2 jun 2009

Toni Morrison desvela el origen de los males de Norteamérica.

“Una bendición”. Toni Morrison desvela el origen de los males de Norteamérica.
Toni Morrison, premio Nobel de Literatura en 1993, regresa a los orígenes de la nación norteamericana y a la barbarie del Nuevo Mundo a través de los relatos entremezclados de cuatro mujeres en una granja de Virginia a finales del siglo XVII. Novela lírica de una gran intensidad literaria y política, “Una bendición” indaga en los comienzos de la segregación racial.
“No tengas miedo, mi relato no puede hacerte daño”, susurra la narradora en la primera frase de “Una bendición”, como un aviso de Toni Morrison a los lectores. Con esta undécima novela, ella, que ya había explorado las páginas más negras de la historia de los Estados Unidos, profundiza en el motivo recurrente de su literatura : el nacimiento traumático de la nación norteamericana. En esta corta narración, la novelista desmonta sutilmente los mitos fundadores de una nación que se ha construido con sangre, lejos del ideal de la tierra prometida. “Al no tener ningún vínculo con el espíritu de la tierra, escribe, los primeros inmigrantes tenían como objetivo a toda costa comprar tierras y, como todos los huérfanos, se mostraban insaciables. Su destino era comerse el mundo y escupir los horrores que destruirían a todos los pueblos nativos.” En el siglo XVII, los europeos desembarcan en el “Nuevo Mundo” con sus esclavos, ladrones, prostitutas y disidentes que han arrancado de sus familias para deportarlos a tierras de América al lado de mercaderes o de grupos religiosos. En el centro de estos paisajes salvajes y anárquicos arrebatados a las diezmadas comunidades indias, la granja de Jacob Van Mark ofrece el marco perfecto para la tragedia a cuatro voces que es “Una bendición”. La primera es la de Florens, hija de esclava africana “entregada” por su madre al propietario del lugar para pagar sus deudas, lo que nos recuerda el sacrificio de Sethe, en la memorable “Beloved”, que había elegido matar a su hija para ahorrarle una vida de esclava. Encontramos las obsesiones omnipresentes en la obra de Morrison, que articulan y dan ritmo a la novela hasta el desenlace final, donde la joven comprenderá el gesto de su madre. En esta época salvaje que la novelista retrata, donde la vida es una amenaza permanente para las mujeres que no tienen ningún derecho, se inician las solidaridades.
Entre Sorrow, una extraña niña superviviente de un naufragio, y Lina, una esclava amerindia cuya tribu ha sido diezmada por una epidemia, cada uno de los personajes que se incorporan al relato en las narraciones entremezcladas es un superviviente del abandono y del desarraigo. “Ser mujer aquí, es ser una herida abierta que no puede cerrarse”, nos dice la autora.
Sólo los blancos Willard y Scully luchan por comprar su libertad. Ya que, para los inmigrantes más pobres, el viaje, “a las Américas” puede igualmente costarles la servidumbre de por vida. La explotación y la esclavitud todavía no tienen color. Una idea que la novelista desarrolla con mucha lucidez, mostrando los comienzos de la segregación, del puritanismo, de la institucionalización del racismo que anulan las posibles solidaridades entre los explotados, blancos o negros. Ya que la novela se sitúa justo después de la “Rebelión de Bacon”, en 1676. En Virginia, “un ejército de negros, indígenas, blancos y mulatos” de miles de personas se une para derrocar el poder establecido. Son pequeños propietarios o esclavos negros, indios o blancos. Serán capturados y ahorcados por un gobierno desestabilizado, que responde en ese momento promulgando las primeras leyes racistas, que autorizan a un blanco “a matar a un negro por cualquier razón”. Los legisladores, escribe la autora, “separaron y protegieron a los blancos de los otros y para siempre”.
Al volver a los orígenes del “Nuevo Mundo”, profundizando en las fuentes del racismo y de las desigualdades de género, Toni Morrison plantea los tabús más problemáticos de la identidad norteamericana con el arte de derribarlos, en el que ha sido siempre experta. En esta nueva novela, entona nuevos versos de un largo blues que compone desde hace casi cuarenta años.
Maud Vergnol
Traducción: J.A. Pina
Tomado: L´Humanité

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