Foto: Associated Press
En el segundo día de ofensiva israelí, la fuerza aérea bombardeó numerosos túneles subterráneos que conectan Gaza con Egipto. Van 300 palestinos muertos y 950 heridos. Naciones Unidas exigió un cese de las hostilidades.
Luego del masivo ataque aéreo por parte de Israel sobre la Franja de Gaza, que ya cuenta con un saldo de 300 muertos y 950 heridos, la fuerza aérea volvió a bombardear durante el día de ayer. En lo que ya se señala como el ataque más importante sobre territorio palestino desde la Guerra de los Seis Días en 1967, esta vez los bombardeos tuvieron como objetivo los numerosos túneles subterráneos que conectan la Franja con territorio egipcio. Israel convocó a 6500 reservistas en lo que podría ser el preludio de una invasión terrestre y, desde el exilio, el máximo líder del movimiento islamista Hamas llamó a una tercera Intifada. “Los palestinos nunca se rendirán a Israel. No abandonaremos nuestra tierra, no levantaremos banderas blancas y no nos arrodillaremos sino ante Dios”, declaró en la misma línea Ismael Haniyeh, el líder del gobierno de Hamas. Las Naciones Unidas llamaron a un cese completo de las hostilidades militares en la región.
Durante el segundo día de ataques sobre la Franja de Gaza, Israel bombardeó el sur de este territorio con el objetivo de alcanzar y destruir unos cuarenta túneles subterráneos que conectan con territorio egipcio. Estos constituían, hasta hoy, la única vía que les permitía a Hamas y a los habitantes de la Franja romper el bloqueo impuesto por Israel y seguir conectados con el mundo exterior. Más precisamente, el ataque tuvo como objetivo central la llamada “Ruta Philadelphi”, en la región de Rafah, donde cientos de pasajes bajo tierra conducen hasta el Sinaí –Egipto– y son allí utilizados para introducir en la Franja todo tipo de suministros. “El ejército del aire ha atacado más de 40 túneles por el lado palestino de la frontera”, confirmó la portavoz del ejército Avital Leibovitz, precisando que los túneles fueron alcanzados. “Pensamos que esos túneles están siendo utilizados para el contrabando de armas, de explosivos y, a veces, de personas que son enviadas a países de la región para entrenarse en misiones terroristas”, justificó la misma fuente, refiriéndose a Irán.
Según el ejército israelí, Hamas ha logrado introducir en Gaza, desde que tomó el control de la Franja en junio de 2007, más de 100 toneladas de explosivos y cohetes de largo alcance, que los islamistas lanzaron ayer contra Israel. “La operación en la Franja de Gaza está destinada, ante todo, a mejorar la realidad de seguridad para los residentes del sur del país”, afirmó el primer ministro israelí, Ehud Olmert, en conferencia de prensa. Sin embargo, los túneles no habrían sido los únicos blancos alcanzados. Al cierre de esta edición, nuevos bombardeos se produjeron sobre la Universidad Islámica de Gaza, según fuentes locales. Este centro educativo es todo un símbolo cultural vinculado a Hamas. Se cree que por eso fue atacada. Además, la ONU instó ayer a crear una comisión independiente a fin de investigar la muerte de ocho jóvenes estudiantes palestinos que se encontraban esperando un micro para volver a casa después de clases.
Como consecuencia de estos ataques, ya se ha desencadenado sobre el terreno una nueva faceta de la crisis humanitaria que afecta a la población palestina. Se trata de los cientos de hombres, mujeres y niños que intentan escapar de las bombas emigrando hacia Egipto. En efecto, los bombardeos destruyeron parte del muro fronterizo, lo que ha dejado grietas que permiten el paso irregular de personas. Como resultado, cientos de palestinos ya cruzaron al país vecino. A pesar de que desde El Cairo se enviaron ayer numerosos convoyes con alimentos y medicinas, los intentos de éxodo no parecen detenerse. De acuerdo con estimaciones de la policía fronteriza, al menos unos 500 palestinos ya habrían cruzado la línea divisoria con este país. La policía, según se sabe, devuelve a muchos a Gaza. Otros tantos logran quedarse.
