Nuevos datos revelan los verdaderos objetivos de la "ayuda" yanqui a la isla destruida.
He encontrado en Internet una nueva tabla de la ayuda destinada por la USAID y el Departamento de Estado de Estados Unidos para la reconstrucción de Haití, cuyo monto supera ampliamente a una consultada con anterioridad. En ella encontramos datos que reafirman la utilización de contratistas por parte de la USAID para desarrollar su “labor humanitaria” en otros países.
Según esta tabla (http://www.usaid.gov/our_work/humanitarian_assistance/disaster_assistance/) se van a destinar nuevas cifras monetarias que enriquecerán a multimillonarias yanquis y que abrirán el camino para convertir Haití en un paraíso para empresas estadounidenses, algo que puede verse hoy en otros países como Afganistán e Iraq. En esos mismos países los programas de la USAID han contado con el apoyo de las tropas militares ocupantes.
La “asistencia humanitaria” dada por Estados Unidos a Haití por el terremoto asciende a 601 401 341 dólares, que se desglosan en 346 401 341 otorgados por la USAID y 255 000 000 por el Departamento de Estado. De esta cifra uno de los principales beneficiarios en estos momentos es ¡el Departamento de Defensa!, el cual recibe, según la Associated Press, 33 centavos de cada dólar invertido por el gobierno norteamericano en Haití, gracias a los miles de militares que aun tiene desplegados el Pentágono en ese desvastado país. (http://progresosemanal.com/4/index.php?option=com_content&view=article&id=1890:haiti-necesita-transparencia-y-responsabilidad-en-el-esfuerzo-de-ayuda-y-reconstruccion-&catid=2:ultima-edicion&Itemid=7. La USAID ha destinado al Departamento de Defensa un total de 40 500 000 dólares.
Dos de las empresas o instituciones beneficiadas por jugosos contratos de la USAID son Chemonics1, con dos contratos multimillonarios y, ¡sorpresa!, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), agencia que desarrolló un trabajo infame para socorrer a las víctimas del Huracán Katrina y que ahora recibe 49 000 000.
La empresa de consultoría generalizada Chemonics, de la cual la USAID es uno de sus clientes principales desde el año 1975, recibió un contrato de 8 434 305 dólares para desarrollar proyectos de agricultura y seguridad alimenticia, un proyecto de sustento alternativo agrícola, así como de albergues y asentamientos en regiones afectadas por el terremoto. Asimismo, recibió otro contrato de 20 000 000 en conjunto con otras firmas consultoras como Internews y Development Alternatives Inc (DAI) para desarrollar iniciativas de transición, que en su lenguaje se traduce en programas relacionados con democracia, formación de nuevos líderes y buen gobierno, es decir, crear o consolidar las bases para la posterior injerencia en los asuntos internos de ese país.
Estas empresas consultoras han desarrollado proyectos agrícolas en varios Estados, que si bien tienen un impacto en determinados sectores económicos y sociales microlocalizados, benefician en especial a las grandes empresas transnacionales las cuales encuentran el camino allanado e invierten en esos países, obteniendo en ellos mano de obra barata para desarrollar cultivos de su interés, promover la utilización de semillas transgénicas que obligan a los productores a comprarlas a transnacionales como la Monsanto o exportan tecnologías contaminantes, con gran impacto para la población y el medio ambiente. Eso ya ha ocurrido con gran fuerza en Irak y Afganistán. En esencia, esos programas afectan a los productores agrícolas nacionales quienes son desplazados por sus competidores extranjeros y fomentan la importación de alimentos.
Algunos, como los ex presidentes William Clinton y George W. Bush, proponen que Haití desarrolle el turismo, las zonas francas y la rama textil. Al parecer piensan que con eso se resolverán los principales problemas que afectan a ese país.
Sin embargo, el turismo será desarrollado fundamentalmente a través de los cruceros, que como es conocido no trae grandes beneficios como motor impulsor económico a los países receptores de las principales líneas de esta forma de turismo.
Las zonas francas serán utilizadas especialmente para instalar almacenes en un área cercana a EE.UU. o para establecer empresas muy contaminantes.
Mientras, el desarrollo textil se basará en las conocidas maquilas, nuevas formas de esclavitud que se presentan como una “alternativa viable” para crear empleos.
¿Por qué no piensan más en un verdadero desarrollo agrícola haitiano que resuelva las carencias alimenticias de ese país o en la preparación profesional y tecnológica de su población que permita su crecimiento industrial.
De manera que se pretende dar continuidad a los proyectos que tradicionalmente ha desarrollado la USAID en Haití que hasta hoy no han logrado dejar atrás la pobreza, el endeudamiento y la destrucción de los productores nacionales. Con este derrotero se garantizará la conversión de esa nación en un paraíso para las transnacionales yanquis, tradicionales beneficiarias de los proyectos de la USAID en el mundo.
Este componente de la supuesta participación norteamericana en el desarrollo económico de Haití se conecta con los propósitos de controlar políticamente la nación haitiana, tradicional ambición de las elites de poder yanquis. Los ejemplos recientes sobran.
En diciembre del 2003 el corrupto Adolfo Franco, en ese entonces subdirector de la USAID, realizó declaraciones que evidenciaban la manipulación interesada de la “ayuda” a Haití. Expresaba Franco que “el gobierno estadounidense canalizaba ayuda económica directamente al pueblo de Haití y no a través de su gobierno” (se refiere al de Jean Bertrand Aristide) .
Revelaciones en diferentes órganos de prensa han evidenciado que tras el golpe de Estado del 2004 contra Aristide estuvo la mano larga de la USAID y de el IRI, entre otras agencias yanquis. Un “activista” de la “sociedad civil”, Pierre J.G.C. Gestion, dirigente del MHDR (Movimiento Haitiano por el Desarrollo Rural), reveló que la USAID y otras instituciones yanquis “nos entrenaron y nos enseñaron cómo organizarnos, y organizamos los grupos que ven aquí para exigir que fuera derribado el corrupto gobierno de Aristide". Huelgan más comentarios. (Tom Reeves “Retorno a Haití”: www.counterpunch.org/).
Los grandes medios de información presentan a EE.UU. y a la USAID como entra;ables amigos de Haití. Incluso Obama expresó durante la visita de René Preval a Estados Unidos que “el compromiso estadounidense a la reconstrucción y recuperación de Haití debe durar y será duradero. Estados Unidos será su socio en la reconstrucción”. Habría que preguntarse ¿reconstrucción para quién?
EL FUTURO
Con estos escenarios pudiera esperarse que poco cambiará en Haití después que se le retire el precario espacio que ya hoy ocupa en las agencias internacionales de noticias. Nótese que a solo dos meses del terremoto las grandes cadenas de prensa casi no reflejan lo que pasa en ese país, a no ser alguna noticia que les interese repercutir, como la presencia del dúo Clinton – Bush en territorio haitiano.
Haití seguirá siendo uno de los países más pobres del mundo, con elevados índices de mortalidad materno – infantil, con alta incidencia de VIH/SIDA y miles de personas tratando de huir hacia otras regiones en busca de mejores condiciones de vida.
Las transnacionales seguirán saqueando sus riquezas, las líneas de crucero seguirán teniendo sus visitas periódicas a Labadee o Sand Cay, y la USAID seguirá invirtiendo sus millones en función del mantenimiento de los intereses geopolíticos y estratégicos de EE.UU. en ese destruido país.
Carlos G. Díaz Osorio
Tomado de Kaos en la Red
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