28 sept 2009
“Algo que nunca se imaginó que haríamos”
El capital inicial que aportará Argentina será de dos mil millones de dólares como estaba acordado originalmente. Pero el acta fundacional duplica esos fondos como capital potencial y establece un horizonte para el banco de 20 mil millones.
“Estamos hablando de algo que nunca se imaginó que podíamos llegar a hacer y hoy estamos firmando el convenio constitutivo.” La Presidenta, que ayer a la mañana regresó a la Argentina, habló de la firma del acta constitutiva del Banco del Sur con el espíritu fundacional que caracteriza a una decisión trascendente. Fue el sábado a la noche en el Hotel Hilton, al finalizar la primera jornada de la cumbre América del Sur-Africa. A través de Hugo Chávez, que lo había anunciado en medio del plenario, los periodistas de toda Sudamérica se habían enterado de que finalmente se había firmado el acta del Banco del Sur y más tarde que Argentina y Brasil pondrían cuatro mil millones de dólares cada uno. Según el mandatario venezolano, el capital total acordado sería de 20 mil millones de dólares. En rigor, el convenio constitutivo plantea que los países firmantes aceptaron arrancar con un capital de 10 mil millones; la elevación a 20 mil millones fue autorizada pero no se explicita cuándo ni cómo será financiada la diferencia. La firma del convenio fue registrada por las cámaras de la televisión pública venezolana. Allí se informó que el acta de creación del Banco del Sur deberá ser puesta a consideración del Parlamento de cada país, que deberán aprobarla para que el organismo financiero pueda comenzar a funcionar.
Poco después, en un contacto con la prensa, la Presidenta daba una visión más modesta de lo que sería el capital inicial: “Está contenido en el anexo (del convenio). Son dos mil por Argentina, Brasil y Venezuela, y luego se va constituyendo de acuerdo con los siguientes países”, dijo. Esa declaración coincide con la primera información que se había dado sobre el patrimonio inicial del Banco del Sur. Según aquel anuncio, realizado en diciembre de 2007, el capital inicial iba a ser de siete mil millones de dólares, que serían aportados de la siguiente forma: Brasil, dos mil millones; Venezuela, dos mil millones; Argentina, dos mil millones; Ecuador y Uruguay, 400 millones de dólares cada uno; Paraguay y Bolivia, 100 millones de dólares cada uno. “Aquí estamos afirmando algo que ya habían convenido los distintos ministros de Estado en distintas oportunidades. Estamos afirmando algo que se había lanzado en el Salón Blanco de la Casa Rosada, un día antes de mi asunción. Tardó pero llegó”, comentó CFK el sábado a la noche.
El anuncio realizado en esta isla también prevé que el Banco del Sur tenga su sede principal en Caracas, una subsede en Buenos Aires y otra en La Paz. Al momento de hacer el anuncio, Chávez recordó una anécdota que vivió con Fidel Castro una noche de larga conversación en La Habana. Aquella vez, Fidel le preguntó a Chávez si sabía cuánto sumaban las reservas internacionales de Venezuela. Enseguida volvió a preguntarle si sabía en qué lugar se encontraban los fondos y en qué activos –oro, dólares, euros, bonos del Tesoro norteamericano– se habían invertido las reservas. Chávez admitió que en aquella oportunidad no sabía ninguna de las respuestas. Fidel se guardaba una sorpresa: tenía toda la información, la había obtenido del sitio de Internet del Banco Central venezolano.
La soberanía financiera
Tras citar aquella conversación en Cuba a modo de autocrítica, Chávez instó a sus pares a “estudiar y revisar” al detalle la labor que realizan los presidentes de los respectivos bancos centrales. “Fíjense qué paradoja. Nosotros enviamos nuestras reservas al Norte y ellos nos dan crédito con nuestras propias reservas”, exhortó a los presidentes sudamericanos y de Africa que poblaban el salón principal del Hotel Hilton. El venezolano aprovechó la convocatoria para impulsar a los africanos a tomar la iniciativa del Banco del Sur como un modelo a imitar. Incluso propuso crear un banco regional de toda Sudamérica y Africa. “Un Banco Sur-Sur o el Banco del ASA. Yo le tengo hasta nombre, Bancasa, el banco del ASA. Sería el banco de nosotros, para traer nuestras reservas, que las tenemos allá en el Norte”, propuso Chávez. La propuesta despertó varias opiniones favorables. A lo largo del debate de presidentes se escucharon elogios a la iniciativa: lo hicieron Angola y Zambia y también el controvertido jefe de Estado de Zimbabwe, Robert Mugabe. El ecuatoriano Rafael Correa fue otro de los presidentes que defendió la necesidad de avanzar hacia una integración financiera. Como lo había hecho en el acto en el Salón Blanco del 9 de diciembre de 2007, Correa defendió la propuesta de ir reemplazando de forma progresiva la función que cumplen los organismos multilaterales de crédito. “Tenemos que romper esa atadura con los organismos financieros. Tenemos que ir hacia un sistema financiero internacional con una lógica de desarrollo”, exhortó.
Esta semana, el ecuatoriano será el anfitrión de la próxima Cumbre Latinoamericana sobre Mecanismos de Cooperación e Integración Comercial, Financiera y Monetaria Regional que se celebrará en Quito.
Por el lado de Venezuela, uno de los ideólogos de crear el Banco del Sur es el actual ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque. Ex titular de la OPEP, ex presidente de Pdvsa con pasado de guerrillero, Rodríguez Araque es uno de los funcionarios más respetados de la administración de Chávez. También es un viejo conocido de los miembros del gobierno argentino. Anoche, al finalizar la cumbre de ASA, Rodríguez Araque ratificó que Argentina, Brasil y Venezuela aportarán 2 mil millones de dólares para poner en funcionamiento el Banco del Sur. “Se va a ir haciendo progresivamente. La idea es contribuir a superar las asimetrías. Por eso se va a crear un fondo de emergencia, orientado a destinar recursos para enfrentar problemas sociales, reducir la pobreza y atacar problemas de desempleo. El Banco del Sur tendrá una orientación distinta de la de los organismos multilaterales”, precisó el ministro venezolano.
Para la Argentina, la puesta en marcha del Banco del Sur llega en un momento complejo –se diría una encrucijada– por las necesidades de inversión que tiene la economía. Esas urgencias coinciden con el debate inconcluso para imponer reformas en el funcionamiento del FMI. En su gira por Nueva York y Pittsburgh, CFK reclamó que el organismo que dirige el francés Dominique Strauss-Kahn trate de forma igualitaria a los países que solicitan líneas de crédito. En la delegación que acompañó a la Presidenta recordaron que en los últimos tiempos el FMI otorgó muy pocos créditos y que fueron concedidos a países de Europa del Este alineados a rajatabla con las políticas ortodoxas. En la lectura del Gobierno, esos países habrían sido premiados con los créditos a pesar de haber sido causantes del terremoto financiero internacional por la manipulación de fondos de inversión y los créditos hipotecarios de riesgo. “Queremos las mismas condiciones para todos”, es la frase que repetían los funcionarios argentinos ante cada consulta sobre el Fondo.
Por Martín Piqué
Desde Isla Margarita
Tomado de Página 12
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1 comentarios:
buena onda el blog. gracias
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