28 feb 2011

Confirman inicio de interrogatorios por muerte de Salvador Allende



Allende fue víctima de complot con participación de la derecha y apoyo y financiamiento de Washington.
"Todo indica que el presidente Allende fue asesinado", afirma cineasta chileno Miguel Littin
La justicia chilena acogió a trámite la querella presentada por la muerte del ex presidente Salvador Allende y confirmó el inicio de interrogatorios a testigos del hecho a partir de la próxima semana.

El juez a cargo de la causa, Mario Carroza, anunció el comienzo de recogida de testimonios entre lunes y martes y dijo estar a la espera de un informe del Servicio Médico Legal, alusivo al protocolo de autopsia practicada al ex mandatario el 11 de septiembre de 1973, reseña Prensa Latina.

La decisión del sistema judicial de investigar las circunstancias del deceso de Allende surgió tras la presentación por la fiscal de la Corte de Apelaciones de Santiago Beatriz Pedrals de una lista de 726 querellas relacionadas con víctimas del régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y entre las que se encontraba el nombre del ex jefe de Estado.

"Todo indica que el presidente Allende fue asesinado, porque las tropas que entraron a La Moneda no entraron a saludarlo, entraron a matar a su enemigo, que en ese minuto era Allende", opina el reconocido cineasta chileno Miguel Littin.

En declaraciones a la radio local Littin destacó que el escenario del fallecimiento del ex mandatario fue cambiado en el transcurso de las horas y surgió la tesis de suicidio rápidamente aprobada, "porque le convenía a todos los sectores involucrados, porque la presencia de un héroe no era conveniente".

Para los partidos Comunista y del Socialismo Allendista hay que tomar en cuenta el contexto histórico, ideológico y político en el cual se perpetró el golpe militar por parte de Pinochet, con la participación de la derecha y el apoyo y financiamiento de Washington.

La acción militar por tierra y aire que se desató el 11 de septiembre de 1973 sobre el Palacio de la Moneda tenía como objetivo asesinar a Allende y a sus colaboradores, remarcó Esteban Silva, máximo líder de los socialistas allendistas.

Detalló que durante años la versión del suicidio se instaló como una verdad única, como si se tratara de un suicidio como cualquier otro, desprovisto del análisis de las circunstancias históricas y de la responsabilidad de la agresión militar contra el gobierno de la Unidad Popular.

Comentó cómo se consolidó de ese modo "en la justicia, en los medios de comunicación y en el sentido común popular una versión dominante que pavimentaba la interpretación que infería que por tratarse de un suicidio no cabía perseguir responsabilidades individuales ni colectivas de terceros."

"Aún si aceptáramos la versión del suicidio es indispensable establecer que quienes lo atacaron buscaban asesinarlo y que el presidente Allende luego de ser bombardeado y de responder al ataque militar decidió no entregarse vivo ante sus agresores que buscaban eliminarlo físicamente", añadió Silva.

Con ese punto de vista concordaron agrupaciones de derechos humanos. “Aquí se cometió un magnicidio contra Allende”, consideró Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (Afep).

“En el momento del terrorismo de Estado, el momento del golpe de Estado, (Allende) no tenía ninguna salida y ninguna seguridad”, recalcó la principal dirigente de la Afep.

Lira opinó que los responsables de los crímenes cometidos durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) deben responder ante la justicia.

Unas 3.000 personas fueron asesinadas o desaparecidas durante la dictadura militar de Pinochet en Chile y otras 50.000 sufrieron torturas, cárcel o persecución.

Tomado: La República.es

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