30 abr 2010
Ante otro 1o. de Mayo
Ådalen Suecia
Ante otro 1o de mayo cabe preguntarse, quizás, que esta pasando que con esta crisis falta en gral. una respuesta más clara y contundente de la “izquierda y los sindícatos.
Han habido acontecimientos, a mi entender, que han marcado en forma brutal estos últimos 30 años. La caída del Muro de Berlin el 09/11/1989, y con el la caída del campo socialista. El atentado del 11/09/2001 y por supuesto la “Crisis” última.
La caída del campo socialista creó el descreimiento, la pérdida de confianza en la posibilidad real de una sociedad más justa, una gran dispersión y la discusión ideológica desapareció. Se transformó en una utopía, cosa que aprovechó la derecha. Todo aquel empuje que en el siglo pasado con la lucha de clases, dio lugar a la formación de sindicatos, centrales únicas e impulsó derechos esenciales para los trabajadores, hoy ha retrocedido.
Los partidos comunistas, con una verdadera orientación marxista-leninista, tienen poca influencia en las masas. El discurso político ha cambiado, ya no se habla de la relación dialéctica entre clase obrera y capital. Se habla de “fuerzas sociales”.
La desestructuración de la clase trabajadora como tal. Las desregulaciones del derecho del trabajo y las condiciones del empleo, han logrado la pérdida de identificación de los trabajadores asalariados como clase obrera, con el contenido político que ello implica.
La desestructuración de clase como categoria política es paralela a la reestructuración económica que responde a la acumulación de capital. Esto conlleva a la desarticulación del antagonismo de clase que negaba la concepción del orden existente.
En los 90 estos cambios se han profundizado, el empleo asalariado –industrial en los países industrializados disminuye, a la vez que incrementa las condiciones precarias en los sectores del trabajo calificado, aumentando el empleo temporal, sobre todo entre jóvenes, mujeres y migrantes. Esta precariedad no es un fenómeno transitorio, si un estado permanente, un estado infrasalarial.
Esta segmentación del trabajo se refleja en la desconexión de las luchas sociales .
El discurso político-militante se entrelaza con el discurso ciudadano y lo ha relevado, hay un descenso de la conflictividad social y una despolitización del discurso político.
Los partidos de izquierda, reformistas, revisionistas son cómplices de este sistema. Han dejado de lado la discusión ideológica y plantear la lucha de clases, tomando distancia y posición clara ante este desmantelamiento de la llamada sociedad de bienestar social.
Hoy ocupan el lugar de una social democracia, que está cada vez más a la derecha y
estos partidos "comunistas" han ocupado su lugar en el centro. Hay una crisis de credibilidad, no por radicales, sino por que hacen promesas de izquierda, y acompañan e implementan programas de derecha, acompañando políticas neoliberales. No hay una crítica clara del sistema.
En este contexto histórico el neoliberalismo en plena ofensiva no deja nada en pie.
La ratificación del Tratado de Lisboa, y la ampliación de la OTAN, implica que Suecia, así como el resto de los países integrantes de la UE, se ven obligados a seguir los lineamientos del FMI tanto en política interna como externa, y además la política intervencionista de EEU.
Enormes gastos militares en tropas y armamento, que se restan a necesidades más imperiosas, como son la inversión en el sector público por ej, y que crearía fuentes de trabajo, en un momento en que las cifras de desocupación son de 23 Millones en Europa, la violencia de la desocupación golpea sobre todo a los jóvenes.
Además de 85 millones de pobres, con la globalización económica hemos pasado del capitalismo industrial al capitalismo salvaje, y con ello desocialización, la destrucción del contrato social. Esto ha llevado a que se hayan perdido los conceptos de solidaridad y justicia social.
Esta socialdemocracia ha alentado y estimulado las privatizaciones, la reducción del presupuesto del estado a costa del sector público, dejándolo en manos, al igual que las empresas vitales, de grandes monopolios transnacionales. Han invertido en salvar la banca privada millares de millares, en detrimento de las pensiones, los seguros de salud y desocupación. Sumiendo a grandes sectores en la miseria.
Aquí en Suecia hay jóvenes, madres solas, estudiantes, jubilados, desocupados, que viven con el 60/50% del salario normal.
Las cifras de desocupación relativa son entre 15 y 24 años de 28,1% y de desocupados por más de seis meses 35,9% en marzo 2010, según cifras de el Instituto Central de Estadísticas (SCB).
Causante de la crisis no son los grandes capitales, sino las clases menos privilegiadas, que según ellos, utilizan el sistema, Lo escuchamos a diario, los que no quieren trabajar, los que obligan a los médicos a darles licencia médica, según la ministra Husmark, entre otros.
Pero se pueden seguir creando dos Suecias, dos mundos antagónicos sin conflictos sociales?
Barrios de altos ingresos con guardias privados y rejas y en el otro extremo zonas marginadas, discriminadas, segregadas?.
Pero ante este panorama se puede plantear un 1º De Mayo, que sólo hable de promesas vagas, rebaja de impuestos, tomar el tema más agobiante que es la desocupación sin hablar del tema de fondo?.
Así como Grecia, y otros países europeos, manifiestan su disconformidad con toda esta política, aquí también hay una disconformidad creciente, y una frustración enorme, pero sacando protestas aisladas y de corta duración, no hay donde realmente canalizarla.
Sindicatos que están de rodillas ante el capital, que se sientan como burócratas, en forma cómplice, aceptando las migajas de aumentos salariales que son una burla ante los sueldos, compensaciones y bonos de los grandes directores de empresa.
El problema más serio es, a mi entender, la falta de una discusión ideológica profunda, si se pretende salvar esta “ democracia“.
Un partido o un movimiento obrero que tome distancia de los intereses de los privilegiados.
Que llame a la Unidad , tan necesaria, Solidaridad, reivindique el rol de la lucha de clases.
Que deje el temor y la autocensura, declararse y actuar en consecuencia con la ideología marxista-leninista.
Perdonen si insisto en la necesidad de la discusión ideológica, es la única forma de separar la paja del trigo.
Traicionamos la lucha de decenios de la clase trabajadora, no olvidemos Ådalen, o ha llegado el momento de hablar un lenguaje claro y llamar a las cosas por su nombre.
Decir basta a la política neoliberal y de mercado.
Después quién será el valiente en esta izquierda atomizada, que plantee una alternativa real de unidad, reivindicativa de los derechos perdidos, un lenguaje claro que oriente la lucha inevitable por una sociedad más justa y digna. Un partido que retome el marxismo como única salida.
Pero también nosotros como ciudadanos tenemos el compromiso y la obligación de exigir los cambios necesarios, el espacio en la sociedad en que vivimos y a los cuales tenemos derecho.
Tendremos en Suecia, al mejor estilo, manifestaciones diversas, fanfarria, y el vacío de ese discurso ideológico tan imprescindible.
Solo nosotros, el pueblo, los pueblos podemos cambiar esta dura realidad que hoy confrontamos. Yo continuo confiando.
Viva el Internacionalismo Proletario y la lucha de los Pueblos.
Viva el 1º. De Mayo!
Gloria
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