mirarse entre ellos, destaca la prensa local.
El traslado furtivo de presos, a través de Europa, a centros de detención en terceros países, como el caso de la base afgana, por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), desató un escándalo, del cual aún aparecen nuevas evidencias.
Desde Londres, el ministro británico de Defensa, John Hutton, admitió que las fuerzas de su país en el ocupado Iraq colaboraron para el traslado de prisioneros desde esa nación a Afganistán, algo que desde hace tres años conocía el ministro de Justicia Jack Straw.
Otros funcionarios británicos supieron de los referidos traslados en 2004, apuntó Hutton, quien aclaró que el asunto salió a relucir, tras una minuciosa revisión de los arrestos en Iraq y Afganistán.
El asunto se suma a las denuncias de ex detenidos de la base norteamericana en Guantánamo sobre la implicación de los servicios secretos de Londres y Berlín en los interrogatorios y torturas a que fueron sometidos, tanto en esa instalación como en Bagram.
La base aérea en Afganistán sería la prolongación de la política estadounidense de retención, sin ningún tipo de derecho judicial, de sospechosos de acciones terroristas.
A la vez, la posición de la nueva administración norteamericana parece convertirse en un caso embarazoso para la UE que a ratos recuerda sus compromisos con la defensa de derechos civiles, presentes en convenciones firmadas por el bloque.
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