30 ene 2011

Mubarak no consigue frenar el levantamiento popular


Por quinto día consecutivo, miles de personas siguen en las calles de las principales ciudades egipcias. El presidente Hosni Mubarak se niega a dimitir, al tiempo que nombra como vicepresidente al director de los servicios secretos y destituye a todo el gobierno.

Los acontecimientos se precipitan en Egipto en las últimas horas. Tras la denominada "Jornada de la Ira", que llevó a miles de personas a las calles de las principales ciudades de Egipto, el presidente del país norteafricano, Hosni Mubarak, anunció la destitución del Gobierno en pleno, si bien él mismo se negó a dimitir.

Las manifestaciones se han seguido reproduciendo en las principales ciudades, haciendo oídos sordos de esta manera al toque de queda impuesto en todo el país y exigiendo la caída del propio presidente. Al tiempo, el jefe de los servicios secretos desde hace casi 20 años, Omar Soleiman, ha sido nombrado vicepresidente, movimiento que muchos ven como un primer paso de cara a una posible transición tranquila.

Los militares a la calle
A última hora de la tarde del viernes, y ante la imposibilidad de la policía de hacer cumplir el toque de queda impuesto en El Cairo, Alejandría y Suez, el ejército comenzó a patrullar las calles. Hasta el momento, no se ha producido noticia de que fuerzas del ejército hayan actuado contra la población, si bien en la televisión oficial son constantes las amenazas a aquellos que se encuentren en la calle una vez el toque de queda ha entrado en vigor.

No obstante, en las calles existe poca confianza en la acción de las fuerzas armadas y miles de personas se han organizado en grupos para defenderse ante posibles saqueos por parte de elementos incontrolados. A última hora de la noche, la propia televisión pública afirmaba que grupos financiados por el antiguo ministro del Interior estaban tratando de sembrar el caos en las calles de El Cairo.

Futuro incierto
Parece claro que las manifestaciones van a continuar en las próximas horas, en tanto no se cumpla la que se ha convertido en la principal reivindicación de los manifestantes, la dimisión de Hosni Mubarak. No obstante, el nombramiento de Soleiman, en lo que parece un claro intento de asegurarse una sucesión tranquila en caso de que el presidente se marche, ha sido claramente rechazada en las calles desde el momento que éste se ha conocido, en tanto que se le considera miembro destacado del régimen contra el que están luchando.

Por su parte, la que se ha configurado en los últimos meses como la figura más destacada de la oposición, el ex director de la Agencia para la Energía Atómica de la ONU y premio Nobel de la Paz, Mohamed Al Baradei, fue detenido ayer a primera hora y puesto bajo arresto domiciliario por algunas horas. Para muchos, Al Baradei podría ser la figura de consenso que liderara la transición hasta las próximas elecciones presidenciales, de momento previstas para el próximo septiembre.

F. Javier Aguayo

Tomado: Diagonal.net
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