31 ago 2009

“Patrimonio de la Humanidad” lugares de crímenes franquistas

Asociaciones de la memoria histórica pedirán que sean reconocidos como “Patrimonio de la Humanidad” lugares de crímenes franquistas Varias de las asociaciones de la memoria histórica de España y lucha a la impunidad de los crímenes del franquismo preparan estos días un comunicado abierto a la adhesión para pedir al Gobierno de España, y a las autoridades, autonómicas y locales, de los distintos lugares, que estudien el impulso ante la UNESCO del reconocimiento de lugares de la memoria como el muro de Badajoz, el conjunto formado por la Casa de Juntas y el Árbol de Guernika, la Ciudad Vieja de Belchite, el Campo de Los Merinales, y otros, como Patrimonio de la Humanidad –disponiendo en su caso las medidas necesarias para su protección y rehabilitación– todo ello en razón del “excepcional valor universal” de los dramáticos acontecimientos, crímenes contra la entera humanidad, a los que están ligados y la concreta significación histórica de éstos respecto del conjunto de crímenes y violaciones de derechos humanos que seguirían siendo perpetrados después por los totalitarismos y que darían lugar a los juicios de Nuremberg. Esta iniciativa contaría con varios antecedentes en la praxis del organismo internacional como el reconocimiento como tal en 1979 de los barracones e instalaciones de “Auschwitz Birkenau”, el reconocimiento del excepcional valor universal de las instalaciones de trata de esclavos en la Isla de Goree en Senegal en 1978, el reconocimiento en 1996 del Memorial de la Paz de Hiroshima, o Cúpula de Genbaku, estructura del único edificio que permaneció en pie en la ciudad y el reconocimiento del puente de Mostar, inicialmente destruido durante la guerra en la antigua Yugoslavia y que tras ser reconstruido con la participación de cascos azules españoles fue promovida su inscripción como Patrimonio de la Humanidad en 2005 como símbolo de la cooperación internacional y de la coexistencia de distintas comunidades culturales, étnicas y religiosas. Las víctimas de todos estos lugares, su permanente recuerdo merecen ser honradas y recordadas por la humanidad. En el caso español se toma especial conciencia del especial significado e impacto en la conciencia de la humanidad de sucesos como el genocidio de Badajoz – el primer Srebrenica perpetrado contra la población civil de una ciudad a esa escala y narrado por los corresponsales extranjeros de la Europa del Siglo XX –, el árbol de Guernika, durante años símbolo de los horrores de la guerra inmortalizado el bombardeo en numerosas obras artísticas y literarias, la ciudad vieja de Belchite, prácticamente en el mismo estado en el que quedase tras los enfrentamientos o el Campo de Los Merinales en Dos Hermanas (Sevilla), escenario de los trabajos forzados de los presos de la Segunda República. Entre otros. Con esta iniciativa emprendida tras hechos tan preocupantes como los recientemente perpetrados en Granada y otros lugares de retirada de placas conmemorativas y se pretende al mismo tiempo poner de manifiesto la criticable ausencia de un estatuto jurídico de protección de estos lugares de la memoria por parte de la precisamente denominada ley “de la memoria” en la que se copia el modelo ilegal de la Orden de Franco de mayo de 1940 sobre “exhumaciones e inhumaciones” (Ministerio de la Gobernación, Boletín del Estado n. 130, de 09/05/1940, pág. 3157) a la hora de delegar la responsabilidad de las exhumaciones e identificaciones en los familiares y asociaciones, pero – puestos a copiarle al dictador – nada se hace en cambio respecto la Orden de 4 de Abril de ese mismo año "Disponiendo que por los ayuntamientos se adopten medidas que garanticen el respeto de los lugares donde yacen enterradas las víctimas de la revolución marxista" (Ministerio de la Gobernación, Boletín del Estado de 5 de abril de 1940, página 2320, y cuyo texto íntegro se adjunta en PDF a este mail para que pueda contrastar). En este segundo sentido las asociaciones reclaman la elaboración de un “mapa integrado de los lugares de la memoria” (lugares de masacres, fosas comunes en sus distintas modalidades, centros de detención ilegal de madres y niños diseminados por todo el territorio, campos de concentración de defensores de la República, obras públicas elaboradas con mano de obra esclava), su incorporación al material didáctico de todos los niveles y la creación y regulación, por ley, del instituto autónomo “lugar de la memoria” como instituciones participativas de encuentro de administraciones y asociaciones y desde las que que, al igual que prevé la ley argentina 961/2002 “recuperar los predios o lugares” y promover “su integración en la memoria urbana”, pero mucho más ampliamente promover activamente “el resguardo y transmisión de la memoria de los hechos ocurridos” y “la profundización del sistema democrático, la consolidación de los derechos humanos y la prevalencia de los valores de la vida, la libertad y la dignidad humana”, transformando los lugares del genocidio de cada localidad en lugares de una cultura de la paz, los valores democráticos y los derechos humanos, con un patronato que integre autoridades locales autonómicas nacionales, asociaciones de la memoria, de derechos humanos. Tomado de Rebelión

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