El paso hacia territorio egipcio se produjo cerca del punto fronterizo de Rafah. Este punto de contacto entre Gaza y Egipto fue clausurado en junio del 2007 cuando el grupo islamista palestino Hamas tomó el control de la franja tras expulsar a las fuerzas leales al presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas. Desde entonces, el paso se ha abierto de forma esporádica sólo para permitir la salida de enfermos y la entrada de ayuda humanitaria.
A pesar de los llamados a la unidad para frenar la ofensiva israelí, los dirigentes palestinos ya mostraron importantes diferencias. En este sentido, Abbas afirmó ayer que el responsable de la actual situación que vive Gaza es Hamas, al negarse a prorrogar el alto al fuego pactado con Israel hace seis meses. “Hablamos con ellos y les pedimos que por favor no terminasen con la tregua, que ésta tenía que seguir en vigor. Todo esto podría haberse evitado”, afirmó el mandatario desde El Cairo. Hamas, sin embargo, acusa a Israel de violar la tregua después de su finalización oficial el pasado 19 de diciembre. Ahora, llama a resistir al punto de que el máximo líder del grupo palestino exilado en Siria, Jaled Meshaal, convocó el pasado sábado a sus partidarios a desatar una nueva Intifada contra Israel. “Puede haber más mártires y puede haber más heridos, pero Gaza jamás se romperá y nunca se rendirá”, declaró Ismael Haniyeh, líder del gobierno de Hamas. “Hamas continuará la resistencia hasta la última gota de sangre”, afirmó Fawzi Barhoum, portavoz del grupo.
En lo que se anuncia como un preludio a una operación militar terrestre de envergadura sobre la Franja, el consejo de ministros israelí aprobó durante la tarde de ayer la llamada a filas de unos 6500 reservistas. El Ejército de este país ya desplegó cientos de soldados de infantería y cuerpos acorazados a lo largo de la frontera con Gaza. “Israel profundizará y ampliará su operación lo que sea necesario. Si hacen falta botas sobre el terreno, las habrá”, declaró Ehud Barak, ministro de Defensa israelí. “Esto llevará tiempo y cada uno de nosotros debe ser paciente de forma que podamos completar la misión”, agregó Olmert, respaldando las declaraciones de su ministro.
En señal de alerta, diversos organismos internacionales ya alzaron su voz para denunciar la situación imperante en Gaza. El Consejo de Seguridad de la ONU subrayó la necesidad de “restaurar completamente la calma, para así abrir el camino a una solución política”. La Cruz Roja, citando a fuentes sanitarias palestinas, cifra en al menos 300 las personas fallecidas y 950 las heridas desde el inicio de los ataques, el sábado por la mañana. “La afluencia de heridos de guerra ha puesto una enorme presión sobre los ya de por sí sobrecargados hospitales de Gaza, que tienen una gran necesidad de equipos médicos”, informó la organización en un comunicado. “Las reservas de medicamentos y otros productos ya se han reducido bruscamente. Por consiguiente, es esencial que se permita entrar en Gaza asistencia humanitaria de forma urgente”, reclamó. Por su parte, Amnistía Internacional (AI) pidió a las fuerzas israelíes y los grupos armados palestinos “el fin inmediato de los ataques ilegales”. En un comunicado emitido desde su sede en Londres, la organización defensora de los derechos humanos condenó el “uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel” en la franja de Gaza. También señaló que “la escalada de la violencia se produce en un momento en que la población civil afronta una lucha diaria por la supervivencia debido al bloqueo israelí, lo que agrava de por sí las condiciones básicas de vida de los habitantes de este territorio”.
Tomado de Página 12
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